Capítulo 52: Una gran noticia.
09:32. El desagradable sonido
del móvil al vibrar encima de mesa fue el que me despertó aquella
mañana. Parpadeé un par de veces antes de frotarme los ojos. Levanté la
cabeza y cogí mi móvil. Louis. ¿Qué quería a esas horas? Descolgué y
volví a echarme en la almohada.
-Dime, Louis -dije con una voz ronca.
-¡Harry! -dijo emocionado.
-¿Qué pasa? ¿Qué quieres a estas horas?
-Hoy almorzamos todos en mi casa.
-Esta bien, ¿pero para eso me llamas a esta hora?
-¡Es que estaba deseando contarlo!
-¿De verdad, Louis?
-¡Tengo una increíble noticia que daros!
-Sí, yo también tengo otra, pero ahora quiero dormir, ¿sí? Luegos nos vemos.
-¡Hasta luego, Harold! -gritó éste antes de colgar.
Volví a dejar
el móvil en la mesita de noche y me tapé de nuevo con la manta. Una
vuelta, dos, tres, cuatro, solo daba vueltas en la cama no pude volver a
dormir. Jodido Louis, me despertó tan temprano... Me senté en los pies
de la cama y observé por el balcón las calles blancas de Londres. Sonreí
tras acordarme de la noche anterior con Sarah. Me levanté de la cama y
entré en su habitación. Estaba tapada hasta el cuello y tenía la
habitación oscura, ya no iba a volver a domir en aquella habitación, en
mi cama cabíamos los dos perfectamente. Me senté a su lado y la besé la
mejilla. Sonriente la fui acariciando el hombro, hasta que ella despacio
abrió los ojos.
-Buenos días, pequeña -sonreí.
-Buenos días, cielo. Me encanta que me llames pequeña o princesa -dijo frotándose los ojos.
-¿Qué tal has dormido, pequeña princesa? -dije tumbándome a su lado.
-Genial, ¿y tú?
-Muy bien. Pero que sepas que a partir de ahora dormirás en mi cama -Sarah comenzó a reír.
-Esta bien -sonrió.
-Louis me acaba de llamar.
-¿Para qué?
-Dice que vayamos todos a almorzar a su casa, que tiene que darnos una gran noticia.
-Vaya, ahora estoy intrigada.
-Y yo, ¡pero si no me hubiera llamado hubiera seguido durmiendo! -dije antes de besarla.
Nos
levantamos de la cama y nos fuimos a la cocina para desayunar. Sarah se
sentó en la encimera mientras se echaba leche en un vaso. Bebió un poco
y lo soltó en la encimera. De un salto bajó, abrió uno de los armarios y
cogió galletas, se apoyó en la encimera y comenzó a desayunar, yo tan
solo me tomé un café.
Soltamos los palos, la bufanda y los botones
en la mesa de madera y comenzamos a hacer las grandes bolas de nieve.
Se nos ocurrió hacer un muñeco de nieve para echar la mañana, y ahí nos
encontrábamos riendo mientras hacíamos rodar una gran bola de nieve para
formar el muñeco. Primero hicimos la más grande que sería el cuerpo del
muñeco y luego la pequeña para la cabeza. Como pudimos conseguimos
montarla encima de la otra bola intentando que ninguna de las dos se
destrozaran, pero fue imposible, de nuevo a hacer las dos bolas. Cuando
al fin ya las teníamos conseguimos esta vez colocar una encima de la
otra. Sarah puso unos finos palos en cada lado haciendo de brazos, yo
puse dos botones para los ojos y un pequeño palo para la boca y para
terminar, Sarah colocó la bufanda. Luego se acercó a mi y estuvimos unos
segundos observando el muñeco. Algo le faltaba pero no sabíamos el que.
Sarah me miró riendo.
-¡La nariz! -rió ella entrando en la casa. A los pocos segundos apareció con una zanahoria.
-Ya decía yo que algo faltaba -reí.
-Tienes muchísimas zanahorias en el frigorífico.
-Es lo que tiene ser amigo de Louis -reí poniendo la zanahoria en la cabeza del muñeco.
-Ahora está perfecto -sonrió Sarah agarrándome de la cintura.
Estuvimos
unos minutos echándonos fotos con el muñeco, haciendo el idiota,
saltando y dando vueltas riendo mientras girábamos alrededor del muñeco
de nieve. Sarah se echó en la nieve dejando la forma de su cuerpo en
ésta, me eché a su lado y estuvimos un tiempo mirando al cielo, que
aquel día estaba nublado como la mayoría. Sarah se sentó y corriendo
entró en la casa. Miré la hora. Corriendo entré detrás de ella, teníamos
que comenzar a vestirnos ya para ir a almorzar a casa de Louis, estaba
deseando saber que era aquella gran noticia que tenía que comentarnos.
Lo que no sabía es que aquella noticia cambiaría la vida de todos y cada
uno de nosotros.
(Narra Sarah)
Cogí unos vaqueros ajustados
y me los puse, un jersey blanco y una chaqueta clara encima, tenía que
estar bien abrigada, me puse unas botas militares marrones y una gran
bufanda rodeando mi cuello del mismo color que las botas, me coloqué un
gorrito de lana blanco en el pelo y me maquillé un poco. Salí del baño y
bajé las escaleras despacio. Harry me esperaba sentado en el sofá del
salón. En cuanto me vio corriendo se levantó y cogió las llaves del
coche, nos montamos en éste y nos dirigimos rápido a casa de Louis,
llegábamos tarde. Harry bajó y me abrió la puerta, luego nos acercamos a
la puerta de la casa y llamamos. Eleanor nos abrió emocionada, nos
abrazó a los dos y nos dejó pasar. Ya todos estaban allí, esperándonos
sentados en la gran mesa del salón. Parecíamos una familia en una cena
de navidad, todos juntos, de un lado para otro, repartiendo comida,
riendo y disfrutando como nunca. Harry y yo nos acercamos a todos. Todos
se levantaron de la mesa y se acercaron a saludarnos. Abrazos, besos y
sonrisas. Nos sentamos en la mesa y comenzamos a almorzar.
-Sois unos tardones, la comida se estaba comenzando a enfriar -dijo Niall.
-¿Qué mas da, Niall? Tu te la vas a comer igual -rió Louis.
-Cierto -dijo Niall llevándose comida a la boca- pero no es lo mismo.
-Tú mientras sea comida te lo comes todo.
-¡Eh, tampoco tanto!
-¡Pero nunca quiere probar mis zanahorias! -dijo Louis haciéndose el enfadado.
-Es que están malas -dijo Liam riendo.
-Mentira -dijo Louis apoyándose en el hombro de Eleanor comenzando a llorar.
-Bueno, bueno, tan malas no están. A mi me encantan -dijo Eleanor sonriente.
-Una de las razones por las que son novios -dijo Alice riendo.
-Bueno, ya dejemos de hablar de zanahorias. Yo quería comentaros algo
-dijo Harry mirando a todos. Todos se callaron y miraron a Harry
intrigados- Sarah y yo hemos vuelto -dijo antes de darme un corto beso.
Gritos y aplausos eran lo único que comenzaron a hacer los demás.
-¡Menos mal! No podía veros separados -dijo Danielle levantándose para abrazarme.
-Mucho habéis tardado -rió Emma.
-¿Verdad que si? Pues eso mejor dícelo a ella -dijo Harry señalándome. Todos comenzamos a reír.
-Y bueno, ¿cuál es vuestra gran noticia? -preguntó Zayn. Louis miró a
Eleanor sonriente. Eleanor se levantó de la silla y se acarició el
vientre.
-Estoy embarazada.
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