Capítulo 22: La mejor noche de mi vida.
'Eres como ningún
otro, porque solo tu te has ganado mi alma y un lugar en lo más profundo
de mi corazón, se que tu amor lo puede todo, las noches estrelladas,
las melodías más bellas, las palabras, las fantasías, todo me parece
poco, porque tu me llenas. Eres mi sueño cumplido, el amor perfecto, sin
ataduras. Eres la respuesta a mis preguntas la razón de mi vivir, de
soñar, de llorar, de reír, de amar, cantar, de escribir… Le agradezco a
Dios que te haya puesto en mi camino, quisiera gritar desde lo más alto
de una montaña que te amo y que se escuchara el eco por todos los
cielos… porque tu siempre estas en mis pensamientos, en mi corazón, en mis
sentimientos, en el sol, la lluvia, en cada lágrima, tú eres mi
felicidad, mi todo. Por que desde aquel día en que te vi por vez primera
mi vida cambio por completo. Sólo le pido a Dios que perdure este amor
más allá de los años, del tiempo, de la muerte, para estar a tu lado
siempre. Te amo, hasta el infinito y más allá elevado a infinito
infinitas veces.'
Por cada frase que leía una lágrima descendía
por mi mejilla... En aquel momento no me importó llorar delante de ella,
además no podía aguantarme. Lloraba, pero a la vez sonreía y seguía
leyendo. Tanto Sarah como yo sabíamos perfectamente que lloraba de
felicidad.
Levanté la mirada del papel y vi a Sarah con los ojos
llorosos, estaba a punto de llorar. Me acerqué a ella corriendo y la
besé. En aquel beso, ambos, nos decíamos todo. Deseo, amor, pasión,
felicidad, cariño, amistad. Seguimos besándonos durante un par minutos,
tan solo nos separábamos para coger aire. Después de aquel beso la
abracé lo más fuerte que pude, hundiendo su cabeza en mi pecho. No
quería perderla, no a ella.
Noté como se humedecía mi pecho. Sarah
rompió a llorar. Me separé de ella unos centímetros y apoyé mis manos
en sus hombros rozando mis dedos en su cuello, me miró fijamente a los
ojos.
-Te amo muchísimo, Harry -dijo Sarah con un hilo de voz.
-Y yo a ti, princesa -la di un dulce beso.
-Hay otro regalo, abre el sobre -le obedecí. Lentamente fui abriendo el
sobre. No me lo podía creer, íbamos a estar diez días en París, la
ciudad del amor. Es lo mejor que me ha podido pasar, ella es lo mejor
que me ha podido pasar- Vamos a pasar diez días en París. Quiero que
antes de que te vayas, tengamos unas vacaciones inolvidables. Nos
vendremos el día quince. Y pasaremos el catorce de febrero allí, ¡vamos a
ver la Torre Eiffel el día de San Valentín!
-¡TE AMO, TE AMO, TE AMO! -grité lo más fuerte que pude. La besé. Sarah
era... era... No podía ni describirlo, era el amor de mi vida, ella era
la indicada, lo sabía.
-¡Vamos tortolitos, se está haciendo de noche! -oímos llegar a los demás.
-¡Esta noche hay fiesta! -grité.
-¡Tengo hambre! -Niall salió corriendo hacía la salida y todos fuimos detrás de él.
Era
el mejor cumpleaños de mi vida. Estaba con los más queridos. Lo que yo
pensaba que sería el peor cumpleaños de todos, había acabando siendo el
mejor. Sarah tenía unas formas increíbles de enamorarme. Cada vez la
quería más, y estuve empezando a dudar si se podía amar más a una
persona de como yo amaba a ella.
(Narra Sarah)
Me encantó
que a Harry le hubiese gustado tanto mi regalo, pero, aún no sabía como
decirle que tenía que volver a España. Gasté todo el dinero que estuve
ahorrando durante tantos años, para el viaje a París los diez días. Y ya
apenas me quedaba dinero para más. Lo más seguro es que cuando los
chicos se fueran de gira yo volvería a España. En parte quería, pero por
otra no. Por parte iba a estar con mi familia, pero por otra parte no
quería porque iba a separarme de Danielle, Eleanor y Alice, ya no tan
solo de los chicos, si no también de ellas, y había formado una amistad
muy bonita como para perderla, pero es que no tenía dinero para seguir
adelante y ya no tenía tiempo como para poder encontrar trabajo. Ese
mismo fin de semana me iba con él. Lo más seguro es que volviera a
España.
-¿En qué piensas? -interrumpió Harry dándome un corto beso.
-No, en nada... -dije robando le otro beso.
Además, si se lo
contaba seguro que cuando viniéramos de París. Si se lo llegase a contar
en aquel momento, no querría ir al viaje o querría darme dinero. 'Ya
hemos llegado' -gritó Louis. Habíamos alquilado un local. Ya estaba todo
preparado. Equipo de música, altavoces, amigos, bebida, comida y todo
lo demás.
Bajamos todos del coche corriendo y emocionados. Decidí
no pensar en eso en aquel día, quería disfrutar del cumpleaños de mi
novio, como ningún otro.
Entramos en el local. Ya estaba todo
lleno de gente. La música estaba demasiado fuerte. Todos llevábamos
varias copas encima. La gente se fue quitándose de la pista dejándonos
paso a Danielle y a mí, ya que Harry lo había pedido por el micrófono,
después que los chicos le cantaran el cumpleaños feliz, aunque no se
entendió mucho, ya que Niall no paraba de reír por como intentaba cantar
Zayn con aquel ciego que ya llevaba encima. Danielle y yo comenzamos a
bailar. Yo estaba mucho más bebida que Danielle y los pasos a penas me
salían bien. Todo el mundo comenzó a gritar y a aplaudir. Danielle salió
de la pista y me quedé yo sola. Cogí a Harry de la corbata y lo atraje
hacía mí tirando le algunos besos. Me pegué bastante a Harry, no había
distancia que nos separará. Hacíamos pequeños movimientos de cadera. Me
bebí el último trago que me quedaba de Vodka en la copa y me dirigí a la
barra a por más. Le pedí un chupito al camarero solo de Whisky. Me lo
dio y de un trago me lo bebí todo quemando mi garganta. Iba a pedir otro
al camarero cuando noto unas manos en mi cintura. Me giré. Harry.
Sonreí. Éste negó con la cabeza, me costó un poco entenderlo, pero al
final acabé dándome cuenta de que se refería a que no bebiera más.
Estábamos todos bebidos, pero Zayn y yo ya nos estábamos pasando. Yo
nunca había bebida de esa forma, siempre me había controlado, pero no
sabía lo que me pasó esa noche. Los chicos intentaban tranquilizar a
Zayn y Harry lo intentaba conmigo. Era su cumpleaños así que le dije al
camarero que no me pusiera nada más. Harry agarro mi mano y me subió a
la primera planta. Había muchas habitaciones, algunas ya estaban
ocupadas. No fuimos a la más grande, con baño incluso. Harry cerró el
pestillo. Éste me cogió en brazos ya que no paraba de tambalear y me
costaba andar y me echó en la cama, mientras, él entró en el baño y
encendió el grifo. Me cogió de nuevo en peso y nos encerramos en el
baño. Tanto Harry como yo, nos quedamos en ropa interior. Nos metimos en
la ducha. El agua estaba congelada. Según Harry, esto te quitaba el
ciego de encima. Pues sí, algo funcionaba ya me encontraba mucho mejor y
sabía dónde estaba. Harry salió de la ducha y se secó con la toalla
cuando terminó me la dio a mí y salió del baño. Me sequé y me envolví el
cuerpo con ella. Salí del baño y me encontré a Harry buscando por los
cajones. Me senté en el borde de la cama, ¿que hacía? Al fin encontró lo
que buscaba, un preservativo. Así que, quería juego, ¿no? De repente me
entró miedo, era virgen, y no me daba vergüenza decirlo. Siempre había
querido que mi primera vez fuera con una persona de verdad, que de
verdad me quisiese, y creía que ese momento había llegado. Me levanté de
la cama y tiré la toalla al suelo. Cogí a Harry por los hombros y lo
eché despacio en la cama. Éste reía. Me puse en frente suya y comencé a
quitarme la ropa que aún me quedaba lentamente a la vez de la música que
se podía escuchar desde aquella habitación. Harry no dejaba de reír y
de morderse el labio. Su ''amiguito'' ya estaba muy contento. Harry se
acerco a mí y me cogió de los muslos haciendo que me montara encima de
él y rodeara mis piernas sobre su cadera. Éste comenzó a andar de
espalda hasta llegar a chocar con la pared. No había distancia que
pudiera separarnos. Nos comenzamos a besar con pasión. Nuestras lenguas
comenzaron a jugar. Harry abrió el preservativo y se lo puso. Tenía
miedo, pero, quería sentirme unida a Harry, quería que fuéramos uno,
estaba segura que lo iba a pasar genial y que sería la mejor noche de mí
vida.
Harry me volvió a agarrar de los muslos y anduvo hasta la
cama, quedando yo arriba. Me miró un momento a los ojos, podía entender
perfectamente lo que me quería decir, no hacía falta palabras. Asentí
con la cabeza. Me acerqué a su cuello y comencé a besarle, dejando
algunas marcas. Le di un pequeño mordisco, lo que hizo que éste gimiera.
Eso me gustó aún más y seguí con mi trabajo. Fui bajando más y más.
Besé todo su abdomen y lo recorría con la yema de mis dedos, hasta
llegar a su masculinidad. Acerqué mis manos hasta éste. Harry echó su
cabeza hacía detrás. Me cogió de los brazos y me giró, quedando él
encima de mí. Intentaba no dejar caer todo su peso sobre mí. Harry me
comenzó a besar con fuerza, con pasión. Pude notar como nos empezábamos a
unir. Al principio comenzó a ir lento, pero después aumentó mucho más
la velocidad, haciendo que yo gimiera cada vez más y más fuerte. Harry
intentaba callar mis gemidos con besos, pero no era suficiente. Hincaba
mis uñas en las sábanas. Harry besaba lentamente toda la zona dónde
estaban mis pechos. Eché mi cabeza hacía detrás. En ese momento podía
decir que había rozado el cielo con la yema de mis dedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario