Capítulo 33: Diecinueve días.
(Narra Sarah)
Miré a
Harry emocionada y esté tiro de mi subiendo las escaleras que llevaban a
los jacuzzis. Había muchos y estaban en la planta alta. Subimos las
escaleras. Metí un pie en el agua y después el otro. Me agarré a la
barandilla y me senté. Harry hizo lo mismo y se puso en frente mía. Que
relajación. Giré un poco mi cabeza y vi como la gente pasaba por debajo
nuestra. Desde allí estuve viendo casi todas las piscinas que habían en
el interior. Me fijé que había una sala de hielo. Miré a Harry riendo. A
los minutos decidimos volver a bajar a probar más piscinas. Me dirigí a
la sala de hielo y abrí la puerta. En cuanto abrí la puerta un golpe de
frío rozó cada parte de nuestro cuerpo. Harry negó con la cabeza y se
fue para otro lado. Riendo me adentré en aquella sala congelada. Podía
notar como mi cuerpo se enfriaba y mis piernas me comenzaban a fallar.
Di una vuelta corriendo por la sala, pero mis piernas no duraron mucho,
me comenzaron a temblar y caí al suelo. Harry me observaba riendo detrás
del cristal. Éste enseguida dejó de reír y corriendo entró en la sala.
Me cogió en peso y me sacó de allí. Estaba pálida y mis labios morados.
Tiritaba. Rodeé el cuello de Harry con mis brazos que estaban más
blancos de lo normal.
-Dios mío, Sarah, como se te ocurre -dijo corriendo Harry dirigiéndose a las duchas.
Harry
pulsó un botón y se metió conmigo en una de las duchas. Aún seguía en
brazos de él. El agua comenzó a salir, ardiendo. Harry se apartó
sentándome en el suelo dejando que el agua solo me cayera a mí. Pude
notar como mi cuerpo comenzaba a calentarse y yo volvía a coger mi color
natural. Un escalofrío recorrió cada parte de mi cuerpo haciendo que
mis piernas pudieran moverse de nuevo. Dejé de tiritar y Harry apagó la
ducha.
-¿Cómo te atreves? Me has asustado -dijo apartándome el agua de la cara.
-No podía mover las piernas, yo si que me he asustado -intenté ponerme de pie con la ayuda de Harry.
-Tendrías que haberte visto, parecías un vampiro -dijo intentando no reír.
-¡No te rías! -dije dándole un golpe en el hombro, aunque acabó riéndome yo también.
Harry
volvió a pulsar el botón del agua, aunque esta vez le dio para que no
saliera ardiendo. Estaba templada. Las gotas caían por mis mejillas
hasta mi cuello. Harry se acercó a mí mojándose
él también. El agua comenzó a deshacer sus rizos. Reí. Apoyé mi espalda
en la pared. Se acercó a mi mientras yo dejaba de reír. Ya podía notar
su respiración. Su mano se posó en mi cintura y otra en la pared, a la
altura de mi cabeza. Acercó sus labios a los míos, se rozaban. Puse mis
dos manos en su cuello y estampé mis labios con los suyos. Nuestras
lenguas jugaban a la vez. El agua caía encima nuestra cayendo desde
nuestras mejillas a nuestro cuello. Todo aquello me recordó a aquella
noche cuando nos besamos bajo la lluvia. Me separé de él mordiendo su
labio inferior. Harry sonrió pícaro y me dio un corto beso. Salimos de
allí antes de que nos pillaran. Me agarró de la mano y nos acercamos a
una de las grandes piscinas que habían allí. Nos metimos. Era increíble,
allí no podías nadar ni nada por estilo. Te quedabas flotando. Además,
olía fatal. Puse cara de asco y como pude intenté nadar hasta las
escaleras. Harry rió y vino detrás de mí. Salimos de allí y de nuevo
fuimos a las duchas a quitarnos ese asqueroso olor. Riendo nos dirigimos
a la parte exterior. Pasamos por un pequeño puente de piedras, que te
llevaba a unos de los trampolines. Nos tiramos de unos de ellos hasta
una gran piscina, bastante honda. Primero me tiré yo, después de a ver
estado pensándomelo un tiempo. Me puse en el bordillo de ésta y observé
como Harry se tiraba del trampolín. A los pocos segundos de caer al
agua, salió de ésta, echando su pelo hacia detrás mostrando toda su
frente. Reí. Se acercó a mí callándome con un beso. Me solté del
bordillo y entre besos nos dirigimos a la parte baja de la piscina.
Bueno, parte baja para Harry porque yo aún así no llegaba. Era para
1.70. Harry rió y volvió a besarme mientras que me cogía por la cintura y
me hacía girar en el agua.
(Narra Alice)
Salimos de aquella
bolera, que al menos yo ya no la iba a ver con los mismos ojos. En
aquella bolera fue donde comenzó nuestra relación, donde comenzó un amor
sin fin, porque de eso estaba segura. Estaba emocionada. Íbamos los dos
agarrados de la mano, paseando por las calles de Londres. Nos
dirigíamos a Nando's. Era la hora de almorzar y tanto a Niall como a mí
nos encantaba aquel lugar. Entramos. Niall se acercó a uno de los
empleados que lo saludó como si lo conociera de toda la vida, aunque no
me extrañaba, seguro que se pasaba más tiempo allí que en su casa. Me
puse al lado de Niall.
-Ella es Alice, mi novia -sonrió Niall- Alice, éste es Scott.
-Encantada -dije dándole dos besos al chico que sonriente me los devolvió.
-Igualmente -sonrió- Vamos, os doy una mesa.
Scott nos llevó a una
de las mesas. Me senté. Niall se puso en frente mía. 'Ella es Alice, mi
novia' Aquella frase no había salido mi cabeza desde que Niall la dijo.
Mi novia... Que bien sonaba. Es la primera vez que se lo escucho decir.
Y me emocionó porque no le daba vergüenza decirlo y no iba a ocultarlo a
la prensa.
-¿Vas a pedir lo mismo de siempre, Niall? -dijo Scott apuntándolo en una libreta.
-Lo mismo.
-¿Y tú Alice?
-Yo quiero el menú Nando's.
-Perfecto. Entonces dos. Ahora mismo os lo traigo -dijo Scott alejándose de nosotros.
-¿Lo harás Oficial? -pregunté.
-¿Nuestra relación? ¡Claro! Estoy deseando que las fans sepan que tengo a
la mejor novia del mundo -dijo dándome un corto beso. Sonreí.
-Espero que se lo tomen bien.
-Claro que sí.
Niall sonriente sacó su móvil del bolsillo. Movió
su silla y se puso a mi lado. Apoyó sus manos en la mesa y comenzó a
teclear en su móvil. 'Directioners. Quiero que sepáis antes de que
escuchen rumores que estoy saliendo con Alice. No la odien, ¿saben? ¡Yo
la amo!' Junto con una foto, una de las del día anterior en Hyde Park.
Le di un corto beso, que fue interrumpido por Scott que ya llegaba con
nuestro almuerzo. Avergonzada me separé de Niall. Éste le dio las
gracias. Scott se marchó y nosotros comenzamos a almorzar. Estaba
nerviosa, no sabía como se habían tomado aquel tweet las fans. Esperaba
que bien. No me gustaría para nada ver como mis propias hermanas me
odiaban por ser novia de quien fue mi ídolo.
(Narra Emma)
Acababa
de recibir la entrada vip para el concierto de los chicos. Diecinueve
días. Diecinueve días que se me iban a hacer eternos, diecinueve días
para ver al chico que me robó el corazón, diecinueve días para poder
abrazarlo, sentirlo cerca... 'Just the way you are' de Bruno Mars
interrumpió mis pensamientos. Corriendo cogí mi móvil y descolgué.
-¡Zayn!
-¡Emma!
-¿Qué tal? -pregunté.
-Genial, ¿tú?
-Bien. ¿Hoy tenéis ensayo?
-Sí. Dentro de unos minutos iremos a ensayar. ¿Ya la tienes?
-Sí.
-Ya tienes esa valiosa entrada que romperá esta distancia que nos lleva separando durante dos meses y medio.
-La tengo en mis manos -sonreí observándola.
Con los ojos húmedos
puse la entrada en mi pecho. Aquella pequeña cosa me había echo la
persona más feliz en aquellos momentos, aquella pequeña cosa me iba a
cambiar la vida y solo faltaba diecinueve días para que mi vida diera un
gran cambio. 'Te quiero' fue lo último que escuché de Zayn aquel día.
Un te quiero que a mí me alegraba todos y cada uno de los días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario