Capítulo 50: Nuevas canciones.
(Narra Sarah)
Mis ojos
se fueron abriéndose lentamente. Me froté los ojos y luego miré la hora
en mi móvil: 12:56. Me iba a levantar de la cama cuando me di cuenta de
que aquella no era mi habitación y encima estaba desnuda. Me giré para
ver si Harry seguía durmiendo pero no estaba. Corriendo me levanté de la
cama y fui a mi habitación para ponerme un pijama. En cuanto me lo puse
salí de mi habitación y baje al salón. Harry estaba preparando café en
la cocina. Entré en la cocina, sin mirarle. No podía creer que la noche
anterior nos acostáramos, aunque no recordaba nada..
.
-Buenos días, Sarah -sonrió Harry dándome una taza de café. La cogí y la coloqué encima de la mesa. Harry me miró extrañado.
-Dime que no pasó nada anoche, por favor...
-No lo sé, Sarah. No recuerdo nada, pero yo esta mañana me he despertado
desnudo y tú también estabas desnuda a mi lado... Solo recuerdo cuando
te vi aparecer por la cocina con las botellas de alcohol.
-Oh dios mio... No me vuelvas a hablar, ¿vale?
-¡Eh! No me eches a mi la culpa, yo no bebí como una loca.
-¡Qué tu también bebiste!
-¡Pero tu fuiste quien trajo las botellas!
-No me vuelvas a hablar -repetí dándole con mi dedo índice en su pecho
desnudo. Le miré con odio y corriendo salí de la cocina entrando en el
baño para darme una ducha
.
Sí, la culpa era mía, lo sabía, pero no
me podía creer que lo hiciéramos, no tendría que haber bebido, toda la
culpa fue mía, no tendría que haberme portado así con él. Me metí en la
ducha. Apoyé mi cabeza en los azulejos dejando que el agua caliente
cayera por todo mi cuerpo.
(Narra Harry)
Salí de la cocina
aún un poco sorprendido ante la reacción de Sarah. Yo no fui el que
trajo las bebidas, esperaba que aquello no volviera a afectar a nuestra
relación, que no nos volviera a separar. Terminé de beberme mi café y
subí al baño para darme una ducha. Estaba a punto de subir cuando vi que
Sarah salía envuelta en una toalla, era tan preciosa... Subí despacio
las escaleras y entré en mi habitación para coger la ropa. Iba a salir
de la habitación cuando entró Sarah, me miraba algo triste,
arrepentida... Ya tenía un pijama celeste puesto y el pelo mojado le
llegaba hasta la cintura.
-Lo siento, Harry, sé que no tuviste la culpa. Me pasé antes en la cocina hablándote así.
-No importa, te entiendo... Estarás asustada o arrepentida de haber dejado que ocurriese aquello ancohe.
-¿Tú estás arrepentido? -preguntó ella sentándose en mi cama.
-No lo sé... No recuerdo nada.
-Yo tampoco...
-Bueno, olvidémoslo, ha sido un error, no volverá a pasar, ¿sí?
-Esta bien -dijo ella abrazándome.
Salí de mi habitación detrás de
ella. Sarah bajó al salón y yo me metí en el baño para darme una ducha.
Me desnudé y me metí en la bañera, la llené de espuma. Allí estuve un
tiempo metido, dentro de dos semanas aproximadamente comenzaríamos a
grabar el disco. En cuanto terminé de ducharme corriendo entré en mi
habitación, saqué el portátil y echado en la cama comencé a escribir.
Las palabras me salían solas, mis dedos se movían rápido, más que mi
mente, estaba seguro que aquello le iba a encantar tanto a Sarah como a
los chicos y pediría que grabáramos esa canción, a lo mejor así ella me
da una oportunidad. Mis dedos seguían escribiendo, escribía cada
sentimiento en aquella canción.
-¡Harry, baja a almorzar! -gritó Sarah desde abajo.
-¡Voy! -grité guardando lo que llevaba escrito.
Estaba seguro que
aquello le encantaría, pero primero tendría que enseñárselo a los
chicos. Apagué el portátil y lo volví a guardar en su sitio. Despacio
bajé las escaleras y entré en el salón. Sarah ya había puesto la mesa,
entró detras de mi en el salón con dos platos de comida, sonriente los
colocó en la mesa y nos sentamos a almorzar. Durante el almuerzo le
estuve comentando sobre que dentro de un par de semanas comenzaríamos a
grabar el nuevo disco, pero obviamente no le dije nada de aquella
canción que estuve escribiendo unos minutos antes, tan solo iba a hacer
una sorpresa, cuando la fuéramos a grabar la llevaría al estudio de
grabación, lo estaba deseando. Terminamos de almorzar y lo recogimos
todo. Subimos cada uno a nuestra habitación y nos vestimos para irnos a
casa de Louis, íbamos a pasar la tarde todos juntos como lo hacíamos
aquellos meses. Me puse una camiseta blanca con un jersey gris encima,
unos vaqueros y que no falten mis deportivas blancas. Me peiné un poco
el pelo con las manos y cogí el portátil. Salí de la habitación, crucé
el pasillo, Sarah se estaba arreglando el pelo en el baño, me apoyé en
el marco de la puerta mientras la observaba, llevaba una camiseta gris y
encima una chaqueta negra, una bufanda burdeos rodeaba su cuello, unos
vaqueros ajustados negros y unas deportivas del color de la bufanda. Se
recogió el pelo en una coleta alta y se maquilló un poco. Sonriente
salió del baño y guardó las cosas en su habitación, salió y juntos
bajamos al salón. Cogí las llaves del coche y salimos de mi casa, nos
montamos en el coche y nos dirigimos a casa de Louis. En cuanto llegamos
bajamos del coche y entramos en la casa. Ya estaban todos, Zayn y Emma
habían llegado a la vez que nosotros. Nos sentamos en el sofá. Sarah
estaba distraída hablando con las cuatro chicas. Yo encendí el portátil y
avisé a los chicos para que leyeran lo que llevaba escrito, observaba a
Sarah, cada movimiento que hacía, cuando escuchaba su dulce voz o su
risa, unos escalofríos recorrían cada parte de mi cuerpo, haciendo que
mis dedos volvieran a escribir, más o menos ya la tenía lista. Subimos a
la habitación de Louis para que hiciera una copia para cada uno. Guardé
el portátil y volvimos con las chicas que seguían riendo en el salón.
En cuanto nos vieron se giraron y nos miraron extrañadas, ni se dieron
cuenta de que nos fuimos. Yo solo me podía fijar en ella, en aquellos
ojos marrones y esa amplia sonrisa que me estaban volviendo
completamente loco.
(Narra Sarah)
Hablaban de los chicos,
cada una de las locuras que hacían sus novios, Eleanor tenía bastante
que contar, yo no decía nada, solo escuchaba y reía, cuanto las había
echado de menos. Pero todo seguía igual que siempre, como si no nos
hubiéramos separados. Estaban tan felices con sus novios, que incluso
daban envidia. Escuchamos a los chicos bajar, no nos dimos cuenta de que
ellos se fueron a las habitaciones. Yo no podía apartar la mirada de
Harry, es que cada día lo quería más, pero tenía miedo. Miedo de volver a
separarme de él, yo claro que quería ser su novia, pero de nuevo
tendríamos que separarnos cuando él comenzara la gira. Aunque si el día
de mañana quería ser novia de él iba a separarme por la gira, tarde o
temprano, no tenía otra cosa que aguantar. Harry tenía razón, ahora no
estaría sola, estaría con las chicas, además ganaba dinero y estaba
viviendo en Londres, ¿por qué no darle aquella oportunidad?
Habían
pasado ya dos semanas desde aquel día, los chicos iban a comenzar a
grabar su nuevo disco, estaba deseando escuchar sus nuevas canciones,
seguro que estaban geniales como todas. Harry aquel día me despertó,
quería que le acompañara al estudio de grabación, todas las chicas
estarían allí también. Me levanté de la cama después de haber echo
saltar a Harry y gritar encima de ella durante un par de minutos. Él ya
estaba vestido y tenía todo preparado, solo faltaba yo. Me lavé la cara,
me cepillé los dientes y entré en mi habitación para vestirme. Cuando
ya había terminado bajé al salón donde me esperaba Harry. En cuanto me
vio se levantó del sofá y me besó la mejilla. Cogió las llaves del coche
y salimos. Nos montamos en el coche y nos dirigimos al estudio de
grabación. Ya todos esperaban en la puerta de éste. Nos saludamos y
entramos. Las chicas nos sentamos en unos sillones negros mientras
observábamos a los chicos por el cristal.
-¿Preparado Harry? -dijo Niall cogiendo la guitarra.
-Sí -sonrió Harry mirándome. ¿Preparado? ¿Para qué?
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