Capítulo 31: Extraños y nuevos sentimientos.
(Narra Sarah)
Sonriendo
agarré la mano de Harry. Todo el mundo nos miraba, y algunos se
apartaban del pasillo y nos dejaban pasar. Harry y yo íbamos distraídos,
observando cada detalle del hotel. Entramos en el restaurante y le
dimos los buenos días a la camarera. Nos dio una tarjeta y entramos en
el buffet libre. Cogimos una bandeja cada uno. Esa vez no tuvimos que
esperar cola, eran las 09:00 de la mañana y todo el mundo ya estaba
fuera. Cogimos pan y lo tostamos en una pequeña tostadora que había
allí. Cogí nutella. Cuando Harry terminó de coger su desayuno fue a
buscar mesa. Él quería un café, yo prefería un cola cao. Me dirigí a las
maquinas y cogí dos tazas. Las puse debajo y pulsé el botón del café.
Despacio fue cayendo en el vaso. Lo mismo con el cola cao. Cogí las dos
tazas y con la mirada busqué a Harry. Lo encontré. Había cogido una
pequeña mesa del fondo. Me dirigí hacia allí y me senté con él. En
cuanto terminé de echar la nutella por todo el pan le di un bocado a
éste. Harry bebió de su café.
-¿Vamos a ver la Torre Eiffel? -preguntó sonriendo.
-Estoy deseando.
-¿Qué días vamos a Disneyland?
-Mañana. Estaremos yendo durante cinco días. Cogemos un taxi o autobús y en una hora y media aproximadamente estaremos allí.
-Perfecto.
Durante el desayuno estuvimos dándonos de comer uno al
otro. Harry me manchaba de nutella queriendo. Me estaba manchando toda
la cara. Me echó un poco en la nariz y la besó quitando parte del
chocolate. Fue bajando hasta llegar a mis labios que también estaban
llenos de chocolate. Comencé a reír. Éste bebió de su café, dejándose un
pequeño bigote. De nuevo comencé a reír y esta vez le besé yo. Harry me
mordió el labio inferior. Terminé de beber mi cola cao y dejé la
bandeja en la estantería. Lo mismo hizo Harry cuando terminó. Nos
despedimos de la misma camarera de antes y salimos del restaurante.
Harry se acercó a recepción a preguntar a que hora salía el siguiente
autobús. Mientras, yo me quedé esperándolo en los grandes sofás de cuero
que habían junto a la entrada. Una chica pelirroja se me acercó. Tenía
pecas por su rostro. Trasmitía dulzura. Sonreí.
-Hola -dijo flojo.
-Hola -sonreí.
-¿Eres Sarah?
-Sí.
-¿Puedes echarte una foto conmigo, por favor?
-Claro -sonreí.
La chica sacó la cámara y me la dio. Levanté mi
mano y justo cuando iba a pulsar para hacer la foto escuche como Harry
corriendo se colocaba detrás de nosotros. Pulsé. Le devolví la cámara a
la chica, que tenía los ojos húmedos. La chica nos abrazó a los dos y se
despidió con la mano entrando al restaurante, allí le esperaban sus
padres. La imitamos y salimos del hotel. La parada del autobús estaba
vacía. Nos sentamos en un banco de madera. Harry me pidió que me sentara
encima de él, y así hice. No tardó mucho en llegar el autobús. Subimos.
No había mucha gente, más que nada parejas. Nos sentamos en los
asientos. Éste se puso en marcha. Harry agarró mi mano y entrelazó
nuestros dedos. Sonreí y le besé. Me eché en su hombro y en silencio
observábamos París. Cuando llegamos a nuestro destino, nos despedimos
del conductor y bajamos del autobús. Avancé un par de metros y alcé mi
cabeza. Allí estaba, la gran Torre Eiffel.
(Narra Niall)
Desde
el día anterior estaba que no podía dejar de pensar en Alice. No salía
de mi cabeza, no salía de mi corazón. Estaba sintiendo algo fuerte por
ella, no sabía si llamarlo amor, porque hace demasiado tiempo que no
sentía nada parecido, pero sí, era amor, y no me importaba decirlo,
porque sabía perfectamente que me había enamorado de Alice y estaba muy
contento, porque sabía que era la chica perfecta, con la que quería
pasar el resto de mis días. El día anterior la besé, es algo que llevaba
queriendo hacer durante mucho tiempo. Espero que ella haya sentido algo
más. Quería volver a probar sus labios. Observé mi móvil, ¿y si quedaba
con ella? ¿Era hora de que le confesase lo que sentía? ¿Y si ella no
sentía lo mismo que yo? Cogí mi móvil. ¿Y si arriesgaba? 'Buenos días,
Alice. ¿Te apetece quedar conmigo?' Bloqueé el móvil y antes de soltarlo
en la mesita de noche, éste se encendió. Sonreí. 'Buenos días, Niall.
Claro que me encantaría. ¿Dónde nos vemos?' Leí el mensaje un par de
veces. 'Te paso a recoger a las 13:00' 'Perfecto. Nos vemos.' Miré la
hora y dejé el móvil en la mesita de noche. 12:46. Entré en el baño y me
di una ducha rápida. Cinco minutos después, aproximadamente salí del
baño. Abrí mi armario. Saqué unos vaqueros negros y una camiseta blanca.
Me puse mis deportivas negras y cogí una gorra azul, me la coloqué bien
y cogí mis gafas de Sol. Guardé mi móvil en uno de los bolsillos del
pantalón y bajé al salón. Cogí las llaves de mi casa y salí de ésta.
Durante todo el camino hacia casa de Alice estuve pensando en como
decirle que quería que fuera mi novia. Esperaba que no me arrepintiera.
Llegué a casa de Alice. Ella ya me esperaba fuera. Llevaba su pelo rubio
suelto. Unos vaqueros ajustados. Una camiseta negra y encima una camisa
vaquera. Y unas vans negras. Si giró y sonrío. Sonreí. Se colocó sus
gafas de sol en el pelo y se acercó a mí. Me dio un beso en cada
mejilla. La agarré de la mano. Estaba decidido. Iba a pedirle que fuera
mi novia. Quería salir con ella por la calle agarrados de la mano,
quería que todo el mundo supiera que ella era mi novia. Durante todo el
camino no hablamos, hubo un silencio, para nada incómodo. Tiré de ella
hasta llegar a la bolera. Ella esbozó una amplia sonrisa y corriendo
entró. Acerté en llevarla allí. Riendo entré detrás de ella. En cuanto
nos vieron entrar muchos se quedaron sorprendidos y dejaron de hablar.
Nosotros no echamos mucha cuenta y fuimos a pedir los zapatos para jugar
a los bolos. Un joven nos dio los horrorosos zapatos y nos lo pusimos.
Entramos en la pista y comenzamos a jugar.
-¡Pleno! -gritó Alice emocionada.
-¡Llevas dos seguidos! -dije cogiendo mi bola. Ella comenzó a reír. Esta vez tiré yo- ¡Pleno!
-No vale.
-Claro que vale, cielo -reí. Comenzó a reír y tiró. No fue pleno. Le quedaron dos.
-¡Vamos! Las bolas están vivas -estallé a carcajadas. Ella volvió a
tirar. Pero de nuevo no tiró las otras dos- No es justo -dijo sentándose
en una de las sillas. Riendo me acerqué a ella.
-¡He ganado!
No duró mucho tiempo enfada, comenzó a reír tras mi
pequeño baile de victoria. Salimos de la pista y le devolvimos los
zapatos al joven de antes. Nos acercamos al bar y pedimos una bebida
cada uno. Mientras yo las pedía, ella se sentó en una mesa. Me giré y la
observé como se peinaba el pelo con sus manos y observaba atenta a los
niños pequeños saltando en la cama elástica. Se giró y me miró fijamente
a los ojos. Despacio esbozó una sonrisa tímida haciéndome sonreír a mí
también. Le di el dinero a la camarera y cogí los dos vasos. Me acerqué a
ella y me senté en frente. Ella dio un buche.
-Alice, yo, bueno... yo quería hablar contigo.
-¿Qué pasa? -preguntó preocupada.
-Llevo tiempo sintiendo extraños sentimientos hacia ti. Sentimientos que
hacia tiempo que no los sentía. Siento que te quiero y que te necesito
conmigo. Por eso mismo me gustaría preguntarte si querrías ser mi novia.
Los
ojos de Alice se iban a salir de la órbita. Éstos brillaban como nunca.
Sonrió tímida y bajó la mirada hacia su bebida. Yo observaba cada
detalle de su rostro, aún no me había contestado. Me había arrepentido
tarde. Ya lo había dicho y seguro que ya no querría volver a estar
conmigo. Mi sonrisa fue desapareciendo. Bajé también mi mirada. Estaba
triste, no tendría que haber dicho nada, sin saber antes que sentía ella
por mí. La voy a perd...
-Claro que quiero ser tu novia, Niall -dijo ella interrumpiendo mis pensamientos.
Corriendo
levanté mi cabeza y fijé mi mirada en la suya. De nuevo aquella sonrisa
de enamorado había vuelto a mi rostro. Me levanté corriendo de mi silla
y me acerqué a ella. La agarré de las mejillas y junté mis labios con
los suyos. Sus labios, cuanto deseaba volver a besarlos. Nuestros labios
estaban encajados perfectamente y se movían a la vez, como si lo
hubiéramos ensayado. Alice sonrió entre éstos. En ese momento me hizo el
hombre más feliz del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario