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jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 15: Hasta dentro de cinco meses.

Capítulo 15: Hasta dentro de cinco meses.

Me dirigí a mi habitación a elegir mi ropa. Mi hermana estaba despertándose, mi padre revisaba las maletas y mi madre preparaba unas tortitas. Decidí ponerme una camiseta gris, muy sencilla, con un abrigo marrón claro, una bufanda grande rodeándome el cuello con un color parecido al del abrigo, unos vaqueros pitillos negro y unas pequeñas botas negras de plataforma. Me duché. Me alisé el pelo, era la primera vez que Harry me vería con el pelo liso.

Mientras me alisaba el pelo, pude oír el timbre. Mi madre abrió y escuché como Harry saludaba, su voz… la reconocía. Llamaron a la puerta del baño. Quité el pestillo y entró. Iba precioso… Él me miraba con esa perfecta y preciosa sonrisa, mostrando sus hoyuelos. Dejé el secador y la plancha en un lado y le besé. Nos separamos varios centímetros. ‘Precioso’ susurré. Harry volvió a besarme una y otra vez, pero mi madre nos interrumpió diciéndonos que ya estaban las tortitas hechas. Me sequé el mechón de pelo que me faltaba y salí con Harry agarrados de la mano.

Eran las 9:15, guardamos todo en el coche de Harry y nos dirigimos al aeropuerto. En diez minutos estábamos allí.

Ya era la hora. Mi padre se despidió de mí, mientras que mi madre se despedía de Harry. Después hice lo mismo con mi madre y después con mi hermana pequeña. Mis padres se dirigían al avión.
Harry me abrazó por detrás. Agarré sus manos entrelazando nuestros dedos hundiendo mi cabeza en su pecho. Mis padres se volvieron a despedir antes de subir al avión. ‘Hasta dentro de cinco meses…’ pensé. Me giré y abracé a Harry con fuerza intentado que las lágrimas no nublasen mis pupilas.

(Narra Harry)

Quería pasar la mañana con ella. Agarré su mano y tiré de ella corriendo. La llevé a una especie de campo que había justo al lado del aeropuerto. Si te tumbabas en el suelo boca arriba podías ver el avión como despegaba y pasaba por encima de ti.

–¿Qué hacemos aquí? –preguntó Sarah mirando a todos lados.
–Túmbate conmigo. Podrás ver el avión despegar y pasar por encima de ti.

Sarah se echó a mi lado, pero boca abajo, hasta que pasara el avión. Ella me miraba sonriendo y clavando sus ojos marrones claros en los míos. Estábamos en silencio, pero no era para nada incómodo, era ese silencio en el que sobran las palabras. Se humedeció los labios y seguía mirándome apoyada en mi pecho, mientras yo acariciaba su pelo, enredando mis dedos en él. Me acerqué a ella y la besé con cuidado y despacio, como si en algún momento fuera a romperse.

Escuchamos un ruido, bastante fuerte, que provenía del aeropuerto. Ella se puso igual que yo y empezó a reír. El viento echaba su pelo largo hacía tras. Era increíble ver como el avión estaba tan cerca…

Nos levantamos. Decidimos ir a dar un paseo por aquel campo. Íbamos agarrados de la mano. Ella empezó a correr. Abrió los brazos y hacía como si volara. Me detuve a unos metros detrás de ella y reía observándola. Se acercó a mí, corriendo. Abrí mis brazos y la levanté en peso. La besé. Pude notar como sonreía mientras nuestros labios se rozaban. De repente escuché un ruido, como si estuvieran abriendo un grifo. La solté y miramos a todos lados. Empezó a salir agua, mucha agua, los periquitos se habían puesto en funcionamiento y estaban regando aquel campo. Estábamos empapados, mis rizos desaparecieron… Echamos a reír. Sarah me miró, vino hacía mí y me besó. Tenía mis manos en su cintura y ella rodeaba mi cuello con sus brazos. Le puse una mano en su mejilla acariciándola, me separé de ella y le di un corto beso.

–Eres preciosa.
–No, Harry.
–Pero, eres la que hace más bello mi mundo.
–Te amo, Harry.
–Yo más, princesa. –Sarah se acercó a mí y me volvió a besar una y otra vez– ¿Vamos a ver a los chicos?
–¡Sí! ¿Qué te parece si llamo a Liam, almorzamos y nos bañamos todos en la piscina de su casa?
–¿En la piscina? Hace mucho frío…
–No, tiene una piscina termal.
–Esta bien, vamos.

Llamé a Liam, le pareció perfecta la idea. Me dijo que él se iba a encargar de llamar a los demás chicos, Danielle y Alice. Íbamos a hacer una barbacoa y después pasar la tarde en la piscina y demás.
Sarah y yo fuimos a su apartamento primero para que ella se cambiara, ya que estábamos mojados por los periquitos y después iríamos a la mía.

Llegamos a su apartamento. Guardó el bikini y demás en su bolso y se fue a cambiar… Iba a ser la primera vez que iba a una piscina con ella y la primera vez que la vería ‘sin ropa’ ya sabéis, solo con el bikini. Aunque no me importaba, la amaba y me daba igual como fuera su físico. Salió de su habitación con una camiseta en la que salía una chica bailando y a su lado ponía 'I LOVE DANCE', con unos vaqueros negros ajustados y unas vans negras.. Llevaba una coleta alta, me encanta cuando tenía el pelo recogido, le quedada mucho mejor, su coleta le quedaba larga, estaba preciosa. Se dio media vuelta y echó a reír. La dije que se pusiera unas Ray-Ban, ya que no quería que nos reconocieran. Cogió su bolso, apagó las luces y salimos del apartamento. Me puse mis Ray-Ban también y agarrados de la mano corriendo nos dirigimos a mi casa.

Me cambié mientras Sarah hablaba con mis padres y mi hermana. Me puse una camiseta blanca, con unos vaqueros oscuros y unas vans. Cogí el bañador y lo guardé en el bolso de Sarah junto a su bikini. Terminé y nos despedimos de mis padres. Corriendo nos dirigimos a la casa de Liam.

Llegamos a casa de Liam, nos abrió Zayn. Salimos al patio y todos preparaban la barbacoa. Olía bastante bien todo. Louis y Liam estaban haciendo unas hamburguesas. Y Niall preparaba el pan y todo lo que le íbamos a echar a la hamburguesa, aunque de vez en cuando cogía algo y se lo comía. Me acerqué a los chicos junto a Zayn y ayudamos con la comida mientras las tres chicas preparaban la mesa.
Terminamos de hacer la comida y nos sentamos con las chicas en la mesa. Me senté entre Sarah y Zayn. Empezamos a comer mientras hablábamos de mi cumpleaños, y de las aficiones que compartían Danielle y Sarah.

Cuando acabamos de almorzar recogimos todo y nos dirigimos a cambiarnos y ponernos los bañadores para meternos en la piscina termal que tenía Liam. Me dirigí a la habitación de Liam y me cambié, después avisé a Sarah y se cambió ella.

(Narra Sarah)

Estuve esperando con Niall, Danielle y Alice en el salón a que Harry me avisara para que pudiera subir yo a la habitación para cambiarme y ponerme el bikini, aunque seguía diciendo que no le parecía bien la idea de que nos cambiarnos por separado, ya que éramos novios. Estaba un poco nerviosa ya que nunca estuve en bikini delante de ellos… Nunca he ido a una playa ni a una piscina, ya que era invierno… Soy muy insegura y de pequeña lo había pasado muy mal por mi físico, cada vez que me miraba al espejo me solía poner a llorar y cuando empecé a bailar en las academias perdí algo de peso. Aunque tuviera el vientre plano, soy de cadera ancha, y eso es lo que más odiaba… mi cadera. Harry me abrazó por detrás sacándome de mis pensamientos.

–Cielo, ya puedes ir a cambiarte –me susurró en el oído.
–Perfecto –me giré y le di un corto beso.
–Sigo pensando que deberíamos de habernos cambiado juntos…
–No, no… –eché a reír mientras me dirigía a la habitación de Liam.

Entré en la habitación y cogí el bolso que había dejado Harry en la cama con el bikini. Mi bikini era de palabra de honor negro, con algunos sencillos dibujos. Empecé a buscar la toalla por todo el bolso, pero, no, no la encontré, se me había olvidado. Me acerqué al baño para ver si había alguien y me diera alguna toalla. Llamé y por suerte Liam estaba en el baño.

–¿Se puede?
–Claro, Sarah, pasa –Abrí la puerta y Liam estaba del espaldas. Tenía una gran marca en la espalda que me llamó mucho la atención. ¿De qué era aquella marca? ¿Una operación?
–¿Querías algo?
–Sí. Se me ha olvidado la toalla y quería preguntarte si podrías dejarme una.
–Claro –sonrió dándome una– ¿Qué mirabas?
–Tu cicatriz…
–Ah… Es de una operación.
–¡Vamos, chicos! –nos interrumpió Niall saliendo de otra habitación.

Bajamos al salón y después nos dirigimos los tres al patio. Me dirigí a las hamacas y deje ahí la toalla. Cogí la gomilla de pelo y me hice de nuevo una coleta. Me giré y vi a Harry saliendo de la piscina y corriendo hacía mí para darme un fuerte abrazo. Pude escuchar un ‘Oh…’ de fondo, que imaginé que fueron los demás chicos.

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