Capítulo 38: Rozar tu piel con la mía con un simple abrazo.
(Narra Zayn)
Abrazo.
Firma. Sonrisa. 'Te quiero'. Beso. Y así con la mayoría de las fans.
Buscaba a ella entre todas las demás. Pero no la veía por ninguna parte.
No podía ser. Ella me dijo que iba a venir. De nuevo volví a mirar,
pero ni rastro de ella. Me senté en la silla después de abrazar a
aquella fan. Cada vez quedaban menos fans y ella seguía sin aparecer.
-Yo también te quiero -sonreí firmando a una fan que se secaba las lágrimas. Ésta chica era la última. Ella no iba a aparecer...
-¡Paso, paso! -gritó una chica morena de ojos claros apartando a
nuestros guardaespaldas con sus brazos. Abrió su bolso y sacó el disco.
Lo colocó encima de la mesa y sonriente miró a Louis para que le
firmara. Todos estábamos bastante sorprendidos, ya todos la conocían.
-Lo siento. La firma ya ha acabado -dijo uno de los guardaespaldas.
-¡Por favor! Solo estoy yo, por favor.
-Emma -reaccioné al fin.
Ella se giró tras escucharme. Nuestras
miradas por primera vez se encontraron y una amplia sonrisa se dibujó en
su cara, lo que hizo que otra apareciera en mi rostro. Despacio fue
deshaciéndose de los brazos del guarda espalda. Corriendo me levanté de
la silla y salté la mesa negra que nos separaba. La miré fijamente a los
ojos un instante. Esos ojos azul grisáceo que tanto había deseado ver
en persona y no a través de una pantalla. Ella abrió sus brazos y los
enredó en mi cintura hundiendo su cabeza en mi pecho. Apoyé mi mejilla
en su pelo y con mis manos fui acariciando su espalda. Al fin. Al fin
rompimos aquella jodida distancia.
-¿La conoce, Malik? -preguntó uno de los guardaespaldas.
-Claro que la conozco -sonreí separándome de ella- Vamos a firmarte -ella sonrió.
-¡Vaya, Emma! Al fin te veo en persona -dijo Niall firmándole.
-Al fin -rió ella- Siento lo de Sarah, Harry -dijo mientras éste le firmaba- Me encantaría haberla conocido...
-Seguro que os llevaríais genial -sonrió Harry.
Me tocó firmarle.
No sé como me salió la firma. No aparté mi vista de ella ni un segundo.
Era increíble esa sensación de ver a aquella persona que se encontraba
tan lejos de ti teniéndola en esos momentos a menos un metro. Dentro de
unas horas empezaba el concierto y nosotros teníamos que estar allí un
poco antes para ensayar. Después del ensayo ella estaría de nuevo
conmigo, gracias a aquella entrada vip. Terminó Liam de firmar su disco y
se despidió de nosotros. Ella se iba a donde se realizaría el
concierto. La abracé y le besé la frente. Y sin apartar la mirada de
ella pude observar como se alejaba por las calles de Glasglow.
(Narra Sarah)
Con
la cabeza agachada y arrastrando dos maletas crucé el aeropuerto de
Sevilla. Allí no era tan conocida como en Londres, y apenas se paraban a
hablarme, solo algunas fans que en cuanto me veían corriendo se
dirigían a mí gritando. Llamé a un taxi. Pocos minutos después éste
llegó. Abrí el maletero y guardé las dos maletas. Lo cerré. Me monté en
los asientos traseros y le di la dirección de mi barriada al taxista.
Puso el taxi en marcha. Observaba las calles de Sevilla desde la
ventanilla de aquel taxi. Cuanto había echado de menos mi ciudad. Media
hora después, aproximadamente, llegamos a mi barriada. Pagué al taxista y
me despedí de él. Abrí el maletero y cogí mis maletas. De nuevo lo
cerré. Todo el mundo me miraba, algunos extrañados. Seguro que mi madre
les contó que me había ido a vivir a Londres. Saludé a algunas conocidas
hasta llegar a mi casa. Suspiré y pulsé el timbre. Escuché la dulce voz
de mi hermana mientras corría por el jardín de mi casa. Abrió la
puerta. En cuanto me vio se tiró encima mía.
-¡Mamá, Sarah está aquí! -gritó la pequeña mientras entraba corriendo en la casa.
-Yo también echo de menos a Sarah, Jess -dijo mi madre mientras aparecía
por la puerta arrastrada por mi hermana. Reí- Oh dios mío, Sarah, ¿como
qué estás aquí?
-Una larga historia... -dije abrazándola.
-Vamos, cariño, entra dentro -dijo sonriente.
-¿Quién es, Amie? -dijo mi padre desde el salón.
-¡Mario, es Sarah! -mi padre corriendo se levantó del sofá.
-¡Sarah! -dijo mi padre antes de abrazarme.
-Mamá, te lo dije.
-Lo siento, Jess -rió mi madre.
Subí a mi habitación. Seguía como
siempre. Mi cama de matrimonio, con las bandera de USA y UK puestas de
cortinas. Y fotos de algunos cantantes. Todos mis diplomas de baile y
fotos de cada actuación, amigos y familiares. Dejé las maletas a un lado
y me eché en la cama. Tendría que poner fotos con los chicos. Saqué la
cámara de fotos y me la guardé en el bolso. Bajé al salón. Mis padres me
esperaban para un interrogatorio.
-Bueno, haber. Gasté todo mi
dinero en un viaje. Fue un regalo para el cumpleaños de Harry y bueno,
ellos empezaban la gira y en parte me quería venir, porque estaría con
ustedes, pero me iba a separar también de las demás chicas.
-¿Por qué no nos lo dijiste antes? -dijo mi madre.
-No quería preocuparos.
-¿Y como está Harry?
-Bien, bueno, no quería separarse de mi. Yo tampoco, pero no había otro remedio. No iba a permitir que me diera dinero.
-Ya verás como lo vuelves a ver -dijo mi padre abrazándome.
-Eso espero -le abracé.
En cuanto terminé de hablar con ellos salí
de mi casa. Iba paseando por las calles de Sevilla. Había muchísima
gente. Abrí el bolso y saqué el móvil. Llamé a Harry. Un pitido, dos,
tres, cuatro. No me lo cogía. De nuevo lo intenté pero no me lo cogió.
Seguro que estaba en el concierto. Le dejé un mensaje: 'Mi amor. Estoy
en Sevilla. Ya te echo de menos. Te amo'. Enviar. Guardé el móvil y
entré en una casa de fotografías. Le di la tarjeta de memoria y saqué
algunas fotos. Algunos con Alice, otras con Danielle, con Eleanor y
otras con los chicos. También algunas de Harry y yo en el viaje a París.
Le di el dinero a la chica y salí. Iba paseando por la calle.
Tranquila, algo que no había podido disfrutar durante ese tiempo en
Londres. Iba a entrar a una tienda de ropa, a una a las que siempre iba.
Pero la habían quitado. Leí un cartel: 'Escuela de danza Paso a Paso.
Buscamos profesores de cualquier estilo' Y debajo un número de teléfono.
Lo guardé en mi agenda. Abrí la puerta de aquel edificio y entré.
Aquello era impresionante. Había una pequeña sala junto con un bar. Más
adelante estaba la recepción. Me acerqué a ella. Había un chico.
-Hola -dije sonriente.
-Hola -sonrió- ¿En qué puedo ayudarle?
-He visto el cartel que había en la puerta y vi que necesitaban
profesores. Estoy interesada -dije sentándome en una silla morada.
-Bueno, primero tienes que rellenar este papel -dijo entregándomelo
junto con un bolígrafo. Había muchísimos estilos, yo sin duda elegí
hip-hop- Listo -sonreí.
-Bueno, dentro de cinco días es el casting. Veo que has elegido para
Hip-hop. Tan solo se han apuntado cinco. Los casting serán en la sala
'Los Ángeles'. Ven, voy a enseñártelo -dijo el chico levantándose.
Seguía
a aquel chico moreno por todo la escuela. Aquello era enorme. Tenía
tres salas de baile. La primera era 'Sevilla' era la más pequeña de
toda, pero aún así era enorme. Tenía muchos espejos y en una de las
blancas paredes un disco morado que ponía en el centro: Paso a Paso, así
era el nombre de la escuela. La siguiente fue la sala 'Londres' Era
algo más grande que la sala 'Sevilla' y la última y donde se realizarían
los casting, la sala 'Los Ángeles'. Era la más grande de todas. Enorme.
Entré en la sala. Observé todo mi alrededor.
-Aquí se suelen
hacer masterclass. Las última fue con unos bailarines de Las Vegas.
Asistieron ciento cuarenta y cinco personas.
-Vaya. Es enorme -dije mirando todo.
-Sí -sonrió el chico.
-¿Y a qué hora es el casting?
-A las 16:00. De jurado estarán unos grandes bailarines de Hip-hop.
-Genial -sonreí- Bueno, muchísimas gracias por todo. Aquí estaré el Lunes.
-Adiós, Sarah -sonrió el chico
.
Sonriente salí de aquella escuela
de danza. Si me llegasen a coger, el dinero lo iba a guardar para volver
a Londres. Iba a llegar a casa y comenzar a montar la coreografía. Tan
solo tenía cinco días para montarla. Esperaba que mi sueño de ser
bailarina profesional se hiciera realidad. En cuanto llegué a casa se lo
conté a mis padres. No les pareció mala idea. Era mayor de edad y de
ahí sacaría dinero para volver a Londres. Corriendo subí a mi habitación
y me puse ropa cómoda para bailar. Subí a la tercera planta de mi casa.
Era al aire libre. Cogí mi móvil y mis altavoces. Elegí: 'Bottlez' de
T-pain. Mientras que aquella canción sonaba dejaba que mi cuerpo se
moviera solo a la vez de la música.
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