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jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 12: Una noche inolvidable.

Capítulo 12: Una noche inolvidable.

Eran cerca de las doce. Estuvimos un rato hablando sobre España y sobre Harry y yo. Mis padres estaban encantados con él, creo que se llevaban bien. Nos reíamos mucho, sobretodo cuando Harry y mi padre intentaban hablar.

Harry y yo fuimos al supermercado que había cerca de mi apartamento, para comprar algo para almorzar. Volvimos al apartamento. Empezamos todos a almorzar.

–¿Conociste ya a sus padres? –me preguntó mi madre.
–Sí –sonreí.
–Yo quiero conocer a tus padres –sonrió mi padre.
–¡Sí! Ellos estarán encantados –sonrió ampliamente Harry– ¿Qué os parece almorzar mañana en mi casa?
–¡Perfecto! –dijo mi madre.

Terminamos de comer y recogimos todo. Mi padre, como no, se fue a dormir la siesta, como todo los días… Mi madre estuvo viendo la televisión y mi hermana jugaba con varias cosas que había traído. Harry y yo decidimos ir a contárselo todo a los padres de Harry y de camino ir a dar un paseo por el parque.
Llegamos a casa de Harry y nos abrió su hermana. Nos dio un fuerte abrazo a los dos. Entramos en su casa. Los padres estaban sentados viendo la televisión. Los saludamos y nos sentamos con ellos a hablarles sobre el tema.

–Os quería comentar algo… –dijo Harry.
–¿Qué pasa? –preguntó Anne preocupada.
–Hoy he conocido a los padres de Sarah, creo que os dije que vendrían, ¿no?
–Sí.
–Pues hoy llegaron a Londres, almorzamos juntos y quieren conoceros.
–¿A nosotros? –dijo Mike.
–Sí –sonrió Harry.
–¡Claro! –dijo la madre.
–Hemos dicho de quedar mañana para almorzar, aquí, y así cabemos todos mucho mejor.
–Me parece una idea perfecta.

A los padres de Harry les pareció una idea perfecta, estaba deseando que se conocieran, tenía un presentimiento de que se llevarían muy bien. Nos despedimos de los padres de Harry y yo salimos a dar un paseo como planeamos.

Íbamos agarrados de la mano, hablando. Hablábamos de los chicos, ¿Qué estarían haciendo en aquel momento? No los veíamos desde el día anterior. ¿Qué tal estaría Eleanor? También hablamos de la cena de por la noche. Harry a las 22:00 pasaría a recogerme al apartamento e iríamos a un restaurante. Llegamos a un pequeño parque. Nos sentamos en uno de los bancos. No había muchas personas, había madres con sus hijos… Aunque se veían a unas dos chicas al fondo. Seguimos hablando hasta que alguien nos interrumpió. Me di cuenta que era una de las chicas del fondo y la otra estaba a su lado.

–¡¿Harry Styles?! –dijo la chica rubia.
–El mismo –sonrió.
–¿Sarah? –preguntó la otra chica pelirroja.
–Sí –sonreí.
–¿Podéis firmarnos un autógrafo, por favor? –dijo la chica rubia saltando de felicidad.
–¡Claro! –dijimos Harry y yo al unísono. ¿Yo también? ¿De verdad que me habían pedido un autógrafo? ¡¿A mí?! No, no me lo podía creer.
–¿Cómo te llamas? –preguntó Harry a la chica pelirroja.
–Marie –sonrió dándole un papel con un bolígrafo.
–¿Y tú como te llamas? –pregunté.
–Ashley –sonrió la otra chica.
–Lindo nombre –sonreí firmándole el autógrafo a la chica rubia.
–¡Gracias! –una lágrima de felicidad cayó sobre su mejilla.
–No llores –le abracé sonriendo.

Ashley se limpió las lágrimas y se giró para que le firmara Harry. Hice lo mismo con la otra chica, se llamaba Marie, vaya, me gustaban muchos sus nombres. Por último nos echamos unas fotos los cuatro juntos, Harry una sola con las dos chicas y otra yo igual. Las chicas me abrazaron las dos a la vez, bastante fuerte. Las abracé sonriendo.

–Te queremos, Sarah –dijo la chica pelirroja.
–Gracias, chicas. Y yo a ustedes.
Vi como Harry sonreía ampliamente, estaba feliz, muy feliz. Nos despedimos de las chicas y volvimos a estar los dos solos. Estuvimos un rato más, eran las 19:00. Harry me acompañó hasta mi apartamento.
–¿Sarah, tu madre es española?
–No, mi madre no es española, nació en Wandsworth.
–¡Vaya! Es que su nombre me dejó en duda… Amie… –dijo mirando el cielo, eché a reír. Justo llegamos a mi apartamento.
–Te paso a recoger a las 22:00, que no se te olvide –me besó.
–Claro que no, cielo –le besé. Harry colocó sus manos en mi cintura, yo tenía mis manos en su cuello. Estábamos muy pegados. Fue un beso largo y apasionado. Lo amaba. Nos separamos y le di un abrazó.
–Nos vemos después –sonreí abriendo la puerta del apartamento.
–Adiós –sonrió Harry.

Entré en mi apartamento. Mi padre estaba haciéndole cosquillas a mi hermana en el salón y mi madre hablaba por teléfono, recorriendo cada rincón de la cocina, ¿con quién hablaría? Me dirigí hacía donde estaba mi padre.

–Esta noche voy a salir, papá –me senté a su lado.
–¿Con Harry? –sonrió.
–Sí, me va a llevar a cenar.
–Me gusta este chico para ti, Sarah.
–Es el mejor, papá –le abracé. Me besó la frente y me abrazó.

Entré en mi habitación, que en esos momentos eran de mis padres, y cogí el vestido que me dijo Harry que me pusiera para la cena. Eran las 20:40. Faltaba más de dos horas, pero tardaba demasiado en arreglarme. Dejé todo preparado en la cama, el vestido, los tacones, el bolso, un poco de pintura y el secador para el pelo. Entré en el baño, puse música en el móvil y me empecé a duchar. A los veinte minutos aproximadamente salí del baño, envuelta en una toalla, también llevaba una en la cabeza para el pelo. Empecé a arreglarme. El vestido me llegaba por encima de las rodillas. Era azul oscuro, ajustado, con escote y las mangas por los codos. Los tacones eran negros y bastante altos, eran preciosos. El bolso iba a juego. Me pinté. Me sequé el pelo. Decidí hacerme un recogido, siempre iba con el pelo suelto… Me hice una trenza hacia un lado, me quedaba por debajo de los pechos. Terminé sobre las 22:35. Quedaban veinticinco minutos todavía. Entré en el salón. Mis padres se quedaron boquiabiertos, mi hermana vino corriendo hacia mí y me abrazó.

–¿Me queda bien? –dije.
–¡Estas preciosa, hija! –dijo mi madre.
–Cómo has crecido… Sarah –dijo mi padre, corriendo le abracé. Siempre querían lo mejor para mí, siempre me han apoyado en todo, y me han ayudado siempre.
–¿Dónde vas así de guapa? –dijo mi hermana– ¿Vas a ver a Harry?
–Sí, vamos a ir a cenar a un restaurante –dije revolviéndole el pelo. Justo llamaron al timbre. Me levanté, cogí el bolso y abrí la puerta.
–¡Cielo! –le besé.
–¡Cariño! –me besó– E… estás… preciosa, ¡dios mío!
–¿De verdad? –sonreí tímida.
–Preciosísima.
–Tú no te quedas atrás, ¡eh! –reí.

Salimos del apartamento agarrados de la mano, y como no, varios paparazzis nos seguían. Conseguimos llegar al coche y montarnos. Llegamos al restaurante, no estaba muy lejos de aquella zona. Dejamos el coche a uno de los hombres que había en la puerta y lo aparcó. Entramos por la parte trasera y estuvimos apartados de los demás, así sería mucho más tranquilo.

La cena transcurrió con risas, y algún que otro beso y mimos. Harry se levantó y sacó una venda.'¿Qué haces?’ pregunté. Harry me calló con un beso. Sonreí y me levanté. Harry me agarraba de las manos, guiándome. Entramos en otra sala. Harry me dejó y se dirigió a otro lado, podía oír sus pasos. Estaba muy intrigada por saber a donde me había llevado. Pude escuchar la voz de Craig David, sonaba Unbelievable. Noté las suaves manos de Harry sobre mi cara quitándome la venda. La venda cayó al suelo y pude ver una gran pista de baile. Había un pequeño escenario, y debajo otra pista mucho más grande… Había poca luz, lo hacía más romántico. Me giré y besé a Harry. Me agarró de la mano y salimos a la pista a bailar. Tenía sus manos en mi cintura y yo las tenía rodeando su cuello. Nuestras frentes estaban juntas. Me acerqué a él y lo besé. Le abracé y estuvimos bailando lento, toda la canción. Fue todo tan perfecto, precioso, fantástico, romántico, increíble… tanto como él.

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