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martes, 20 de noviembre de 2012
Capitulo 60: ¿No es encantadora?
Capítulo 60: ¿No es encantadora?
Dos meses y medio después. 24 de Mayo. Recuerdo que aquella noche tuve una pesadilla, no estaba seguro de qué pero estaba relacionada con el grupo y era malo, muy malo... Noté como una mano me daba pequeños golpes en el hombro. Despacio abrí los ojos y me encontré a Sarah tirada en el suelo de rodillas mientras que con una mano se agarra el vientre. Me levanté corriendo de la cama y la puse despacio en pie.
-¿Qué te pasa?
-Harry... me duele mucho... -dijo ella susurrando.
-Vamos al hospital -dije mientras corriendo me ponía ropa.
Tardé segundos en vestirme, la cogí en peso e intentando de no caer por las escaleras, bajé. Abrí la puerta del coche y despacio la senté en el asiento. Rodeé corriendo el coche y lo puse en marcha. Iba lo más rápido posible, eran las 05:35 y no había mucha gente a esa hora en la calle. Fuimos al hospital más cercano a aquella zona. Corriendo aparqué el coche y bajé para pedir ayuda a los médicos. Cuando ya estaba dentro del hospital la sentaron en una silla de ruedas para que subieran. Mientras yo llamaba a los chicos. Sarah no paraba de quejarse, pues le estaban dando fuertes contracciones. Los chicos llegaron y allí estuvimos juntos muchas horas. Había veces que se turnaban y se iban a dormir, pues no podían aguantar bastante tiempo allí, yo no me quería ir en ningún momento así que en cuanto veía un sitio cómodo donde poder dormir un poco lo hacía, aunque a veces no podía dormir pensando en que solo faltaban algunas horas para tener a mi hija en brazos. Muchas horas estuvimos esperando, horas que al final valieron la pena. La doctora salió con la pequeña en los brazos. Con lágrimas en los ojos me acerqué corriendo a ella seguido por los demás chicos. 25 de Mayo, 13:21. Cogí con cuidado a Anne y con lágrimas en los ojos la observé durante unos minutos. Cuando la doctora se marchó con ella todos los chicos se abrazaron a mi felicitándome, y aquello me hacía llorar aún más. Estaba deseando ver a Sarah. Los padres de ella venían a Londres dentro de dos días y mis padres salieron de casa hacía más de una hora, por lo que estarían al llegar.
-Ya pueden entrar a ver a Sarah -sonrió la misma chica de antes.
-Gracias -dije entrando en la habitación. Abrí la puerta y allí estaba Sarah echada en la cama. Pálida- Cariño -dije acercándome a ella mientras la abrazaba despacio.
-Harry -susurró ella sonriente- Tienes que descansar, cielo. Mira como estás.
-No, ahora no -sonreí besándole la frente- Anne es preciosa.
-Lo és -sonrió ella emocionada.
-Te amo, Sarah.
-No tanto como yo -sonrió ella.
-¡Parejita! -gritó Louis entrando en la habitación.
-Hola, chicos -rió Sarah.
-Felicidades -sonrió Alice.
-Gracias -sonrió Sarah abrazándola.
Bajé rápido a la cafetería a por algo para comer cuando me encontré con mis padres y mi hermana que entraban corriendo en el hospital y se dirigían a recepción. Me acerqué a ellos y después de comprar comida subimos a la habitación. Niall en cuanto me vio la bolsa me la quitó de las manos y cogió uno de los pasteles que compré.
-¡Sarah! -dijo mi madre mientras la abrazaba.
-Anne -sonrió Sarah devolviéndole el abrazo.
-¿Dónde está la pequeña? -preguntó Mike. Señalé sonriente.
-Hola -dijo Gemma mientras le acariciaba la pequeña mano.
Ya solo quedábamos Sarah, mis padres, mi hermana y yo en la habitación. Me senté junto a Sarah y a los pies de la cama mis padres. Gemma estaba a mi lado con Anne en brazos. Todos sonrientes observábamos a la pequeña que abría y cerraba su pequeña mano derecha. Miré a Sarah. Sus ojos brillaban como nunca. Me acerqué un poco a ella y besé su frente apretando mis ojos, intentando de que las lágrimas no nublasen mis pupilas.
Un par de días después, Sarah pudo volver a casa. Abrí la puerta de la casa dejando que Sarah pasara con Anne en brazos. Luego pasaron los padres de ella y su hermana pequeña. Entré detrás de ellos y cerré la puerta. Mis padres se quedaron aquí unos días por lo que aquel día íbamos a comer todos juntos de nuevo. Mientras enseñábamos la habitación de la pequeña a los padres de Sarah mis padres fueron haciendo el almuerzo. Cuando estaba listo bajamos y juntos preparamos la mesa para comenzar a comer. Nos sentamos todos en la mesa.
Todos hablaban y reían. Observaba todo, cada detalle, cada sonrisa, cada palabra o cada mirada de ambas familias. Todos juntos, eso era algo que nunca se me iba a olvidar, nunca, aquella escena, donde todos hablábamos de la pequeña Anne, donde reíamos juntos.
Anne en ese momento estaba durmiendo. Giré mi cabeza y la observé un instante. Era tan pequeña, pero tan grande para mi a la vez... Mis ojos se humedecían con tan solo pensar que había formado una familia, que aquella niña que dormía en un futuro me iba a llamar papá, que iba a correr hacia mis brazos en cuanto me viera, que me iba a llamar cada día cuando estuviera de gira. Noté como una mano se posaba en mi hombro, giré mi cabeza y me encontré con los grandes ojos de Sarah mirándome sonriente. Sonreí mientras besaba su frente. Juntos nos levantamos de la mesa cuando terminamos de comer y nos acercamos a la pequeña. Nos sentamos a su lado y allí estuvimos junto a ella, observando una de las razones por las que día a día íbamos a sonreír.
Los padres de Sarah volvieron a España esa misma tarde, al igual que mis padres, que se iban de nuevo a mi pueblo. Cerré la puerta cuando perdí de vista a mis padres y subí a la habitación de Anne donde se encontraba Sarah con ella. Subí las escaleras y entré en la habitación. Sarah tenía en brazos a la pequeña que lloraba. Sarah se movía de un lado para otro. Me acerqué a ella y cogí a Anne con cuidado. Mientras Sarah iba a ponerse el pijama comencé a andar por la habitación mientras que hablaba con Anne. Ella dejó de llorar y me miró fijamente a los ojos. Tenía sus ojos verdes como los mios y el pelo moreno y rizado. Comenzó a reír mientras que con sus dos manos tocaba mi cara. Sarah entró sorprendida en la habitación y se acercó a mi.
-¿Qué has echo? -dijo observando a Anne.
-Nada. Solo hablé un poco y dejó de llorar.
-Se está riendo mientras toca tu cara. Creo que le haces gracia -rió Sarah mientras salía de nuevo de la habitación.
-Será eso -reí mientras seguía andando con Anne en brazos.
Sarah entró de nuevo en la habitación con el pijama ya puesto. Cogió en brazos a Anne e intentó que se durmiera. Yo bajé a hacer la cena. Mientras se hacía fui poniendo la mesa. Sarah bajó y repartió la comida. Luego colocó los platos en la mesa y comenzamos a cenar. Esperábamos que Anne aquella noche no llorara tanto como en la anterior. Cuando terminamos de cenar lo recogimos todo y nos sentamos en el sofá. Sarah estaba tumbada en el sofá con la cabeza apoyada en mis piernas. Mientras, yo jugaba con su pelo ondulado. Comencé a cantar el estribillo de 'Isn't she lovely' de Stevie Wonder. Siempre dije que cuando tuviera una hija se la cantaría. Sarah cerró los ojos y dejó que siguiera cantando. Cuando terminé se giró y me miró fijamente. Esbozó una tímida sonrisa y levantó un poco su cabeza para poder besarme. Cuando nos separamos sonreí y después de que le acariciara tiernamente su mejilla se volvió a echar en mis piernas.
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