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jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 3: El comienzo de algo eterno.

Capítulo 3: El comienzo de algo eterno.

Le abracé con fuerza. Hundiendo mi cabeza en su pecho. Sonreía y el también lo hacía, mostrando su perfecto hoyuelo que tanto me encantaba. Me separé de él y le miré a los ojos, fijamente, sin haciendo desaparecer mi amplia sonrisa.

-Tienes una voz preciosa, Harry.
-¿Te ha gustado? -sonrió.
-Me ha encantado.
-Me alegro -sonrió volviéndome a abrazar.
-¿Nos volveremos a ver?
-Supongo -sonrió- Toma -me enseñó una pequeña tarjeta.
-¿Qué es?
-Hay viene mi número de teléfono. Cuando quieras quedar o algo, me llamas. O mejor, déjame tu móvil.

Le di mi móvil. Me guardó su número de teléfono. 'Harry'. Guardó su número en mi agenda y después apuntó el mío en su agenda. Así me podría llamar él también... Pero... ¿Lo decía en serio? ¿Quería de verdad volvernos a ver? Esto no me podía estar pasando a mí... ¿Era un sueño?... ¿Un sueño del que no quería despertar? No, no lo era. Tenía a Harry, a mi lado, sonriéndome y guardando mi número en su agenda.

Empezó a anochecer. Me iba al apartamento, pero, Harry no quería que fuera sola. Insistió y al final acabó acompañándome. Llegamos al apartamento.

-Ya llegamos -sonreí.
-Bueno, supongo que mañana volveremos a vernos, ¿no?
-Sí. Lo más seguro.
-Perfecto. Bueno, hasta mañana -sonrió abrazándome.
-Hasta mañana -le abracé.

Entré en el apartamento, corriendo, feliz, ilusionada... ¿Mañana vería de nuevo a Harry? ¡Lo volvería a ver! Corriendo llamé a Alice. Necesitaba contárselo a alguien. Hablé con ella de la tarde que pasé con Harry y que mañana nos volveríamos a ver... Alice quería venir conmigo... Lo más seguro es que estemos de nuevo los siete juntos.

No tenía ganas de cenar. Solo tomé un vaso de leche. Entré en la habitación y me eché en la cama. No podía dormir... No me sacaba de la cabeza a Harry. De nuevo sonó 'Your Song' de Elton John. Corriendo cogí el móvil. ¡¿Harry me estaba llamando?! Pero si hace nada que nos vimos... Descolgué.

-¡Harry!
-¡Sarah!
-¿Cómo que me llamaste?
-Se me olvidó darte las buenas noches.
-Ay, buenas noches, Harry.
-¡Buenas noches, Sarah! Mañana te llamo y nos vemos.
-Perfecto.
-Adiós.
-¡Adiós! -colgué.

Ahora si que no podía dormir... No podía dejar de pensar en Harry. En todo lo que me pasó aquella tarde. Lo que me dijo, lo que me hizo, todo. Qué le gustaban las españolas, quería que fuera la primera que entrara en aquel sitio, cuando me cantó Gotta Be You, cuando me dijo que quería volver a verme, la llamada... ¿Qué me pasaba? ¿Empezaba a sentir por Harry? ¡No! Pero... ¡Si apenas lo conocía! No, no puede ser... Pero con él, todo tenía sentido, hasta la cosa más absurda, todo... Todo era perfecto junto a él.

(Narra Harry)

Cené con mis padres. Les hablé de Sarah. Que la conocí... La tarde que pasamos juntos. Qué era una chica fantástica. Entré en mi habitación y me puse en twitter. Contesté algunas menciones de las fans y lo apagué. Me eché en la cama. Sarah, Sarah, Sarah, era lo única que andaba por mi mente... Daba vueltas en la cama, no podía dormir. No podía de pensar en ella. Estaba deseando que se hiciera ya de día. Deseaba verla. Ver su pelo largo moreno y ondulado, sus ojos calor marrón claro y esa preciosa sonrisa. Deseaba abrazarla... Apenas la conocía... Solo había pasado con ella horas... ¿Y ya estaba deseando volver a verla? ¿Tenerla cerca, a mi lado?

Me desperté. No tenía ganas de levantarme... Miraba el techo. Y de nuevo pensé en Sarah. ¿Qué tenía? ¿Qué tenía Sarah que no podía dejar de pensar en ella? Me levanté y bajé a desayunar. Mi padrastro, Mike, había salido a comprar y mi madre, Anne, limpiaba la casa. Mis padres estarán conmigo dos semanas... Solo los veía cada dos meses.

-Buenos días -sonreí.
-Buenos días, hijo -sonrió mi madre- ¿Vas a desayunar?
-Sí. Ahora me prepararé algo -dije sentándome en el sofá- ¡Dusty! -cogí a mi gato y empecé a acariciarlo- ¿Cómo estás, pequeño?
-No te va a contestar, Harry... -rió mi madre.
-Cierto... -reí.
-¡Ya estoy aquí! -gritó mi padrastro entrando en casa con dos bolsas- He traído pan y algo de pasteles para desayunar, ¿queréis?
-¡Sí!

Desayuné. Cuando terminé subí a mi habitación y me arreglé. ¿Estarían los chicos despiertos? ¿Y Sarah? ¿La llamaba? No... Mejor no. Iba a esperar a que fuera una poco más tarde. Llamé a Louis para vernos. Estaba con los chicos. Me dirigí a su casa. Llegue y allí estaban todos en el sofá.

-¡Hey, chicos!
-¡Pequeño! -gritó Liam.
-¡Amor mío! -dijo Louis abrazándome.
-¡Rulitos! -dijeron Zayn y Niall a la vez.
-¿Qué tal ayer con Sarah? Vamos... Estuvisteis bastante tiempo juntos ¡eh! -rió Liam.
-Tu madre nos llamó para preguntarnos si estabas con nosotros...
-Solo estuve la tarde con ella.
-¿Os vais a volver a ver?
-Si. Tengo su número de teléfono. Pensé en llamarla... Pero no sé. ¿Estará durmiendo?
-No creo...
-¿Por qué no la llamas para quedar a la tarde y vemos aquí una película? Traemos también a Eleanor y Danielle, ¿no?
-Y Alice -dijo Niall.
-¡También!
-Bueno, esta bien.

Llamé a Sarah. Por fin volví a escuchar su voz, estaba deseando. La parecía perfecta la idea de estar aquí todos viendo una película. A la tarde la pasaría a recoger a ella y a Alice en su apartamento. No podía esperar, necesitaba verla.

(Narra Sarah)

Llamé corriendo a Alice para decírselo. Alice empezó a gritar, no se lo podía creer... Aceptó. Le pregunté sobre aquella dos chicas de las que me habló Harry; Eleanor y Danielle. Me dijo que eran novias de Louis y Liam. Estaba deseando conocerlas. Alice decidió venir a mi apartamento para almorzar y arreglarnos juntas. Pedimos unas pizzas y empezamos a almorzar. Terminamos y corriendo fuimos a vestirnos. Teníamos dos horas para arreglarnos. Alice se duchó primera mientras yo elegía mi ropa.

Decidí ponerme una camisa con rayas azules y marrones claro, obviamente me puse una rebeca, del mismo marrón que la camisa, unos vaqueros ajustados, simples, pero, me encantaban... Y mis botas de cordones, las que me compré el día anterior, me encantaban las botas. Alice se puso una camiseta, más o menos ancha, con la Torre Eiffel, unos vaqueros ajustados y nos pequeños tacones. Iba preciosa, ojos azules, rubia, preciosa. Terminamos de vestirnos y nos empezamos a peinar y maquillar. Alice se hizo una coleta alta y yo me dejé mi pelo suelto, ondulado. Nos maquillamos un poco y listas.

Terminamos a tiempo. Justo guardar las cosas llamaron al timbre. ¡Harry! 'Abro yo' la dije a Alice. Corriendo me dirigí a la puerta. Abrí y allí estaba él, sonriendo.

-¡Hola! -le abracé.
-Sarah -me abrazó- ¿Estáis listas?
-¡Sí! -gritó Alice asomándose por la puerta.
-Vamos -rió Harry.

Nos montamos en el coche y en un periquete ya estábamos allí. Entramos en casa. Estaban todos sentados en el sofá. En cuanto nos vieron se levantaron a saludarnos. Saludé uno por uno y conocí a Eleanor y Danielle. ¡Eran preciosas!

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