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jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 49: Unidos una vez más.

Capítulo 49: Unidos una vez más.

(Narra Sarah)

Durante toda la cena nos parabamos de hablar, parecíamos cotorras, pero habíamos estado muchísimo tiempo separados y teníamos bastantes cosas que contarnos, me contó como les fue la gira y demás, y yo como me fue en la escuela de danza y poco más. Terminamos de cenar y entre los dos recogimos todo. Lo dejamos todo en la cocina y volvimos al salón, estaba justo como la última vez que lo vi, todo seguía en su sitio. Estuvimos unos minutos los dos sentados en el sofá hablando sobre la mudanza que haríamos al día siguiente. A las 12:00 vendría por mi al hotel para trasladar las cosas a su casa, sabía perfectamente que no iba a pasar nada entre nosotros, solo iba a vivir en casa de un amigo. Me despedí de él en la puerta del hotel y cuando lo perdí de vista entré en el ascensor. Cuando llegó a la tercera planta hizo un extraño sonido y las puertas se abrieron. Salí del ascensor y crucé el largo pasillo de aquella planta. Introduje la tarjeta y una luz verde me indicó que ya podía abrir la puerta, entré en mi habitación y me tiré en la cama con los brazos a la altura de mi cabeza. La noche había sido perfecta, me había encantado haber cenado con Harry, no me había arrepentido de haber aceptado.

10:00. Me levanté de la cama y me froté los ojos. No tenía ganas de desayunar aquella mañana así que en cuanto terminé de lavarme la cara y cepillarme los dientes me puse a recoger mis cosas y guardalo todo antes de que llegara Harry. Todas las figuras, fotos y demás cosas las fui guardando en cajas, después vacié el armario guardando toda la ropa en las maletas. Allí estuve esperando unos minutos hasta que llegara Harry. En cuanto éste llegó cogió las dos cajas y yo cogí las maletas. Nos montamos como pudimos en el ascensor. Los pocos segundos que estuvimos allí metidos no hablamos, solo nos encontramos un par de veces con la mirada y nos sonreímos. Salimos del ascensor y entramos en el vestíbulo. Me acerqué a recepción y di la tarjeta de mi habitación a la recepcionista. Avisé a los demás bailarines de que me iba y salí junto con Harry del hotel. Llegamos al coche y guardamos todo en su maletero y en los asientos traseros. Nos montamos en el coche y Harry puso a éste en marcha. De nuevo sin hablar durante todo el camino, menos mal que no estaba tan lejos. Entramos en su casa y dejamos todo en la entrada. Miré a Harry riendo que soltaba las cajas, pensaban bastante. Me sonrió y subimos a la que sería mi habitación.

-No hace falta que te quedes en la habitación de invitados, puedes dormir conmigo en mi habitación.
-No, Harry... -reí.
-¿Por qué? No te voy a hacer nada.
-No es eso, solo que prefiero estar un tiempo en esa habitación.
-¿Solo un tiempo?
-No lo sé -reí.

Estuvimos casi dos horas y media, aproximadamente, guardando ropa y cosas. Había decordado mi habitación a mi gusto, había puesto fotos por las paredes, ya tenía toda mi ropa en el armario, por los muebles puse algunas figuras y copas que ganamos en campeonatos. Abrí la ventana dejando que alumbrara la habitación. Me puse al lado de Harry mientras observábamos la habitación desde la puerta. Sonriendo nos miramos los dos y chocamos nuestras manos. Salimos de aquella habitación y bajamos a almorzar. Iban a venir todos, ya que querían verme. Entre Harry y yo fuimos preparando la mesa del salón hasta que ellos llegaron.

-¡Sarah! -gritó Zayn corriendo con los brazos abiertos.
-¡Zayn! Cuanto te eché de menos -dije abrazándolo.
-Y yo a ti, enana -rió.
-Louis -grité dirigiéndome hacia él. Después de abrazar y besar a todos conocí a Emma.
-Soy Sarah, encantada -sonreí dándole un beso en cada mejilla.
-Emma -me los devolvió- Zayn me habló mucho de ti.
-A mi también de ti -sonreí- estaba deseando conocerte.
-Yo también -rió ella.
-Bueno, ¿cenamos? Tengo hambre... -dijo Niall tocándose la tripa, todos le miramos sorprendidos- ¿Qué?
-Es raro que tengas hambre, Niall.
-¿Raro? ¡¿Raro?! -rió Liam.

Todos comenzamos a reír mientras cada uno nos sentábamos en nuestro sitio. Cada uno iba al lado de su pareja, aquel momento fue increíble, único. Después de tanto tiempo separados volvimos a juntarnos los nueve, y esta vez con Emma, los diez juntos. Observaba divertida a Louis que como siempre diciendo alguna locura seguida por Eleanor. Yo estaba sentada entre Alice y Harry. Hubo un momento en el que no pude dejar de observar a Harry, observaba como se reía de cualquiera tontería que decían los chicos, como se le achinaban los ojos al reír y cuando ya no podía reír más a lo mejor daba alguna palmada o golpeaba la mesa. Reí, haciendo que el se giraba y se quedara mirandome fijamente. Él paró de reír lentamente mientras yo estaba totalmente perdida observando sus hermosos ojos verdes, miles de momentos me vinieron a la mente, lo más buenos y los más malos... Quizá tendría que darle una oportunidad, ¿o mejor no?

(Narra Harry)

Ha pasado un mes desde que Sarah se mudó a mi casa, estamos mejor que nunca. Nuestra amistad está volviendo a crecer día a día, haciéndome quererla cada día un poco más, sé que ella dijo que solo como amigos, pero ya no quería seguir siendo su amigo, estábamos genial, nos necesitábamos el uno del otro. Eran las 01:45, estábamos los dos abrazados en el sofá tapados con una manta hasta el cuello, hacía bastante frío aquella noche. Estábamos viendo una película de miedo, pero me resultaba imposible prestarle atención teniendo a Sarah tan cerca. De vez en cuando se asustaba y corriendo me abraza fuerte hundiendo su cara en mi pecho cerrando los ojos. En cuanto la película terminó ella respiró aliviada y corriendo fue a encender la luz. Yo la observaba riendo, volvió a centarse a mi lado mirándome.

-¿Quieres ir a la cama? -pregunté apartándole el pelo de la cara sonriendo.
-No tengo sueño... -dijo ella sonriendo.
-¿Y quién ha dicho que vayamos a dormir?

¿Qué? ¿Había dicho yo eso? No fui yo, las palabras me salieron solas, yo no pretendía decir eso, de verdad que no. Sarah me miraba sorprendida, agaché la cabeza. La había liado, no tendría que haber dicho nada, siempre igual, siempre tenía que meter la pata hasta el fondo. Levanté la mirada volviéndome a encontrar con sus ojos marrones.

-Lo siento, no quer...
-Tranquilo -rió ella levantándose del sofá.

Entró en la cocina y a los pocos segundos apareció con un par de botellas del acohol y dos copas. Ahora el que se quedó sorprendido fui yo. Riendo se volvió a sentar a mi lado y echó la bebida en cada copa. Cerró la botella y me dio mi copa, ella bebió un poco sin dejar de mirarme. Una copa, dos, tres, cuatro, cinco... Ya no sabía muy bien donde estaba y Sarah mucho menos. Ya no paraba de decir cualquier tontería y tampoco podía parar de reír. Cuando se terminó la botella me quitó la copa de las manos poniéndola al lado de la suya. Me miró un instante y estampó sus labios con los mios, su lengua se introdujo en mi boca comenzando a jugar con la mia. Ninguno de los dos sabíamos que estábamos haciendo y aquello se nos estaba yendo de las manos. Pocos segundos después ninguno de los dos ya teníamos camiseta. Levanté a Sarah del sofá enrollando sus piernas en mi cadera y sin dejar de besarnos fuimos subiendo hasta mi habitación. Nos echamos en la cama, yo encima de ella, ya estábamos los dos desnudos. Sarah besaba mi cuello despacio, la miré un instante a los ojos y comencé a entrar dentro de ella uniéndonos como aquella noche en mi cumpleaños.

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