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jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 31: Extraños y nuevos sentimientos.

Capítulo 31: Extraños y nuevos sentimientos.

(Narra Sarah)

Sonriendo agarré la mano de Harry. Todo el mundo nos miraba, y algunos se apartaban del pasillo y nos dejaban pasar. Harry y yo íbamos distraídos, observando cada detalle del hotel. Entramos en el restaurante y le dimos los buenos días a la camarera. Nos dio una tarjeta y entramos en el buffet libre. Cogimos una bandeja cada uno. Esa vez no tuvimos que esperar cola, eran las 09:00 de la mañana y todo el mundo ya estaba fuera. Cogimos pan y lo tostamos en una pequeña tostadora que había allí. Cogí nutella. Cuando Harry terminó de coger su desayuno fue a buscar mesa. Él quería un café, yo prefería un cola cao. Me dirigí a las maquinas y cogí dos tazas. Las puse debajo y pulsé el botón del café. Despacio fue cayendo en el vaso. Lo mismo con el cola cao. Cogí las dos tazas y con la mirada busqué a Harry. Lo encontré. Había cogido una pequeña mesa del fondo. Me dirigí hacia allí y me senté con él. En cuanto terminé de echar la nutella por todo el pan le di un bocado a éste. Harry bebió de su café.

-¿Vamos a ver la Torre Eiffel? -preguntó sonriendo.
-Estoy deseando.
-¿Qué días vamos a Disneyland?
-Mañana. Estaremos yendo durante cinco días. Cogemos un taxi o autobús y en una hora y media aproximadamente estaremos allí.
-Perfecto.

Durante el desayuno estuvimos dándonos de comer uno al otro. Harry me manchaba de nutella queriendo. Me estaba manchando toda la cara. Me echó un poco en la nariz y la besó quitando parte del chocolate. Fue bajando hasta llegar a mis labios que también estaban llenos de chocolate. Comencé a reír. Éste bebió de su café, dejándose un pequeño bigote. De nuevo comencé a reír y esta vez le besé yo. Harry me mordió el labio inferior. Terminé de beber mi cola cao y dejé la bandeja en la estantería. Lo mismo hizo Harry cuando terminó. Nos despedimos de la misma camarera de antes y salimos del restaurante. Harry se acercó a recepción a preguntar a que hora salía el siguiente autobús. Mientras, yo me quedé esperándolo en los grandes sofás de cuero que habían junto a la entrada. Una chica pelirroja se me acercó. Tenía pecas por su rostro. Trasmitía dulzura. Sonreí.

-Hola -dijo flojo.
-Hola -sonreí.
-¿Eres Sarah?
-Sí.
-¿Puedes echarte una foto conmigo, por favor?
-Claro -sonreí.

La chica sacó la cámara y me la dio. Levanté mi mano y justo cuando iba a pulsar para hacer la foto escuche como Harry corriendo se colocaba detrás de nosotros. Pulsé. Le devolví la cámara a la chica, que tenía los ojos húmedos. La chica nos abrazó a los dos y se despidió con la mano entrando al restaurante, allí le esperaban sus padres. La imitamos y salimos del hotel. La parada del autobús estaba vacía. Nos sentamos en un banco de madera. Harry me pidió que me sentara encima de él, y así hice. No tardó mucho en llegar el autobús. Subimos. No había mucha gente, más que nada parejas. Nos sentamos en los asientos. Éste se puso en marcha. Harry agarró mi mano y entrelazó nuestros dedos. Sonreí y le besé. Me eché en su hombro y en silencio observábamos París. Cuando llegamos a nuestro destino, nos despedimos del conductor y bajamos del autobús. Avancé un par de metros y alcé mi cabeza. Allí estaba, la gran Torre Eiffel.

(Narra Niall)

Desde el día anterior estaba que no podía dejar de pensar en Alice. No salía de mi cabeza, no salía de mi corazón. Estaba sintiendo algo fuerte por ella, no sabía si llamarlo amor, porque hace demasiado tiempo que no sentía nada parecido, pero sí, era amor, y no me importaba decirlo, porque sabía perfectamente que me había enamorado de Alice y estaba muy contento, porque sabía que era la chica perfecta, con la que quería pasar el resto de mis días. El día anterior la besé, es algo que llevaba queriendo hacer durante mucho tiempo. Espero que ella haya sentido algo más. Quería volver a probar sus labios. Observé mi móvil, ¿y si quedaba con ella? ¿Era hora de que le confesase lo que sentía? ¿Y si ella no sentía lo mismo que yo? Cogí mi móvil. ¿Y si arriesgaba? 'Buenos días, Alice. ¿Te apetece quedar conmigo?' Bloqueé el móvil y antes de soltarlo en la mesita de noche, éste se encendió. Sonreí. 'Buenos días, Niall. Claro que me encantaría. ¿Dónde nos vemos?' Leí el mensaje un par de veces. 'Te paso a recoger a las 13:00' 'Perfecto. Nos vemos.' Miré la hora y dejé el móvil en la mesita de noche. 12:46. Entré en el baño y me di una ducha rápida. Cinco minutos después, aproximadamente salí del baño. Abrí mi armario. Saqué unos vaqueros negros y una camiseta blanca. Me puse mis deportivas negras y cogí una gorra azul, me la coloqué bien y cogí mis gafas de Sol. Guardé mi móvil en uno de los bolsillos del pantalón y bajé al salón. Cogí las llaves de mi casa y salí de ésta. Durante todo el camino hacia casa de Alice estuve pensando en como decirle que quería que fuera mi novia. Esperaba que no me arrepintiera. Llegué a casa de Alice. Ella ya me esperaba fuera. Llevaba su pelo rubio suelto. Unos vaqueros ajustados. Una camiseta negra y encima una camisa vaquera. Y unas vans negras. Si giró y sonrío. Sonreí. Se colocó sus gafas de sol en el pelo y se acercó a mí. Me dio un beso en cada mejilla. La agarré de la mano. Estaba decidido. Iba a pedirle que fuera mi novia. Quería salir con ella por la calle agarrados de la mano, quería que todo el mundo supiera que ella era mi novia. Durante todo el camino no hablamos, hubo un silencio, para nada incómodo. Tiré de ella hasta llegar a la bolera. Ella esbozó una amplia sonrisa y corriendo entró. Acerté en llevarla allí. Riendo entré detrás de ella. En cuanto nos vieron entrar muchos se quedaron sorprendidos y dejaron de hablar. Nosotros no echamos mucha cuenta y fuimos a pedir los zapatos para jugar a los bolos. Un joven nos dio los horrorosos zapatos y nos lo pusimos. Entramos en la pista y comenzamos a jugar.

-¡Pleno! -gritó Alice emocionada.
-¡Llevas dos seguidos! -dije cogiendo mi bola. Ella comenzó a reír. Esta vez tiré yo- ¡Pleno!
-No vale.
-Claro que vale, cielo -reí. Comenzó a reír y tiró. No fue pleno. Le quedaron dos.
-¡Vamos! Las bolas están vivas -estallé a carcajadas. Ella volvió a tirar. Pero de nuevo no tiró las otras dos- No es justo -dijo sentándose en una de las sillas. Riendo me acerqué a ella.
-¡He ganado!

No duró mucho tiempo enfada, comenzó a reír tras mi pequeño baile de victoria. Salimos de la pista y le devolvimos los zapatos al joven de antes. Nos acercamos al bar y pedimos una bebida cada uno. Mientras yo las pedía, ella se sentó en una mesa. Me giré y la observé como se peinaba el pelo con sus manos y observaba atenta a los niños pequeños saltando en la cama elástica. Se giró y me miró fijamente a los ojos. Despacio esbozó una sonrisa tímida haciéndome sonreír a mí también. Le di el dinero a la camarera y cogí los dos vasos. Me acerqué a ella y me senté en frente. Ella dio un buche.

-Alice, yo, bueno... yo quería hablar contigo.
-¿Qué pasa? -preguntó preocupada.
-Llevo tiempo sintiendo extraños sentimientos hacia ti. Sentimientos que hacia tiempo que no los sentía. Siento que te quiero y que te necesito conmigo. Por eso mismo me gustaría preguntarte si querrías ser mi novia.

Los ojos de Alice se iban a salir de la órbita. Éstos brillaban como nunca. Sonrió tímida y bajó la mirada hacia su bebida. Yo observaba cada detalle de su rostro, aún no me había contestado. Me había arrepentido tarde. Ya lo había dicho y seguro que ya no querría volver a estar conmigo. Mi sonrisa fue desapareciendo. Bajé también mi mirada. Estaba triste, no tendría que haber dicho nada, sin saber antes que sentía ella por mí. La voy a perd...

-Claro que quiero ser tu novia, Niall -dijo ella interrumpiendo mis pensamientos.

Corriendo levanté mi cabeza y fijé mi mirada en la suya. De nuevo aquella sonrisa de enamorado había vuelto a mi rostro. Me levanté corriendo de mi silla y me acerqué a ella. La agarré de las mejillas y junté mis labios con los suyos. Sus labios, cuanto deseaba volver a besarlos. Nuestros labios estaban encajados perfectamente y se movían a la vez, como si lo hubiéramos ensayado. Alice sonrió entre éstos. En ese momento me hizo el hombre más feliz del mundo.

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