Capítulo 15: Hasta dentro de cinco meses.
Me dirigí a mi
habitación a elegir mi ropa. Mi hermana estaba despertándose, mi padre
revisaba las maletas y mi madre preparaba unas tortitas. Decidí ponerme
una camiseta gris, muy sencilla, con un abrigo marrón claro, una bufanda
grande rodeándome el cuello con un color parecido al del abrigo, unos
vaqueros pitillos negro y unas pequeñas botas negras de plataforma. Me
duché. Me alisé el pelo, era la primera vez que Harry me vería con el
pelo liso.
Mientras me alisaba el pelo, pude oír el timbre. Mi
madre abrió y escuché como Harry saludaba, su voz… la reconocía.
Llamaron a la puerta del baño. Quité el pestillo y entró. Iba precioso…
Él me miraba con esa perfecta y preciosa sonrisa, mostrando sus
hoyuelos. Dejé el secador y la plancha en un lado y le besé. Nos
separamos varios centímetros. ‘Precioso’ susurré. Harry volvió a besarme
una y otra vez, pero mi madre nos interrumpió diciéndonos que ya
estaban las tortitas hechas. Me sequé el mechón de pelo que me faltaba y
salí con Harry agarrados de la mano.
Eran las 9:15, guardamos todo en el coche de Harry y nos dirigimos al aeropuerto. En diez minutos estábamos allí.
Ya era la hora. Mi padre se despidió de mí, mientras que mi madre se
despedía de Harry. Después hice lo mismo con mi madre y después con mi
hermana pequeña. Mis padres se dirigían al avión.
Harry me abrazó
por detrás. Agarré sus manos entrelazando nuestros dedos hundiendo mi
cabeza en su pecho. Mis padres se volvieron a despedir antes de subir al
avión. ‘Hasta dentro de cinco meses…’ pensé. Me giré y abracé a Harry
con fuerza intentado que las lágrimas no nublasen mis pupilas.
(Narra Harry)
Quería
pasar la mañana con ella. Agarré su mano y tiré de ella corriendo. La
llevé a una especie de campo que había justo al lado del aeropuerto. Si
te tumbabas en el suelo boca arriba podías ver el avión como despegaba y
pasaba por encima de ti.
–¿Qué hacemos aquí? –preguntó Sarah mirando a todos lados.
–Túmbate conmigo. Podrás ver el avión despegar y pasar por encima de ti.
Sarah se echó a mi lado, pero boca abajo, hasta que pasara el avión. Ella
me miraba sonriendo y clavando sus ojos marrones claros en los míos.
Estábamos en silencio, pero no era para nada incómodo, era ese silencio
en el que sobran las palabras. Se humedeció los labios y seguía
mirándome apoyada en mi pecho, mientras yo acariciaba su pelo, enredando
mis dedos en él. Me acerqué a ella y la besé con cuidado y despacio,
como si en algún momento fuera a romperse.
Escuchamos un ruido,
bastante fuerte, que provenía del aeropuerto. Ella se puso igual que yo y
empezó a reír. El viento echaba su pelo largo hacía tras. Era increíble
ver como el avión estaba tan cerca…
Nos levantamos. Decidimos ir a
dar un paseo por aquel campo. Íbamos agarrados de la mano. Ella empezó a
correr. Abrió los brazos y hacía como si volara. Me detuve a unos
metros detrás de ella y reía observándola. Se acercó a mí, corriendo.
Abrí mis brazos y la levanté en peso. La besé. Pude notar como sonreía
mientras nuestros labios se rozaban. De repente escuché un ruido, como
si estuvieran abriendo un grifo. La solté y miramos a todos lados.
Empezó a salir agua, mucha agua, los periquitos se habían puesto en
funcionamiento y estaban regando aquel campo. Estábamos empapados, mis
rizos desaparecieron… Echamos a reír. Sarah me miró, vino hacía mí y me
besó. Tenía mis manos en su cintura y ella rodeaba mi cuello con sus
brazos. Le puse una mano en su mejilla acariciándola, me separé de ella y
le di un corto beso.
–Eres preciosa.
–No, Harry.
–Pero, eres la que hace más bello mi mundo.
–Te amo, Harry.
–Yo más, princesa. –Sarah se acercó a mí y me volvió a besar una y otra vez– ¿Vamos a ver a los chicos?
–¡Sí! ¿Qué te parece si llamo a Liam, almorzamos y nos bañamos todos en la piscina de su casa?
–¿En la piscina? Hace mucho frío…
–No, tiene una piscina termal.
–Esta bien, vamos.
Llamé a Liam, le pareció perfecta la idea. Me
dijo que él se iba a encargar de llamar a los demás chicos, Danielle y
Alice. Íbamos a hacer una barbacoa y después pasar la tarde en la
piscina y demás.
Sarah y yo fuimos a su apartamento primero para
que ella se cambiara, ya que estábamos mojados por los periquitos y
después iríamos a la mía.
Llegamos a su apartamento. Guardó el
bikini y demás en su bolso y se fue a cambiar… Iba a ser la primera vez
que iba a una piscina con ella y la primera vez que la vería ‘sin ropa’
ya sabéis, solo con el bikini. Aunque no me importaba, la amaba y me
daba igual como fuera su físico. Salió de su habitación con una camiseta
en la que salía una chica bailando y a su lado ponía 'I LOVE DANCE',
con unos vaqueros negros ajustados y unas vans negras.. Llevaba una
coleta alta, me encanta cuando tenía el pelo recogido, le quedada mucho
mejor, su coleta le quedaba larga, estaba preciosa. Se dio media vuelta y
echó a reír. La dije que se pusiera unas Ray-Ban, ya que no quería que
nos reconocieran. Cogió su bolso, apagó las luces y salimos del
apartamento. Me puse mis Ray-Ban también y agarrados de la mano
corriendo nos dirigimos a mi casa.
Me cambié mientras Sarah
hablaba con mis padres y mi hermana. Me puse una camiseta blanca, con
unos vaqueros oscuros y unas vans. Cogí el bañador y lo guardé en el
bolso de Sarah junto a su bikini. Terminé y nos despedimos de mis
padres. Corriendo nos dirigimos a la casa de Liam.
Llegamos a casa
de Liam, nos abrió Zayn. Salimos al patio y todos preparaban la
barbacoa. Olía bastante bien todo. Louis y Liam estaban haciendo unas
hamburguesas. Y Niall preparaba el pan y todo lo que le íbamos a echar a
la hamburguesa, aunque de vez en cuando cogía algo y se lo comía. Me
acerqué a los chicos junto a Zayn y ayudamos con la comida mientras las
tres chicas preparaban la mesa.
Terminamos de hacer la comida y
nos sentamos con las chicas en la mesa. Me senté entre Sarah y Zayn.
Empezamos a comer mientras hablábamos de mi cumpleaños, y de las
aficiones que compartían Danielle y Sarah.
Cuando acabamos de
almorzar recogimos todo y nos dirigimos a cambiarnos y ponernos los
bañadores para meternos en la piscina termal que tenía Liam. Me dirigí a
la habitación de Liam y me cambié, después avisé a Sarah y se cambió
ella.
(Narra Sarah)
Estuve esperando con Niall, Danielle y
Alice en el salón a que Harry me avisara para que pudiera subir yo a la
habitación para cambiarme y ponerme el bikini, aunque seguía diciendo
que no le parecía bien la idea de que nos cambiarnos por separado, ya
que éramos novios. Estaba un poco nerviosa ya que nunca estuve en bikini
delante de ellos… Nunca he ido a una playa ni a una piscina, ya que era
invierno… Soy muy insegura y de pequeña lo había pasado muy mal por mi
físico, cada vez que me miraba al espejo me solía poner a llorar y
cuando empecé a bailar en las academias perdí algo de peso. Aunque
tuviera el vientre plano, soy de cadera ancha, y eso es lo que más
odiaba… mi cadera. Harry me abrazó por detrás sacándome de mis
pensamientos.
–Cielo, ya puedes ir a cambiarte –me susurró en el oído.
–Perfecto –me giré y le di un corto beso.
–Sigo pensando que deberíamos de habernos cambiado juntos…
–No, no… –eché a reír mientras me dirigía a la habitación de Liam.
Entré
en la habitación y cogí el bolso que había dejado Harry en la cama con
el bikini. Mi bikini era de palabra de honor negro, con algunos
sencillos dibujos. Empecé a buscar la toalla por todo el bolso, pero,
no, no la encontré, se me había olvidado. Me acerqué al baño para ver si
había alguien y me diera alguna toalla. Llamé y por suerte Liam estaba
en el baño.
–¿Se puede?
–Claro, Sarah, pasa –Abrí la puerta y Liam estaba del espaldas. Tenía
una gran marca en la espalda que me llamó mucho la atención. ¿De qué era
aquella marca? ¿Una operación?
–¿Querías algo?
–Sí. Se me ha olvidado la toalla y quería preguntarte si podrías dejarme una.
–Claro –sonrió dándome una– ¿Qué mirabas?
–Tu cicatriz…
–Ah… Es de una operación.
–¡Vamos, chicos! –nos interrumpió Niall saliendo de otra habitación.
Bajamos
al salón y después nos dirigimos los tres al patio. Me dirigí a las
hamacas y deje ahí la toalla. Cogí la gomilla de pelo y me hice de nuevo
una coleta. Me giré y vi a Harry saliendo de la piscina y corriendo
hacía mí para darme un fuerte abrazo. Pude escuchar un ‘Oh…’ de fondo,
que imaginé que fueron los demás chicos.
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