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jueves, 22 de noviembre de 2012

Capítulo 61: Prometo amarte todos los días de mi vida.

Capítulo 61: Prometo amarte todos los días de mi vida.

(Narra Sarah)

Cinco años después podía decir que nuestra vida había mejorado muchísimo, pero no solo la mia y de Harry, si no la de todos los demás. Zayn y Emma ya se habían casado y tenían un hijo precioso de cuatro años, James. Alice y Niall tenían un bebé de cinco meses, Ronan. Danielle desde su boda su vida fue a mejor, a los dos años tuvieron a la pequeña Nicole. Todos habríamos formado nuestras familias y estábamos más unidos y felices que nunca. Aquella mañana estábamos en el parque. Los chicos llegaban esa misma tarde de gira, después de siete meses. Nos veíamos dos o tres veces al mes, aunque ahora estarían más de un año con nosotras, aunque estarían preparando su nuevo disco.

-¡Mamá, Peter no me deja! -gritó Anne mientras corría hacia mi.
-¡Peter! -gritó Eleanor.
-No importa, si se llevan todo el día peleando -dije riendo.
-Pero después no puede estar separados -rió también Eleanor.
-Mamá, ¿cuando va a llegar papá? -preguntó James mirando fijamente a Emma. Tenía los mismo ojos de ella.
-El avión llega en tres horas, ¿no? -preguntó Alice.
-Sí -contestó Danielle dándole de comer a Nicole.

Senté en mis piernas a Anne y le aparté los rizos de la cara. Tenía los mismo ojos que Harry, cada vez que la miraba me recordaba a él. Salimos del parque y nos dirigimos a casa de Danielle, allí esperaríamos a los chicos, ya que por el tema de fans nos pidieron de no ir al aeropuerto. Los niños se sentaron en la mesa y comenzaron a comer, luego nos sentamos nosotros y almorzamos juntos. Quedaba una hora y media para que llegaran. Cuando terminamos, recogimos todo. Y como siempre Anne la última.

-Vamos Anne, termine -dije limpiando la mesa.
-Es que no me gusta...
-Pero, si no has comido nada. Vamos un poco solo. Si no, no vamos a ver a papá -dije entrando en la cocina y comencé a fregar. Guardé el último vaso cuando apareció Anne con su plato vacío. Se lo cogí y reí.
-¿Ya podemos ver a papá?
-Claro, cielo -dije poniéndome de cuclillas para estar a su altura.
-Le echo mucho de menos... -dijo abrazándome.
-Y yo, cariño -dije devolviéndole el abrazo- Pero ya mismo estará de nuevo aquí -dije sonriente mientras le miraba fijamente a sus ojos verdes.

El timbre interrumpió nuestra conversación. Todos corriendo nos dirigimos a la puerta. Peter la abrió y se echó encima de su padre. Todas se fueron a abrazar a sus novios. Cuando Anne dejó de hablar con Harry se bajó de sus brazos, me acerqué a él y le agarré el cuello juntando nuestros labios. Cuando nos separamos sonreímos y le abracé.

-Te tengo una sorpresa... -susurró Harry en mi oído.

(Narra Harry)

El avión acababa de aterrizar. Mi corazón cada vez iba más y más rápido. Estaba deseando llegar ya para ver a mi familia. En cuanto el avión paró los cinco salimos de uno en uno del avión y corriendo cruzamos el aeropuerto. Los paparazzis y las fans corrían detrás nuestra pero todos estábamos deseando llegar ya a casa. Nos montamos en la furgoneta negra y nos dirigimos a casa. Aquella hora aproximadamente en la furgoneta. Se me hizo la más eterna de todas, parecía que nunca iba a acabar, que nunca íbamos a llegar a casa. Más quería llegar, más lento se me pasaba el tiempo. Todos estábamos igual, nerviosos, deseando que el chófer se girara y dijera que ya habíamos llegado. Por el camino comenzamos a hacer tonterías, pues a lo mejor así se pasaba algo más rápido, y algo funcionó.

-Ya podéis bajar chicos, hemos llegado -antes de que el chófer terminara la frase Louis y Zayn abrieron las puertas.

Cogimos las maletas y nos despedimos del chófer. Liam tocó el timbre y a los pocos segundos vimos al pequeño Peter abrir la puerta. En cuanto mi pequeña Anne me vio corrió con los brazos abiertos hacia mi.

-¡Papá! -gritó ella mientras me abrazaba.
-¡Cariño! Te extrañé -dije cogiéndola en brazos.
-Y yo a ti -sonrió ella- Mamá está allí -señaló mientras se bajaba de mis brazos.

Giré mi cabeza y allí estaba ella, con una amplia sonrisa. Me acerqué a ella y junté mis labios con los suyos una vez más. Me separé de ella mientras sonreí mirando fijamente a sus ojos marrones claros. La abracé fuerte y ella apoyó su cabeza en mi homrbo. Giré un poco mi cabeza.

-Te tengo una sorpresa... -susurré en su oído.

Pude notar como su piel se erizaba lentamente y eso era algo que siempre me había encantado. Noté como alguien tiraba de mi camiseta miré y me encontré con los hermosos ojos verdes de Anne. Sonriente la cogí en brazos y entramos todos en la casa.

-Papá, ¿sabes que Peter es mi novio? -dijo Anne susurrando.
-¿Sí? -pregunté sorprendido.
-Sí -asintió ella tímida.
-¿Y te cuida bien?
-Muy bien -rió ella.
-Entonces genial -sonreí abrazándola.

Anne se bajó de mis brazos y se sentó al lado de Peter. Miré a Sarah que observaba riendo a Anne, ya que se había enterado de todo. Volví a mirar a los dos pequeños. Peter agarró la mano de Anne y se acercó a ella para darle un beso en la mejilla. Riendo miré de nuevo a Sarah. Liam que estaba a su lado me dio un pequeño golpe en el hombro. Aquello me puso muy nervioso. No sabía como hacerlo, como decírselo...

-Chicos -dijo Liam. Todos ya sabían que le iba a pedir matrimonio a Sarah por lo que todos me miraron fijamente. Las chicas me miraron también extrañadas. Agarré las manos de Sarah.
-Sarah yo... Yo quiero que sepas que ha sido una de las mejores cosas que me han podido pasar en la vida, el haber formado una familia me ha echo el hombre más feliz del mundo, pero aún falta algo para completar esa felicidad... Sarah, ¿quieres casarte conmigo? -dije mientras le enseñaba el anillo que guardaba una pequeña caja negra.

Sarah me miraba con lágrimas en los ojos. Papardeó un par de veces, haciendo que las lágrimas cayeran despacio por sus mejillas. Todos estaban en silencio. Sarah observó un instante el anillo y volvió a mirarme a los ojos fijamente.

-Si quiero casarme contigo -dijo ella antes de besarme.

Aquella frase, aquel 'si quiero casarme contigo' fue lo que completó mi felicidad. Ya podía decir, soy feliz, soy el más afortunado del mundo. Y todo por aquella frase. Cuando me separé de Sarah todos comenzaron a gritar y a aplaudir. Niall tapaba los ojos de Anne que ésta riendo se quitaba las manos para poder ver. Y sí, era la persona más feliz del mundo.

(Narrador)

La boda de Harry y Sarah fue espectacular, terminó cuando ambos lanzaron farolillos volantes al cielo. Zayn y Emma juntos estaban junto con James a su lado. Danielle y Liam también tenían a Nicole junto a ellos, igual Peter con Louis y Eleanor, que también estaban junto con Anne y Alice y Niall con Ronan. Todos observaban atentos y felices a la pareja que estaba a punto de lanzar los farolillos. Harry se acercó al oído de la morena y le susurró al oído antes de lanzarlos al cielo:

-Prometo amarte todos los días de mi vida.

Aquella frase se quedó guardada siempre en ellos dos. Nunca se les olvidó. Los chicos tuvieron una gran carrera como artistas, y sí, como Harry le prometió a Sarah estuvo amándola hasta el último día de vida. Pero no sólo Harry y Sarah, los diez mejores amigos tuvieron su único y final feliz.

martes, 20 de noviembre de 2012

Capitulo 60: ¿No es encantadora?


Capítulo 60: ¿No es encantadora?

Dos meses y medio después. 24 de Mayo. Recuerdo que aquella noche tuve una pesadilla, no estaba seguro de qué pero estaba relacionada con el grupo y era malo, muy malo... Noté como una mano me daba pequeños golpes en el hombro. Despacio abrí los ojos y me encontré a Sarah tirada en el suelo de rodillas mientras que con una mano se agarra el vientre. Me levanté corriendo de la cama y la puse despacio en pie.

-¿Qué te pasa?
-Harry... me duele mucho... -dijo ella susurrando.
-Vamos al hospital -dije mientras corriendo me ponía ropa.

Tardé segundos en vestirme, la cogí en peso e intentando de no caer por las escaleras, bajé. Abrí la puerta del coche y despacio la senté en el asiento. Rodeé corriendo el coche y lo puse en marcha. Iba lo más rápido posible, eran las 05:35 y no había mucha gente a esa hora en la calle. Fuimos al hospital más cercano a aquella zona. Corriendo aparqué el coche y bajé para pedir ayuda a los médicos. Cuando ya estaba dentro del hospital la sentaron en una silla de ruedas para que subieran. Mientras yo llamaba a los chicos. Sarah no paraba de quejarse, pues le estaban dando fuertes contracciones. Los chicos llegaron y allí estuvimos juntos muchas horas. Había veces que se turnaban y se iban a dormir, pues no podían aguantar bastante tiempo allí, yo no me quería ir en ningún momento así que en cuanto veía un sitio cómodo donde poder dormir un poco lo hacía, aunque a veces no podía dormir pensando en que solo faltaban algunas horas para tener a mi hija en brazos. Muchas horas estuvimos esperando, horas que al final valieron la pena. La doctora salió con la pequeña en los brazos. Con lágrimas en los ojos me acerqué corriendo a ella seguido por los demás chicos. 25 de Mayo, 13:21. Cogí con cuidado a  Anne y con lágrimas en los ojos la observé durante unos minutos. Cuando la doctora se marchó con ella todos los chicos se abrazaron a mi felicitándome, y aquello me hacía llorar aún más. Estaba deseando ver a Sarah. Los padres de ella venían a Londres dentro de dos días y mis padres salieron de casa hacía más de una hora, por lo que estarían al llegar.

-Ya pueden entrar a ver a Sarah -sonrió la misma chica de antes.
-Gracias -dije entrando en la habitación. Abrí la puerta y allí estaba Sarah echada en la cama. Pálida- Cariño -dije acercándome a ella mientras la abrazaba despacio.
-Harry -susurró ella sonriente- Tienes que descansar, cielo. Mira como estás.
-No, ahora no -sonreí besándole la frente- Anne es preciosa.
-Lo és -sonrió ella emocionada.
-Te amo, Sarah.
-No tanto como yo -sonrió ella.
-¡Parejita! -gritó Louis entrando en la habitación.
-Hola, chicos -rió Sarah.
-Felicidades -sonrió Alice.
-Gracias -sonrió Sarah abrazándola.

Bajé rápido a la cafetería a por algo para comer cuando me encontré con mis padres y mi hermana que entraban corriendo en el hospital y se dirigían a recepción. Me acerqué a ellos y después de comprar comida subimos a la habitación. Niall en cuanto me vio la bolsa me la quitó de las manos y cogió uno de los pasteles que compré.

-¡Sarah! -dijo mi madre mientras la abrazaba.
-Anne -sonrió Sarah devolviéndole el abrazo.
-¿Dónde está la pequeña? -preguntó Mike. Señalé sonriente.
-Hola -dijo Gemma mientras le acariciaba la pequeña mano.

Ya solo quedábamos Sarah, mis padres, mi hermana y yo en la habitación. Me senté junto a Sarah y a los pies de la cama mis padres. Gemma estaba a mi lado con Anne en brazos. Todos sonrientes observábamos a la pequeña que abría y cerraba su pequeña mano derecha. Miré a Sarah. Sus ojos brillaban como nunca. Me acerqué un poco a ella y besé su frente apretando mis ojos, intentando de que las lágrimas no nublasen mis pupilas.

Un par de días después, Sarah pudo volver a casa. Abrí la puerta de la casa dejando que Sarah pasara con Anne en brazos. Luego pasaron los padres de ella y su hermana pequeña. Entré detrás de ellos y cerré la puerta. Mis padres se quedaron aquí unos días por lo que aquel día íbamos a comer todos juntos de nuevo. Mientras enseñábamos la habitación de la pequeña a los padres de Sarah mis padres fueron haciendo el almuerzo. Cuando estaba listo bajamos y juntos preparamos la mesa para comenzar a comer. Nos sentamos todos en la mesa.

Todos hablaban y reían. Observaba todo, cada detalle, cada sonrisa, cada palabra o cada mirada de ambas familias. Todos juntos, eso era algo que nunca se me iba a olvidar, nunca, aquella escena, donde todos hablábamos de la pequeña Anne, donde reíamos juntos.

Anne en ese momento estaba durmiendo. Giré mi cabeza y la observé un instante. Era tan pequeña, pero tan grande para mi a la vez... Mis ojos se humedecían con tan solo pensar que había formado una familia, que aquella niña que dormía en un futuro me iba a llamar papá, que iba a correr hacia mis brazos en cuanto me viera, que me iba a llamar cada día cuando estuviera de gira. Noté como una mano se posaba en mi hombro, giré mi cabeza y me encontré con los grandes ojos de Sarah mirándome sonriente. Sonreí mientras besaba su frente. Juntos nos levantamos de la mesa cuando terminamos de comer y nos acercamos a la pequeña. Nos sentamos a su lado y allí estuvimos junto a ella, observando una de las razones por las que día a día íbamos a sonreír.

Los padres de Sarah volvieron a España esa misma tarde, al igual que mis padres, que se iban de nuevo a mi pueblo. Cerré la puerta cuando perdí de vista a mis padres y subí a la habitación de Anne donde se encontraba Sarah con ella. Subí las escaleras y entré en la habitación. Sarah tenía en brazos a la pequeña que lloraba. Sarah se movía de un lado para otro. Me acerqué a ella y cogí a Anne con cuidado. Mientras Sarah iba a ponerse el pijama comencé a andar por la habitación mientras que hablaba con Anne. Ella dejó de llorar y me miró fijamente a los ojos. Tenía sus ojos verdes como los mios y el pelo moreno y rizado. Comenzó a reír mientras que con sus dos manos tocaba mi cara. Sarah entró sorprendida en la habitación y se acercó a mi.

-¿Qué has echo? -dijo observando a Anne.
-Nada. Solo hablé un poco y dejó de llorar.
-Se está riendo mientras toca tu cara. Creo que le haces gracia -rió Sarah mientras salía de nuevo de la habitación.
-Será eso -reí mientras seguía andando con Anne en brazos.

Sarah entró de nuevo en la habitación con el pijama ya puesto. Cogió en brazos a Anne e intentó que se durmiera. Yo bajé a hacer la cena. Mientras se hacía fui poniendo la mesa. Sarah bajó y repartió la comida. Luego colocó los platos en la mesa y comenzamos a cenar. Esperábamos que Anne aquella noche no llorara tanto como en la anterior. Cuando terminamos de cenar lo recogimos todo y nos sentamos en el sofá. Sarah estaba tumbada en el sofá con la cabeza apoyada en mis piernas. Mientras, yo jugaba con su pelo ondulado. Comencé a cantar el estribillo de 'Isn't she lovely' de Stevie Wonder. Siempre dije que cuando tuviera una hija se la cantaría. Sarah cerró los ojos y dejó que siguiera cantando. Cuando terminé se giró y me miró fijamente. Esbozó una tímida sonrisa y levantó un poco su cabeza para poder besarme. Cuando nos separamos sonreí y después de que le acariciara tiernamente su mejilla se volvió a echar en mis piernas.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Capitulo 59: Un gran cambio en nuestras vidas.

Capítulo 59: Un gran cambio en nuestras vidas.

(Narra Harry)

Siete meses de embarazo. Volvía con Sarah del centro comercial, queríamos terminar de montar la habitación de Anne. Era una niña, y sí, decidimos llamarla Anne, a los dos nos gustaba mucho ese nombre. Compramos la pintura rosa y blanca para pintar las paredes. Los muebles ya se habían encargado hacía unos días, y ya llegaron a casa. Así que aquella misma tarde los chicos y yo íbamos a comenzar a pintar la habitación de Anne. Era la habitación de invitados donde antes dormía Sarah. Cuando llegamos a casa fuimos vaciando poco a poco entre los dos lo que quedaba en la habitación, mientras esperábamos a los demás. Intentaba que Sarah no hiciera mucho esfuerzo, pero no quería quedarse de brazos cruzados, no podía quedarse quieta. Cuando llegaron los demás, Sarah y las chicas comenzaron a ver la ropa que habían comprado a Anne. Había bastante ropa, pues tanto nuestros padres como los demás chicos habían comprado algo de ropa para la pequeña. Los chicos entraron en la habitación y comenzamos a pintarla. El techo estaba pintado de rosa pastel. Las paredes del mismo color, excepto la parte donde se colocaría la cama que lo pusimos a rayas blancas y rosas. La verdad es que había quedado muy bonito todo. Cuando ya estaba todo pintado comenzamos a poner los muebles. Poco a poco fuimos subiendo los muebles. Colocamos la cama que aún no la iba a utilizar, pues iba a dormir en una cuna. Entre Liam y Zayn metieron el armario blanco despacio y comenzaron a montarlo. Entre Louis y Niall colocaban las estanterías donde estarían algunos juguetes y las cosas de la pequeña. Cuando ya estaban casi todos los muebles puestos pusimos las cortinas blancas y rosas. Pusimos una alfombra rosa pastel en el suelo y encima una mesa pequeña con cuatro sillas blancas y rosas. Había muñecas y peluches. Después de tantas horas preparando la habitación terminamos. Choqué mi mano con la de Louis y riendo bajamos hasta el salón para avisar a las chicas de que podían subir a ver la habitación. Sarah subió la primera y entró en la habitación. Se llevó la mano a la boca en cuanto vio toda la habitación, había quedado justo como lo pensamos. Había quedado precioso. Sarah se abrazó a mi sonriente. Las chicas sorprendidas también comenzaron a aplaudir. Nosotros bajamos a preparar la cena mientras ellas iban a guardar toda la ropa en el armario de Anne. Cuando ya hicimos la cena subí a la habitación para poner el último cuadro. Ya que quería colocarme a la vez que Sarah. En el ponía 'Anne'. Entré en la habitación detrás de los chicos y entre Sarah y yo colgamos el cuadro blanco en la pared. Sarah emocionada me abrazó, estábamos deseando que nuestra pequeña corríera por toda la casa mientras escuchábamos sus pasos. Bajamos todos al salón y comenzamos a cenar.

(Narra Sarah)

Cuando ya todos se fueron Harry y yo nos sentamos en el sofá a ver un poco la televisión. Me senté y eché mi cabeza hacia detrás apoyándola en el sofá. Cogí el mando y encendí la televisión, justo en ese momento echaban TXF. Cuando Harry terminó de cerrar la puerta entró en el salón y se puso detrás del sofá, justo detrás mía. Me agarró de las mejillas y levantó mi cabeza para besarme la frente. Sonriente cerré los ojos. Él saltó el sofá y se sentó a mi lado. Juntos estuvimos viendo el programa. Harry me miró sonriente, giré mi cabeza y le miré fijamente a sus ojos verdes.

-Estoy deseando tener a Anne entre mis brazos -dije sonriente.
-Y yo -sonrió Harry mientras besaba despacio mi vientre.

Me acerqué a Harry y le robé un beso. Me separé de él riendo y seguí viendo la televisión. A los pocos segundos harry me agarró del mentón y rápido juntó sus labios con los mios una vez más. Harry introdujo su lengua en mi boca y comenzó a jugar con la mia. Mientras le mordía su labio inferior me separé de él. Harry comenzó a reír y dio un par de palmadas en su piernas. Me tumbé en el sofá y apoyé mi cabeza en sus piernas. Así estuvimos mientras veíamos el programa.

(Narra Harry)

Aquella mañana me levanté temprano, pues teníamos una entrevista. Me levanté de la cama y me dirigí al baño para lavarme la cara y los dientes. Al salir me dirigí al armario para vestirme. Me puse unos vaqueros claros con una camiseta blanca y mis deportivas blancas. Me peiné un poco el pelo con las manos. Me acerqué a Sarah, que aún seguía durmiendo, y le besé la frente. Salí de la habitación sin hacer ruido y despacio bajé las escaleras. Cogí mi móvil y las llaves del coche. Salí de casa y me monté en éste, lo puse en marche y me dirigí a casa de Louis donde nos recogería Paul. Cuando llegué me esperaban en la puerta, nos montamos en la gran furgoneta negra y nos dirigimos a donde se realizaría la entrevista. Cuando entramos saludamos a todos los que estaban allí, luego al entrevistador. La entrevista comenzó.

-Buenos días, chicos. ¿Qué tal estáis? -preguntó sonriente.
-Genial -dijimos al unísono.
-Bueno, tengo varias cosas que preguntaros. Habéis termiando la gira hace unos meses, y me preguntan si grabaréis otro disco.
-Sí, de echo, estamos comenzando a grabar algunas canciones -dijo Liam.
-Y Louis, como ya todos sabemos, tienes un hijo, Peter. ¿Qué piensan las fans?
-Hemos recibido bastantes comentarios malos sobre el tema... Pero la mayoría muy buenas, las fans están muy contentas de que hayamos formado una familia.
-¿Y esta gira que habeís estado separados?
-Durante la gira nos veíamos dos o tres veces al mes, cada vez que podíamos veníamos a Londres para darles una visita o ellas a nosotros. Yo siempre deseaba venir para ver a Peter y a Eleanor.
-¿Y tú Harry? ¿Qué opinan las fans de ustedes dos? -preguntó mirandome fijamente.
-Pues más o menos como con Louis... Hemos recibido malos comentarios, siempre los hay, pero también muy buenos comentarios. Y eso nos alegra muchísimo a los dos.
-¿Y vuestros padres?
-Se lo han tomado bastante bien.
-Muchas fans me preguntan por twitter si vas a decir si es niño o niña.
-Es niña -dije sonriente.
-¿Sabéis que nombre le vais a poner?
-La vamos a llamar Anne.
-Como su abuela y su tía.
-Exacto -dije riendo.

La entrevista continuó unos minutos más. Al final nos echamos fotos con algunos de ellos y salimos de allí. En aquella zona estaba todo lleno de fans y no nos dejaban paso. Los guarda espaldas se ponían a nuestro lado apartando a las fans. Algunas me agarraban de la camiseta y tiraban de mi. Algunas me hablaban del bebé que esperábamos Sarah y yo, otras de que nos amaba, etc. Como pudimos conseguimos montarnos de nuevo en la furgoneta negra. Bajé la ventanilla del coche y nos asomamos los cinco. Nos despedimos de ellas con la mano y un lanzándoles un beso y volvimos a subir la ventanilla. El chófer nos fue dejando cada uno en su casa. Al día siguiente teníamos firma de discos. A mi me dejaron el tercero. Me despedí de los chicos, aunque los iba a ver luego y bajé del coche. Me acerqué a la puerta y abrí. Entré en casa y cerré la puerta. Entré en el salón y solté las llaves y el móvil en el mueble. Subí a la habitación, y entré. Sarah allí no estaba, la cama estaba echa y estaba todo recogido. ¿Dónde estaba? Entré en la habitación de Anne, en el baño, en la cocina y en el salón, el único sitio que me faltaba era el jardín y si no estaba allí... Abrí la puerta del jardín y entré. Y allí estaba balanceándose en el balancín de madera. Estaba de espaldas a mi por lo que despacio fui acercándome a ella. Corriendo posé mis labios en su cuello, haciendo que ella saltara del susto. Se puso la mano en el pecho mientras suspiraba y se volvía a sentar bien. Riendo me senté a su lado. Le cogí de las mejillas y le di un dulce beso en los labios. Me separé de ella sonriente y acaricié su vientre con mi mano derecha.

-Será preciosa -susurró Sarah antes de volver a besarme.
-Como su madre -sonreí entre los labios.
-O como su padre.
-¿Te la imaginas corriendo por toda la casa haciéndonos oír sus pasos, cuando nos vea salir corriendo hacia nosotros para abrazarnos, que nos abrace, o la primera vez que diga papá o mamá?
-Ahora pienso en todo lo que nos ha ocurrido y... -hice una pausa para mirarle fijamente a los ojos- Y... es increíble. Quien me iba a decir que ese viaje a Londres, ese sueño que siempre tuve, me iba a cambiar la vida por completo.
-Te amo, Sarah -dije acercándome a ella para besarla de nuevo.

No lo pude evitar. Tenía que hacerlo, tenía que besarla otra vez. Y lo mismo me preguntaba yo... ¿quién me iba a decir a mi que me iba a enamorar como me enamoré de Sarah? Que la iba a encontrar, que nuestra vida iba a dar ese gran cambio, que íbamos a formar una familia, y que en unos años íbamos a casarnos.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Capítulo 58: Navidad.

Capítulo 58: Navidad.

Estaba encerrada en el baño, llevaba ya unos minutos allí metida observando el test de embarazo. Lo había observado varias veces seguidas para ver si de verdad había dado positivo, si de verdad había dos rayas. Me levanté del váter y me coloqué en frente del espejo. Me levanté la camiseta y despacio me acaricié el vientre. ¿De verdad que estaba embarazada? Volví a mirar el test y salí del baño para comentárselo a Harry que me esperaba en el salón de los nervios. Cerré la puerta del baño y me coloqué bien la camiseta. Bajé despacio las escaleras y entré en el salón. Harry estaba sentando en el sofá. En cuanto me vio se levantó corriendo y se acercó a mi. Levanté mi cabeza y le miré fijamente a los ojos mientras esbozada una amplia sonrisa.

-¿Y? -preguntó nervioso.
-Estoy embarazada.
-Estas embarazada -dijo Harry mientras se pasaba su mano por su pelo- ¡Vamos a ser padres! -dijo mientras me abrazaba y besaba mi frente.
-Vamos a formar una familia, Harry -dije con un hilo de voz.
-Vamos a ir a decírselo a mis padres, por favor -dijo él emocionado.
-Claro. Yo llamaré a mis padres luego.
-Prometo que iremos pronto a verlos, mi amor -dije acariciándome la mejilla. Sonriente asentí.

Harry cogió las llaves del coche y salimos de casa. Corriendo nos montamos en el coche dejando atrás a todos los paparazzis y periodistas. Harry puso el coche en marcha y nos dirigimos a Holmes Chapel. Durante las dos horas y media aproximadamente que estuvimos en el coche estuve pensando en como se lo tomarían los padres de Harry y los mios. ¿Y si se lo tomaban mal? Movía mi pierna derecha rápido debido a los nervios. Harry giró la cabeza y puso su mano izquierda en mi rodilla. Le miré y me sonrió. Eché mi cabeza hacia detrás tranquilizándome. Casi todo el camino Harry estuvo con la mano en mi rodilla y yo a veces agarraba su mano y jugaba con ella. Al fin llegamos a su casa. Aparcó en frente y nos bajamos del coche. Juntos nos dirigimos a la puerta. Me puso al lado de Harry agarrándole del brazo. Harry pulsó el timbre y escuchamos el grito de Gemma avisándonos de que ya abría.

-Tranquila, mi amor -dijo Harry besándome la cabeza.
-¿Quién es? -gritó Gemma.
-Soy yo, Harry. Abre -gritó.
-¡Chicos! Que de tiempo -dijo Gemma mientras los abrazaba.
-Hola, Gemma -sonreí mientras la abrazaba.
-Que guapa que estás, Sarah -dijo la morena mientras entrábamos en la casa.
-¿Y yo qué, eh? -dijo Harry haciéndose el enfadado.
-Tú sigues igual que siempre... No hay vez que habra la revista y no estés de portada... -todos comenzamos a reír.
-¡Harry! -gritó Anne levantándose corriendo del sofá.
-Pero que sorpresa -dijo Mike mientras me abrazaba.
-¿Cómo que habéis venido? -preguntó Anne mientras nos sentábamos en el sofá los cinco.
-Bueno, nosotros veníamos para daros una noticia.
-¿Qué ha pasado? -preguntó Mike preocupado.
-Vamos a ser padres -dijo Harry.
-¿Qué? -dijo Gemma mientras se levantaba del sofá sorprendida- ¿Voy a ser tía?
-Sí -sonreí.
-Voy a ser abuela, dios mio... -dijo Anne mientras se llevaba una mano a la boca. Mientras nosotros reíamos.

Pasamos allí parte de la tarde con los padres de Harry, la verdad es que se lo habían tomado genial, mejor de lo que imaginaba. Ahora solo faltaban mis padres, que pensaba que también se lo tomarían bien como ellos. La verdad es que mis padres siempre habian querido ser abuelos en un futuro y seguro que se pondrían muy felices en cuanto les dijera tal noticia. Cuando terminamos de despedirnos de los padres de Harry nos montamos de nuevo en el coche y nos dirigimos de nuevo a Londres. Por el camino llamé a mis padres ya que en cuanto llegáramos a Londres iríamos todos a cenar a casa de Louis.

-¡Hola Sarah! -gritó mi hermana pequeña.
-Jess, pásale el móvil a mamá.
-Voy -dijo la pequeña mientras se lo pasaba a mi madre.
-Hola, hija -escuché decir a mi madre.
-Mamá. ¿Qué tal estáis por allí?
-Muy bien, echándote de menos. ¿Y ustedes?
-Genial. Tenemos que darte una noticia.
-¿Ha pasado algo malo?
-No, tranquila -reí- Es bueno. Estoy embarazada -durante unos segundos no se escuchó nada. ¿Me habría colgado?- ¿Mamá?
-¿Es... estás embarazada? -dijo mi madre emocionada.
-¡Sí!
-Oh dios mio, Sarah... Tengo que ir a veros. En cuanto a tu padre le den vacaciones vamos.
-Sí -reí- Mamá, voy a colgar que estamos llegando a Londres.
-Esta bien, Sarah. Con cualquier cosa me llamas.
-Sí, tranquila. Ya hablamos.
-Te llamaré mañana. Cuídate.
-Adiós. Y dale besos de mi parte a papá y a Jess.
-Esta bien, adiós -dijo mi madre antes de colgar.

Miré a Harry sonriendo y le di un beso en la mejilla. Estaba feliz, muy feliz. Estaba deseando que mis padres me vinieran a ver, hacía aproximadamente seis meses que no los veía. No lo pude evitar, pero era tan solo pensar que iba a formar una familia con Harry me emocionaba. Respiré hondo y eché mi cabeza hacia detrás apoyando mi cabeza en el asiento y así estuve hasta que llegamos a Londres. Ya habíamos avisados a todos para que fuéramos a cenar juntos, y Louis propuso que cenáramos en su casa así que cuando llegamos ya estaban todos allí esperándonos. Emma abrió la puerta sonriente y nos abrazó a los dos. Nos dejó entrar y saludamos a los demás que jugaban a la Wii riendo.

-Buenas noches, chicos -dijo Harry mientras entrábamos en el salón.
-¡Buenas noches! -gritaron algunos mientras se levantaban del sofá para saludarnos.
-Me da miedo cada vez que decís de cenar todos juntos, siempre hay una nueva noticia, ¿no? -dijo riendo Niall.
-Así es -reí.
-¿Así es? -me miró sorprendida Alice.
-Sí... Peter va a tener un nuevo amigo o amiga -dijo Harry.
-¿¡Estás embarazada!? -preguntaron Eleanor y Louis a la vez.
-Sí -reí mirando a todos.
-Mamá, ¿por qué voy a tener un nuevo amigo o amiga? -preguntó Peter mientras se metía un trozo de pan en la boca.
-Porque Sarah está embarazada -dijo Louis.
-¿Y qué es eso? -preguntó de nuevo el pequeño. Todos nos miramos riendo.
-Pues... Que va a tener un hijo, o hija.
-Pues yo prefiero que sea hija -dijo Peter mientras reía.
-¿Por qué, pillín? -preguntó Harry.
-Para que sea mi novia -todos nos miramos sorprendidos ante tal respuesta del pequeño.
-Pues si quieres que sea tu novia tendrás que cuidarla bien, ¡eh! -dijo Harry sentándose a su lado.
-Yo he visto como tú cuidas a la tía Sarah. Yo también la cuidaré así, ¿no?
-Si la cuidas así podrá ser tu novia -reí.
-¡Pero dejen de decir que será su novia, es muy pequeño aún! -rió Eleanor.

Todos comenzamos a reír mientras preparábamos juntos la mesa. Mientras cenábamos pensamos en hacer el árbol de navidad. La idea fue de Peter, ya que lo vio en casa de su amigo y él también quería uno en su casa. Así que decidimos hacerlo después de cenar todos juntos. Cuando terminamos, recogimos todo. Eleanor bajó al sótano a por el árbol de navidad, lo sacó de la caja y lo colocó bien para que pudiéramos poner los decorativos. Harry me pasaba algunas bolas y pequeños muñecos y yo los iba poniendo en el árbol. Más o menos ya estaba listo, sólo faltaba la estrella. Louis cogió en brazos a Peter y éste la puso. Todos comenzamos a aplaudir mientras reíamos. Aquella noche fue una de las que quería que se repitieran cada navidad.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 57: Te amo.

Capítulo 57: Te amo.

(Narra Harry)

Dos meses de vida y boda de Danielle y Liam. Como habían cambiado nuestras vidas desde entonces, todo iba a mejor, todo iba perfecto. Sarah se limpió las lágrimas, había llorado muchísimo aquella noche, era tan sensible... Desde que comenzó la boda no pude dejar de observar a Sarah. Iba tan preciosa con aquel vestido negro. Llevaba un recogido que le dejaba ver perfectamente todo su rostro. Ya estábamos todos en el combite, la música estaba puesta y algunos bailaban con sus parejas junto con Danielle y Liam. Tiré de Sarah que soltó su bebida en la mesa y nos acercamos a los demás para bailar también. En esos momentos era una música lenta. Apoyé mis manos en su cadera y ella las colocó en mis hombros, juntamos nuestras frentes y dando pequeños pasos bailamos la canción entera. Antes de que terminara le di un corto beso en los labios. Por un momento desaparecieron Liam y Danielle. Mientras nosotros preparamos los fuegos artificiales. Cuando ellos aparecieron ya cambiados de ropa comenzamos a tirar los fuegos. Todos nos acercamos a ellos para despedirnos. Liam tiró de Danielle y corrieron hasta el coche, se montaron y por la ventanilla se despidieron de nuevo con la mano. El coche se puso en marcha y se dirigieron a su luna de miel.

(Narra Sarah)

Cuatro años después. Estábamos Sarah y yo desayunando cuando sonó mi móvil. Corriendo me levanté de la silla y subí las escaleras hasta mi habitación. Abrí la puerta y cogí el móvil que estaba en la mesita de noche. Era un mensaje de Louis. Decía: ''Harry, ¿podéis quedaros con Peter un tiempo? Eleanor y yo vamos a ir a comprarle el regalo de cumpleaños. Dentro de media hora lo llevamos a tu casa. Gracias''. No le contesté. Dejé el móvil de nuevo en su sitio y bajé a la cocina para contárselo a Sarah.

-¿Quien era? -preguntó mientras guardaba la caja de galletas.
-Louis, quería que nos quedáramos un tiempo con Peter, que ellos iban a comprar el regalo de cumpleaños.
-Ah vale. ¿Qué te parece si vamos al parque? Creo que allí se divertirá más con la nieve que aquí encerrado en casa.
-Sí, mejor. Vamos a cambiarnos -dije dándole un beso en la frente.

Subimos a la habitación. Encendí mi móvil y mientras elegía que ponerme escuchaba 'Always' de Bon Jovi. Decidí ponerme unos vaqueros ajustados negros con un jersey burdeos. Me puse un gorro negro como mis botas y mi bufanda. Me senté en el tocador y comencé a maquillarme. Me peiné el pelo un poco con las manos y cuando vi que ya lo tenía perfecto me levanté de la silla y cogí mi bolso. Guardé el móvil y salí de la habitación. Bajé al salón, Louis y Eleanor ya estaban allí. Me acerqué a ellos sonriente y solté el bolso mientras Peter corría hacia mi con los brazos abiertos.

-Buenos días, pequeñín -dije cogiéndole en brazos.
-Buenos días, tía Sarah -sonrió el pequeño- ¿Vamos a ir al parque?
-¿Tú quieres?
-Sí -dijo él mirando a Harry.
-Pues vamos al parque -dijo Harry mientras yo soltaba a Peter en el suelo.
-Gracias, chicos -dijo Eleanor sonriente.
-A la hora de almorzar vendremos a por él.
-De nada -sonrió Harry.
-¡Adiós mamá, papá! -gritó Peter mientras iba a la cocina a por galletas.
-Adiós Peter, sé bueno.
-Sí... -dijo mientras se metía una galleta de oreo en la boca.
-Hasta luego -dije sonriente.

Al poco tiempo de irse Louis y Eleanor nos fuimos nosotros tres. Fuimos al parque más cercano a aquella zona, por lo que no fuimos en coche. Peter iba de mi mano mientras que con la otra seguía comiéndose las galletas de oreo que tanto le encantaban. Se le veía adorable, con toda la boca manchada de chocolate. Tenía los mismo ojos de Louis, eran hermosos. En cuanto llegamos a la puerta del parque, Peter me dio la bolsa de galletas y corrió hasta el columpio. Nosotros dos nos sentamos en un banco de en frente. Estaba todo lleno de nieve, muy bonito.

-¿¡Peter puedo comer algunas galletas!? -gritó Harry señalando la pequeña bolsa.
-¡Sí, pero no te las comas todas! -gritó el pequeño mientras se tiraba del tobogán junto con otro chico rubio.
-No, tranquilo -dijo Harry mientras se llevaba una a la boca. Lo miré riendo- ¿Quieres? -me preguntó.
-No, gracias -reí observando de nuevo como Peter jugaba con su nuevo amigo en la nieve.

Que facilidad tenían de hacer amigos. Cada día tenía uno nuevo, a cada parte que iba amigo que se echaba. Me hacía gracia porque había veces que iba por la calle y saludaba a todo el mundo y si no le respondía se enfada, en eso era igual que su padre. Harry fue a por algo caliente para beber para cada uno, ya que hacía mucho frío y algo caliente iba perfecto. De mientras, yo seguía observando a Peter. Quería formar una familia, giré mi cabeza y vi como Harry salía del Starbucks con dos chocolates calientes. ¿Y por qué no formarla? Harry se sentó de nuevo a mi lado y me dio mi chocolate caliente.

-Peter, ven un momento -dijo Harry mientras me daba mi vaso.
-Ya voy -dijo el pequeño mientras se acercaba a nosotros cojeando.
-¿Quieres chocolate caliente? -pregunté.
-Un poquito -dijo bebiendo un poco de mi vaso- ¿No te habrás comido todas mis galletas no? -dijo mirando a Harry fijamente.
-No -rió éste último- Aún quedan algunas en la bolsa.
-¿Qué te ha pasado en la rodilla? -pregunté sentándolo encima mia.
-Me he caído.

Harry cogió el bolso que nos dejó Eleanor con todas las cosas de Peter y sacó la caja de tiritas. Cogió una y se la puso a Peter en la herida. Le besó la frente y sonriente le solté de nuevo en la nieve. Peter cogió un par de galletas y se las comía mientras de nuevo se ponía a jugar con su nuevo amigo. Observé a Harry sonriendo que cerraba el bolso de Eleanor. Giró su cabeza haciendo que nuestras miradas se encontrasen una vez más.

-Serás un padre perfecto -dije apoyándome en su hombro.
-Y tú una madre perfecta.
-Harry, yo... yo quiero formar una familia.
-¿Segura Sarah? Esto no es ninguna tontería...
-Segura Harry -sonreí mirándole de nuevo.
-¿Y a qué esperamos?
-A que vengan Louis y Eleanor a por Peter -reí mientras volvía a mirar al pequeño jugar con la nieve.

Cuando ya llegó la hora de comer nos fuimos del parque y nos dirigimos a casa. Harry llevaba a Peter montado en su espalda mientras él pequeño jugaba con sus rizos. Harry reía porque le hacía a veces cosquillas. Cuando llegamos a la puerta de la casa escuchamos el ruido de un coche. Nos giramos y allí estaban Louis y Eleanor. Harry soltó a Peter en el suelo y nos dirigimos a ellos. Sonriente salieron del coche. Peter en cuanto los vio corrió hasta los padres. Eleanor lo cogió en brazos y le besó la mejilla.

-Gracias por cuidar de Peter -sonrió Louis.
-De nada -sonreí.
-Mamá, el tío Harry me ha curado la herida -dijo señalándola.
-¿Y le has dado las gracias? -dijo Eleanor. Peter negó con la cabeza.
-Gracias, tío Harry.
-Ven aquí, grandullón -dijo cogiéndole en brazos- ¿Nos vemos mañana para jugar al futbol con papá y los demás tíos?
-Claro que sí -sonrió el pequeño.
-Hasta mañana, chicos -sonrió Eleanor montándose en el coche.
-Hasta mañana -dijimos nosotros al unísono.

Juntos caminamos hasta la puerta de casa. Entré la primera, Harry cerró la puerta y corriendo me cogió de la cintura besándome el cuello. Comencé a reír. Me giré y le besé. Me cogió en peso y enrollé mis piernas en su cadera, despacio fuimos subiendo hasta la habitación. Harry abrió la puerta y entramos. Le quité la camiseta y luego volvimos a juntar nuestros labios, cuando ya estábamos los dos desnudos, le eché en la cama y me tumbé encima de él sin dejar que todo mi peso cayera encima suya. ''Te amo'' susurró Harry antes de que las sábanas nos cubriesen por completo.

Capítulo 56: Jóvenes.

Capítulo 56: Jóvenes.

(Narra Harry)

En cuanto terminó de decir Liam aquella frase, Sarah se acercó despacio a ellos dos y los abrazó fuerte. Ella fue al primera que reaccionó. Alice se llevó la mano a la boca y tenía los ojos que se le iban a salir de las órbitas. Cuando Sarah se separó de ellos dos fuimos los demás a darles la enhorabuena. Danielle y Liam no dejaron de sonreír en ningún momentoy sus ojos brillaban como nunca. Estuvimos un tiempo más junto a ellos, hablando de la boda que sería dentro de dos meses, aproximadamente. Ya se hizo bastante tarde por lo que Sarah y yo decidimos irnos ya a casa. Nos despedimos de ellos y salimos de la habitación. Cruzamos el pasillo y entramos en el ascensor. Cuando llegamos a la planta baja, las puertas de éste se abrieron y nos despedimos de la recepcionista antes de salir del hospital. Cuando llegamos al coche nos montamos y nos dirigimos a casa.

-Me alegro muchísmo por Liam y Danielle -dijo Sarah sonriente.
-Y yo -sonreí- Ellos dos y Louis y Eleanor me dan envidia -reí.
-¿Envidia? -preguntó Sarah mirándome fijamente.
-Sí. Yo también quiero formar una familia y casarme.
-Pero, Harry...
-Lo sé, cielo. Aún somos jóvenes.
-Cuando tengamos un par de años más a lo mejor.
-¿A lo mejor?
-Harry... -rió ella haciéndome reír a mi también.
-Esta bien -reí mientras aparcaba el coche en frente de mi casa. La miré un instante y la di un beso en la frente.
-Te quiero.
-Yo más, Sarah -dije antes de bajarme del coche.

Entramos en casa y luego en el salón. Soltamos los abrigos y los colocamos en el perchero que había en la entrada y subimos a la habitación. Cuando ya tenía Sarah puesto el pijama nos metimos en la cama y abrazados estuvimos hasta que caímos los dos en un profundo sueño.

El grito de alguien me despertó. Corriendo abrí mis ojos y levanté mi cabeza para ver si Sarah seguía a mi lado, pero no estaba. Me levanté de la cama. Iba a salir de la habitación cuando vi una pequeña nota pegada en el pomo de la puerta. Decía: ''Buenos días, mi amor. Estás guapísimo sin pijama, pero tienes que ponerte uno porque hace mucho frío fuera. Cuando te lo pongas baja al jardín. Te amo. Sarah.'' Sonriente lo solté en el escritorio y corriendo bajé las escaleras. Me encontré a Sarah saltando mientras que con su mano derecha se agarraba su pie izquierdo que lo miraba con dolor. Me acerqué a ella y cogí su pie dejando que se agarrara a mis hombros para que no se cayera.

-¿Qué ha pasado? -pregunté.
-Me he dado con la puerta de la cocina en el dedo chico del pie y he estropeado la sorpresa.
-¿Qué sorpresa? -dije haciendo una mueca.
-Hice el desayuno, lo puse todo en el jardín y ahora iba a ir a despertarte -rió ella.
-Anda, vamos a desayunar -reí mientras tiraba de ella.

Entré en el jardín. Estaba todo lleno de nieve. Sarah corrió hasta el balancín de madera y se sentó. Había movido la mesa hasta allí y había colocado encima una bandeja con el desayuno. Sarah hizo una señal con la mano para que me sentara junto a ella sacándome de mis pensamientos. Obedecí. Allí pasamos parte de la mañana, desayunando y abrazados mientras nos balanceábamos y observábamos como nevaba aquella mañana.

(Narra Sarah)

Habían pasado un mes y medio desde aquel día. Estábamos todas las chicas acompañando a Danielle a recoger el traje de novia. Era la última prueba. Tenía los ojos rojos e intentaba no llorar mientras se observaba en el espejo que tenía delante. Daba vueltas de un lado para otro. Estaba realmente hermosa. Abracé a Eleanor sonriente que observaba emocionada a Danielle por el espejo. Ésta última se secó las lágrimas mientras daba una vuelta sobre sí misma para que nosotras pudiéramos ver mejor el vestido.

-¿Qué os parece? -preguntó.
-Es precioso -dijo Emma abrazándola.
-Te queda genial, Danielle, estás preciosa -sonrió Alice.
-¿De verdad? -dijo ella mirándonos emocionadas.
-De verdad -dijo Eleanor acercándose a ella para abrazarla.

Luego todas nos unimos y nos abrazamos. Danielle entró en el probador a cambiarse. Cuando salió y le dio el vestido a la dependienta ya que aquel día tenía que llevárselo. Después íbamos a ir a comprarnos las demás el vestido. Mientras Danielle cogía el vestido le sonó el teléfono. Le cogí el vestido y ella abrió el bolso. Era un mensaje. Comenzó a leer. Era de Liam. Me lo enseñó con lágrimas en los ojos. No podían ser más monos, de verdad. Danielle me abrazó mientras lloraba, estaba tan emocionada como él. Danielle le contestó y luego salimos de la tienda. Fuimos al centro comercial y allí nosotras nos compramos el vestido. La primera fue Alice, era de color verde agua hasta los tobillos, la verdad es que era muy bonito. En la siguiente tienda se lo compró Emma. Era celeste y tenía la espalda descubierta, también por los tobillos. Eleanor y yo fuimos las últimas, a la que más le costó decidirse fue a ella, pero acabó con uno azul marino, como los demás hasta los tobillos.

-¿Qué tal me queda? -dije saliendo del probador y girando sobre mi misma.
-Vaya, Sarah, estás preciosa -dijo Emma acercándose a mi.
-Harry va a morir -rió Alice.
-¿Qué dices? -reí entrando de nuevo en el probador.
-No sé por que esperais para darle un amigo a Peter -rió Eleanor mientras miraba a su bebé.
-Dentro de unos años -dije mientras pagaba el vestido- somos muy jóvenes.
-Sí, aún son jóvenes -dijo Danielle mientras abría la puerta para que cabiera el carro de Peter.
-¿Y Harry qué dijo?
-Él también quiere casarse y formar una familia, pero más adelante.
-¿Almorzamos aquí? -preguntó Emma señalando un McDonald's.

Todas asentimos y entramos. Los pocos que habían almorzando se quedaron mirándonos, pero no había fans, ya que estarían en clase. Nos acercamos a la caja y cada una pedimos nuestro almuerzo. Cuando ya estaba todo fuimos a coger mesa, pero decidimos subir mejor a la primera planta que no había nadie. Durante el almuerzo estuvimos hablando de la boda de Danielle y Liam, todos estábamos deseando que pasaran ya las dos semanas.

Capítulo 55: El primer paso a la felicidad.

Capítulo 55: El primer paso a la felicidad.

(Narra Sarah)

Cruzamos la sala de espera y el largo pasillo hasta llegar a la puerta de entrada. 08:23. Estábamos todos que nos caímos de sueño. Salimos del hospital y en la puertas nos despedimos de los demás. Nos dirigimos al coche de Harry, éste lo abrió, cuando nos montamos lo puso en marcha y nos dirigimos a su casa. Un par de minutos después comencé a notar como mis ojos se abrían y se cerraban lentamente. Eché mi cabeza hacia atrás apoyándola en el asiento. Escuché como se cerraba una puerta despertándome, y luego se abría otra. Una mano me cogió por debajo de las piernas y otra se colocaba en mi espalda. Abrí despacio mis ojos y vi a Harry que cerraba la puerta con el pie. En brazos me llevó hasta la puerta de su casa, Harry no conseguía abrirla, así que pedí que me bajara, y así hizo. Abrió la puerta y entramos en la casa. Corriendo entré en el salón y me tiré en el sofá. Harry cerró la puerta y se acercó a mi colocándose de cuclillas. Giré despacio mi cabeza hasta quedarnos mirándonos fijamente, Harry sonrió y me besó la frente.

-Vamos a domir, cielo. Tenemos que descansar -dijo acariciándome el pelo.
-No tengo ganas de subir hasta arriba -me coloqué bien en el sofá- se está muy bien aquí.
-Vamos, que yo te cojo -dijo Harry riendo.

Suspiré mientras cerraba mis ojos. Harry me colocó encima de su hombro y fue al pasillo para cerrar todas las puertas, cuando ya estaba todo cerrado, subió despacio las escaleras y entramos en la habitación. Me tumbó en la cama, él se quitó la ropa y se puso un pijama. Se giró, se tumbó a mi lado y nos tapó con la manta. Harry me dio un corto beso después de darme las buenas noches, luego me abrazó dejando que nuestros cuerpos se quedaran encajados como dos piezas de puzzle.

(Narra Harry)

En cuanto mis ojos se abrieron pude ver como Sarah observaba el pecho de la habitación. Parpadeé un par de veces y levanté mi cabeza para poder verla mejor. Ella giró su cabeza y me sonrió. Volví a echarme en la almohada sin dejar de mirarla, ella se sentó encima mia agarrándome de la camiseta y se inclinó un poco para besarme.

-Buenos, días, hermoso -dijo antes de volver a besarme.
-Buenos días, cielo -sonreí en los labios.
-¿Vamos a ir a ver a Eleanor?
-Sí -dije asintiendo varias veces con la cabeza.
-Son las 17:43 -dijo riendo.
-Vamos a comer primero -reí.

Sarah besó mi nariz y se quitó de encima mia. Se levantó de la cama y se colocó bien el pijama y el pelo, luego lo hice yo. La agarré de la cintura y salimos de la habitación. Cuando llegamos abajo entramos en la cocina para hacernos algo rápido para comer. En silencio comimos y luego volvimos a la habitación y luego volvimos a subir a la habitación para vestirnos. Me puse unos vaqueros con una camiseta clara y encima una chaqueta oscura como los zapatos. Me peiné un poco el pelo con las manos y salí de la habitación para entrar en la de al lado donde se cambiaba Sarah de ropa. Llevaba un vestido marrón de invierno que le llegaba por encima de las rodillas, con unas de aquella botas que tanto le encantaban a ella, una chaqueta encima y en el pelo se puso un gorro de lana. Me sonrió mientras se colocaba bien el gorrito y juntos salimos de la habitación. Cogí las llaves del coche y salimos de mi casa, nos montamos en éste y nos dirigimos de nuevo al hospital. Allí ya se encontraban todos menos Danielle y Liam, que se suponía que llegarían a la noche. Eran las 19:36. Entramos en la consula donde estaba Eleanor.

-Hola, chicos -sonrió Alice.
-Hola -dijimos al unísono.
-¿Cómo está Peter? -dijo Sarah acercándose a Eleanor para besarle la mejilla.
-Muy bien -sonrió Louis sentándose en una silla. Se notaba bastante cansado.
-¿Y Liam y Danielle? -pregunté mientras me sentaba al lado de Niall.
-Me dijo que vendrían después a la noche, ya que iban a cenar los dos juntos -dijo Zayn acariciando la mano de Emma.

Allí estuvimos parte de la tarde y de la noche, hasta que llegaron Liam y Danielle. Les notaba raros, a Danielle sobre todo, porque sus ojos estaban como si hubiera llorado. Pero no sabíamos el por qué, solo que algo había ocurrido en aquella cena.

(Narra Liam)

Mientras me colocaba bien la corbata practicaba como explicarle a Danielle que quería estar con ella el resto de mis días, que quería que estuviera todos los días a mi lado, que quería que fuera la madre de mis hijos, que quería que se casase conmigo. Cuando terminé de ponerme bien la corbata salí de mi habitación. Sabía perfectamente que en cuanto la viera olvidaría hasta mi nombre, y me quedaría en blanco. Llevábamos tres años de novios y estaba seguro que quería estar con ella siempre. Saqué la cajita roja de terciopelo de mi bolsillo para asegurarme de que la tenía y volví a guardarla en el mismo bolsillo en cuanto escuché el timbre. Respiré hondo y abrí la puerta. Y como dije antes me olvidé de todo por completo. Ella sonriente se acercó a mi para besarme despacio en los labios. Llevaba un vestido negro ajustado que te cortaba hasta la respiración, estaba maquillada perfectamente haciéndola más hermosa de lo que era y llevaba su pelo rizado y suelto como a mi me encantaba. La dejé entrar y se sentó en la silla, ya estaba todo preparado, solo coloqué la comida en la mesa y me senté junto a ella para comenzar a cenar. Estaba bastante nervioso, más de lo que imaginaba y Danielle lo notaba ya que me preguntó un par de veces si me encontraba bien. Tenía pensado dejarlo para después del postre, pero no pude.

-Danielle... sabes que para mi estos tres años junto a ti han sido los mejores, que te quiero más que a nada y jamás dejaré de hacerlo -Danielle comenzaba a emocionarse y un par de lágrimas comenzaban a salir de sus ojos bajando despacio por sus mejillas- ¿Quieres... casarte conmigo? -dije mientras sacaba de nuevo aquella pequeña caja roja de terciopelo que guardaba el anillo. Ella asintió sonriente varias veces seguidas, haciéndome el hombre más feliz del mundo.

(Narra Sarah)

Desde que Danielle y Liam entraron en la consulta estaban más raros de lo normal, más felices que nunca. No dejaban de sonreír en ningún momento, algo había pasado y no nos habían contado nada... Danielle acariciaba la mejilla de Peter y ahí fue cuando, al menos yo, me di cuenta. Me acerqué a ella sorprendida. Liam vio que me había dado cuenta de aquella noticia antes que nadie, así que cuando iba a llamar a Danielle, él me agarró del hombro y me giró. Me hizo una señal con la mano para que esperara, más sorprendida aún asentí. Me senté encima de Harry, ya que con dos palmaditas en sus piernas, me dio a atender que me sentara encima de él. Cuando lo hice, con sus fuertes brazos me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en mi hombro rozando sus labios en mi oreja.

-No hay nadie como tú -susurró haciendo que mi piel se erizara lentamente. Giré mi cabeza y le di un corto beso en los labios que fue imterrumpido por Liam.
-Chicos, Danielle y yo tenemos que daros una noticia.
-¿También está embarazada? -dijo Niall mientras comía galletas oreo.
-No -rió Danielle.
-Danielle y yo... Vamos a casarnos.

Capítulo 54: Llegar al mundo.

Capítulo 54: Llegar al mundo.

Nueve meses después de aquel día. Esa noche Sarah y yo nos quedamos en casa de Louis a dormir. Sarah había acabado de ducharse, tenía puesto ropa cómoda. Eleanor estaba echada en el sofá, decía que le dolía bastante la barriga, estaba sudando. Louis ya comenzó a tener miedo y metiéndonos más miedo a nosotros. Sarah puso la mesa mientras Louis y yo repartiamos la comida. Colocamos los platos en la mesa y todos nos sentamos a comer, menos Eleanor, que solo quiso comer algo de fruta.

-¿Ya estás cumplida? -dijo Sarah mirándola fijamente.
-Hace unos días ya cumplí los nueve meses.
-Entonces estará al venir, ¿no? -dijo Sarah sonriente.
-Sí -dijo Eleanor riendo.
-Estareis deseando -dije mirandoles fijamente.
-Sí -sonrió Louis besandole la frente a Eleanor

Seguimos cenando con la misma conversación, estaban bastante emocionados con tener ya a Peter en sus brazos. Sí, era un niño y decidieron llamarlo Peter, el pequeño Peter. En un par de viajes recogimos toda la mesa. Sarah estaba fregando mientras yo limpiaba la mesa y Louis guardaba cada cosa de nuevo en su sitio. Cuando terminé de limpiar la mesa me fijé que Eleanor se tocaba el vientre y comenzaba a quejarse. Tiré el paño al suelo y me acerqué a ella.

-¿Te encuentras bien? -pregunté agarrándola de los hombros.
-Sí, estoy bien.
-¿Segura?
-Sí, segura. Tranquilo -sonrió.
-Si te sigue molestando avisanos, ¿si? -Eleanor asintió. Entré de nuevo en la cocina y solté el paño.
-¡Que viene! -gritó Eleanor.
-¿Qué viene quien? -dijo Louis entrando en el salón
.
Nosotros entramos detrás. Eleanor se tocaba el vientre mientras cerraba sus ojos, los abrió y de nuevo gritó que llegaba el bebé. Eleanor estaba pálida y comenzaba a sudar. Corriendo me acerqué a ella, fui el primero que reaccioné. Grité para que los demás reaccionaran y me ayudaran a meter a Eleanor en el coche mientras yo buscaba las llaves del coche. Louis corriendo se acercó a nosotros, entre él y yo la ayudamos a montarla en el coche. Sarah cerró la puerta de atrás y abrió la suya, se sentó y cuando vi que cerró también su puerta arranqué el coche. Eleanor se quejaba y apretaba sus ojos cada vez que le daba una de aquella fuertes contracciones. Louis agarraba su mano y le acariciaba el pelo. Ellos tenían tanto miedo como nosotros, aunque pronto tendríamos al pequeño Peter en nuestros brazos. Iba todo lo rápido que podía, esperando que la policía no nos pillara ni nada por el estilo. Al fin llegamos al hospital, solté a los tres en la puerta de éste mientras yo iba a aparcar. Corriendo bajé del coche y lo cerré. Mientras entraba en el hospital avisé a los demás para que también vinieran. Las puertas del hospital se abrieron en cuanto me acerqué a éstas. Me acerqué a recepción, giré mi cabeza y vi a Sarah y Louis en una sala de espera. Corriendo crucé el pasillo y entré en la sala de espera. Sarah en cuanto me vio me abrazo, luego Louis, que se recorría cada rincón de la sala comiéndose las uñas. Louis enterró su cabeza en mi hombro, pude escucha como comenzaba a llorar.

-No llores, vas a ser padre -dije mirándole a los ojos.
-Si por eso lloro -dijo limpiándose las lágrimas con las mangas de su chaqueta.
-Tranquilo -dijo Sarah acariciándole el brazo. Ni ella misma estaba tranquila.
-¡Hola! -gritaron los demás entrando en la sala de espera.
-Oh dios mio, Louis, que pronto tendrás a Peter en tus brazos -dijo Liam abrazándolo.
-No me lo creo... -dijo mientras un par de lágrimas bajaban despacio por sus mejillas mientras sonreía.

Todos menos Liam, Louis y Sarah se sentaron en las sillas. Todos estábamos en silencio, con la mirada perdida, solo pensando en lo que estaba sucediendo en aquellos momentos. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho... Las horas allí se nos hacían eternas. Los hospitales eran algo que siempre he odiado. Danielle y Alice estaban dormidas. Zayn estaba a punto y a veces se echaba en el hombro de Emma a descansar un poco. Louis daba vuelta de un lado para otro, mirando al suelo y con los brazos cruzados, yo estaba sentado en el suelo, Sarah estaba de pie justo a mi lado y entre ella que no paraba de mover el pie y Louis que solo daba vueltas me ponían más nerviosos aún. Una de las puertas blancas se abrió lentamente y apareció una jóven con el pelo corto y moreno, llevaba una bata blanca que más o menos le llegaba hasta las rodillas. Tenía a un bebé en sus brazos.

-¿Familiares de Eleanor? -dijo sonriente.
-¡Sí! -dijo Louis acercándose a ella.
-¿Eres la pareja?
-Sí, soy la pareja -dijo Louis asintiendo varias veces con la cabeza.
-Felicidades, tenéis a un niño precioso.
-¿Puedo cogerlo? -preguntó limpiándose las lágrimas con las mangas de la chaqueta.
-Claro -sonrió la enfermera dándole el bebé a Louis que comenzó a jugar con las pequeñas manos de Peter.
-Peter -susurró Louis besándole una de sus pequeñas manos.
-Mira, Sarah -dije sonriente.
-¿Quieres cogerlo? -dijo Louis mirando a Sarah.

Observé como Sarah sonriente cogía al bebé con mucho cuidado. Lo miraba fijamente y jugaba con las pequeñas manos de Peter. Éste abría y cerraba su pequeña mano. Sonriente me coloqué detrás de Sarah. Apoyé mi cabeza en el hombro de ella observando también al pequeño Peter. Sarah giró un poco su cabeza y sonriente me miró, luego volvió a mirar al bebé. Llegó la doctora y nos dijo que podíamos pasar a ver a Eleanor. Louis entró y corriendo se acercó para abrazar a su novia, Sarah le dio a Eleanor su bebé.

-¡Mi amor! -dijo Louis acercándose a ella.
-¿Viste a Peter? -sonrió Eleanor emocionada.
-Es precioso.
-Sí -sonrió Eleanor.
-¡Felicidades! -dijo Emma entrando.
-Gracias -dijo Eleanor.

Louis se sentó junto a Eleanor, que tenía a Peter en brazos. Allí los dos observaban emocionados al bebé, que abría y cerraba sus pequeñas manos que jugaban con el dedo índice de Louis. Todos sonrientes observábamos aquella escena. Liam nos miró y nos hizo una señal con la cabeza para que saliéramos de allí. Nos despedimos de ellos dos y de uno en uno salimos, dejando solos a Louis, Eleanor y al pequeño Peter.

Capítulo 53: Diversión.

Capítulo 53: Diversión.

(Narra Harry)

Menuda cara que se nos quedó a todos. Un par de minutos estuvimos todos en silencio, Louis y Eleanor nos miraban a cada uno con una amplia sonrisa en la cara. Nos alegrábamos muchísimo por ellos, pero me imaginé cualquier noticia menos aquello. ¡Qué iba a ser tío! Después de aquellos dos minutos en silencio todos comenzamos a gritar y acercarnos a ellos para darles la enhorabuena y abrazarlos. Todas las chicas hablaban con Eleanor, que con las lágrimas a punto de salir de sus ojos emocionada les contaba. Los chicos estábamos abrazando a Louis. Giré mi cabeza y me fijé un instante en Sarah, que observaba interesada a Eleanor. Pude escuchar como le preguntaba que se sentía al saber que vas a ser madre, Eleanor le respondió ya comenzando a llorar. Sarah la abrazó y luego me miró a mi, yo aún seguía mirándola, ella me sonrió tímida, parpardeé un par de veces y luego le devolví la sonrisa. Algún día ella sabría que se sentía, algún día.

-¡No me lo puedo creer!
-¡Voy a ser tío! -grité echándome encima de Louis.
-Pues a ver cuando algunos se ponen las pilas y me traen a algún amigo para nuestro hijo -dijo Eleanor riendo.
-¡Harry lo está deseando! -rió Niall.
-¡No, por dios, aún no! -dijo Sarah tirándole un cojín a Niall.
-¿Por qué no, amor? -reí mirándole fijamente.
-¡Harry! -rió ella.
-Vamos, Sarah tu también lo estás deseando.
-Más tarde, más tarde... -todos comenzamos a reír. Sarah tenía las mejillas rojas. Me acerqué a ella y la besé la mejilla.

Nos sentamos todos de nuevo en la mesa y terminamos de almorzar. Estuvimos toda la comida hablando de la noticia que nos dieron Louis y Eleanor, es que aún ninguno nos lo podíamos creer. Eleanor estaba bastante emocionada, tanto como Louis. Les envidiaba, ellos iban a formar una familia, es el sueño de cualquier persona, poder formar tu familia. Pero sabía que tarde o temprano Sarah y yo también la íbamos a formar.
Después de haber recogido todo decidimos ir a pasar la tarde a aquel parque en el que nos conocimos, que recuerdos... Cuando Louis se vistió, que aún seguía en pijama, salimos de la casa. Fuimos andando, la verdad es que no nos importaba los paparazzis en aquel momento, solo queríamos disfrutar y pasar una tarde inolvidable. Íbamos cada uno junto a su pareja, todos agarrados de la mano, como dije antes éramos como una familia. Cogí a Sarah de la cintura para pegarla a mi, la cogí del mentón y le di un dulce beso, me separé despacio y sonreí, me acerqué a su oído.

-Te quiero -pude notar como suavemente se le erizaba la piel y sus mejillas comenzaban a ponerse rojas.
Sarah me miró sonriente y apoyó su cabeza en mi hombro. Enterré mi mano entre su pelo y su oreja y la acerqué un poco para poder besarle la frente. Pocos minutos después llegamos a aquel parque. Había muchísima gente, seguimos caminando hasta que encontramos una zona donde solo se encuentran los pequeños jugar en la nieve. Nos sentamos todos en unos bancos.

-¿Si es un chico como lo llamaréis? -preguntó Zayn.
-Si es un chico... Me gustaría llamarle Peter -dijo Eleanor sonriente.
-Sí, me gusta -dijo Louis mirándola fijamente- Y si es chica... Emily, la pequeña Emily.
-Me encanta ese nombre -sonrió Eleanor.
-No me creo aún que seas padre -dijo Liam negando con la cabeza.
-Increible, ¿verdad? -dijo Louis mientras Eleanor se tumbaba y apoyaba la cabeza en las piernas de Louis. Ya todos comenzaron a hablar, agarré a Sarah del brazo y me acerqué a su oído.
-Te reto a que me mires a los ojos sin querer besarme -dije riendo.
-Venga -rió ella colocándose bien en el banco, en frente mía. Pocos segundos después me acerqué a ella y junté nuestros labios.
-Pero, Harry...
-Perdí... -reí abrazándola fuerte.

Noté como algo chocaba en mi cabeza. Me giré y allí estaba Louis de pie y con una bola de nieve en cada mano. Cogí nieve y echa una bola se la lancé. Le di a Alice, ya que estaba detrás de Louis y éste antes de que la bola llegara se agachó. Me levanté y corriendo me acerqué a ella.

-¡No! Yo no quería darte Alice, lo siento.
-Te vas a enterar -dijo ésta lanzando otra bola.

Corriendo me agaché, la bola pasó por encima de mi dándole a Sarah en el pelo. Ésta miró sorprendida a la rubia, que corría riendo para esconderse detrás de su novio, Sarah cogió otra y la lanzó dándole a Alice. Desde ahí, todos comenzamos a tirarnos bolas. Pude ver como Danielle corría detrás de Sarah con una bola de nieve en la mano y ésta última detrás mía con una en cada mano. Tropecé con Niall y caímos los dos rodando por la nieve. Louis nos miró, se acercó corriendo y luego se tiró encima de nosotros dos. Emma y Zayn estaban escondidos detrás de un árbol, después Zayn cogió a Emma como a un saco de patatas y corrió por la nieve, también acabaron en el suelo. Sarah ya agotada de tanto correr se tiró en el suelo, Danielle que corría detrás se tiró a su lado. Sin saber como acabamos todos tirados en el suelo, riendo como niños pequeños. Levanté la cabeza y vi como todos se reían a carcajadas y como podían se comenzaban a levantar. Ayudé a Sarah a levantarse, que aún seguía riendo junto con Danielle, de nuevo ya estábamos todos sentados, pero ésta vez en la nieve, ya no nos importaba estar mojados.

-Hoy Sarah y yo hicimos un muñeco de nieve en mi jardín -dije riendo.
-¡Qué buena idea! -dijo Alice levantándose rápido.
-Vamos a hacer uno.

Todos miramos a Zayn, ya que fue el que lo dijo. Pocos segundos después ya todos nos levantamos rápidamente y comenzamos a hacer las grandes bolas de nieve. Louis destrozó dos de las bolas que hicimos, siempre acaba tirándose encima de la bola. Cuando ya nos cansamos, Liam lo cogió en brazos y así estuvo hasta que lo montamos. Danielle y Alice fueron a buscar palos, llegaron con tres dos para los brazos y otro más pequeño que los otros dos para la boca, cuando lo colocamos Niall nos dejó su bufanda y la colocamos también en el muñeco, cogí un par de pequeñas piedras y la puse como ojos. Eleanor se acercó a Louis para pedirle una zanahoria ya que él siempre llevaba una encima.

-¡No, no! Mi zanahoria no... -dijo abrazándola fuerte.
-¡Louis! Tienes miles en casa -rió Eleanor.
-Entonces igual que Harry -rió Sarah.
-Pero... Es que...
-Louis, solo es una zanahoria -dijo Liam.
-¡Para ustedes! Para mi no... -dijo mirándola triste.
-¡Louis! -dijimos todos al unísono.
-Esta bien... ¡Pero luego la vuelvo a coger! -dijo dirigiéndose al muñeco de nieve.

Todos comenzamos a reir y observamos como Louis despacio colocaba su zanahoria en la cabeza del muñeco. Cuando lo hizo se separó y se colocó entre Emma y Eleanor. Ésta última le abrazó acariciándole el pelo mientras reía, igual que todos. Alice sacó su cámara y la colocó en el banco en el que nos sentamos antes, puso el temporizador y corriendo se colocó en la foto. Salimos todos al lado del muñeco de nieve. Esa fue una de las fotos, la mayoría eran haciendo el idiota. 20:06. Que rápido que se me pasó la tarde, cuanto mejor te lo pases más rápido pasa el tiempo... Nos levantamos de la nieve y comenzamos a andar dispuestos a salir del parque.

-¡Un momento! -gritó Louis dirigiéndose al muñeco de nuevo.
-¿A dónde vas? -gritó Zayn.
-¡Por quitarme mi zanahoria! -gritó Louis destrozando el muñeco. Cogió su zanahoria y la bufanda de Niall. Corriendo se acercó a nosotros.
-Louis nos ha costado mucho trabajo.
-Dije que volvería a coger mi zanahoria.
-Pero no que lo destrozaras.
-No importa. Tarde o temprano se destrozará -rió Louis- Ah, toma Niall, yo soy tú y también lo hubiera destrozado por haberte quitado la bufanda -dijo mordiendo una zanahoria nueva que acaba de sacar del bolsillo de su chaqueta.

Todos miramos sorprendidos a Louis, que de ver nuestras caras estalló a carcajadas. Riendo salimos de aquel parque. Deseaba volver a repetir aquel día, había sido perfecto y con gente perfecta. Mientras nos dirigiamos de nuevo a casa observé como todos hablábamos y reíamos, la mayoría de la conversación no tenía sentido, y eso era algo que nos encantaba.

Capítulo 52: Una gran noticia.

Capítulo 52: Una gran noticia.

09:32. El desagradable sonido del móvil al vibrar encima de mesa fue el que me despertó aquella mañana. Parpadeé un par de veces antes de frotarme los ojos. Levanté la cabeza y cogí mi móvil. Louis. ¿Qué quería a esas horas? Descolgué y volví a echarme en la almohada.

-Dime, Louis -dije con una voz ronca.
-¡Harry! -dijo emocionado.
-¿Qué pasa? ¿Qué quieres a estas horas?
-Hoy almorzamos todos en mi casa.
-Esta bien, ¿pero para eso me llamas a esta hora?
-¡Es que estaba deseando contarlo!
-¿De verdad, Louis?
-¡Tengo una increíble noticia que daros!
-Sí, yo también tengo otra, pero ahora quiero dormir, ¿sí? Luegos nos vemos.
-¡Hasta luego, Harold! -gritó éste antes de colgar.

Volví a dejar el móvil en la mesita de noche y me tapé de nuevo con la manta. Una vuelta, dos, tres, cuatro, solo daba vueltas en la cama no pude volver a dormir. Jodido Louis, me despertó tan temprano... Me senté en los pies de la cama y observé por el balcón las calles blancas de Londres. Sonreí tras acordarme de la noche anterior con Sarah. Me levanté de la cama y entré en su habitación. Estaba tapada hasta el cuello y tenía la habitación oscura, ya no iba a volver a domir en aquella habitación, en mi cama cabíamos los dos perfectamente. Me senté a su lado y la besé la mejilla. Sonriente la fui acariciando el hombro, hasta que ella despacio abrió los ojos.

-Buenos días, pequeña -sonreí.
-Buenos días, cielo. Me encanta que me llames pequeña o princesa -dijo frotándose los ojos.
-¿Qué tal has dormido, pequeña princesa? -dije tumbándome a su lado.
-Genial, ¿y tú?
-Muy bien. Pero que sepas que a partir de ahora dormirás en mi cama -Sarah comenzó a reír.
-Esta bien -sonrió.
-Louis me acaba de llamar.
-¿Para qué?
-Dice que vayamos todos a almorzar a su casa, que tiene que darnos una gran noticia.
-Vaya, ahora estoy intrigada.
-Y yo, ¡pero si no me hubiera llamado hubiera seguido durmiendo! -dije antes de besarla.

Nos levantamos de la cama y nos fuimos a la cocina para desayunar. Sarah se sentó en la encimera mientras se echaba leche en un vaso. Bebió un poco y lo soltó en la encimera. De un salto bajó, abrió uno de los armarios y cogió galletas, se apoyó en la encimera y comenzó a desayunar, yo tan solo me tomé un café.
Soltamos los palos, la bufanda y los botones en la mesa de madera y comenzamos a hacer las grandes bolas de nieve. Se nos ocurrió hacer un muñeco de nieve para echar la mañana, y ahí nos encontrábamos riendo mientras hacíamos rodar una gran bola de nieve para formar el muñeco. Primero hicimos la más grande que sería el cuerpo del muñeco y luego la pequeña para la cabeza. Como pudimos conseguimos montarla encima de la otra bola intentando que ninguna de las dos se destrozaran, pero fue imposible, de nuevo a hacer las dos bolas. Cuando al fin ya las teníamos conseguimos esta vez colocar una encima de la otra. Sarah puso unos finos palos en cada lado haciendo de brazos, yo puse dos botones para los ojos y un pequeño palo para la boca y para terminar, Sarah colocó la bufanda. Luego se acercó a mi y estuvimos unos segundos observando el muñeco. Algo le faltaba pero no sabíamos el que. Sarah me miró riendo.

-¡La nariz! -rió ella entrando en la casa. A los pocos segundos apareció con una zanahoria.
-Ya decía yo que algo faltaba -reí.
-Tienes muchísimas zanahorias en el frigorífico.
-Es lo que tiene ser amigo de Louis -reí poniendo la zanahoria en la cabeza del muñeco.
-Ahora está perfecto -sonrió Sarah agarrándome de la cintura.

Estuvimos unos minutos echándonos fotos con el muñeco, haciendo el idiota, saltando y dando vueltas riendo mientras girábamos alrededor del muñeco de nieve. Sarah se echó en la nieve dejando la forma de su cuerpo en ésta, me eché a su lado y estuvimos un tiempo mirando al cielo, que aquel día estaba nublado como la mayoría. Sarah se sentó y corriendo entró en la casa. Miré la hora. Corriendo entré detrás de ella, teníamos que comenzar a vestirnos ya para ir a almorzar a casa de Louis, estaba deseando saber que era aquella gran noticia que tenía que comentarnos. Lo que no sabía es que aquella noticia cambiaría la vida de todos y cada uno de nosotros.

(Narra Sarah)

Cogí unos vaqueros ajustados y me los puse, un jersey blanco y una chaqueta clara encima, tenía que estar bien abrigada, me puse unas botas militares marrones y una gran bufanda rodeando mi cuello del mismo color que las botas, me coloqué un gorrito de lana blanco en el pelo y me maquillé un poco. Salí del baño y bajé las escaleras despacio. Harry me esperaba sentado en el sofá del salón. En cuanto me vio corriendo se levantó y cogió las llaves del coche, nos montamos en éste y nos dirigimos rápido a casa de Louis, llegábamos tarde. Harry bajó y me abrió la puerta, luego nos acercamos a la puerta de la casa y llamamos. Eleanor nos abrió emocionada, nos abrazó a los dos y nos dejó pasar. Ya todos estaban allí, esperándonos sentados en la gran mesa del salón. Parecíamos una familia en una cena de navidad, todos juntos, de un lado para otro, repartiendo comida, riendo y disfrutando como nunca. Harry y yo nos acercamos a todos. Todos se levantaron de la mesa y se acercaron a saludarnos. Abrazos, besos y sonrisas. Nos sentamos en la mesa y comenzamos a almorzar.

-Sois unos tardones, la comida se estaba comenzando a enfriar -dijo Niall.
-¿Qué mas da, Niall? Tu te la vas a comer igual -rió Louis.
-Cierto -dijo Niall llevándose comida a la boca- pero no es lo mismo.
-Tú mientras sea comida te lo comes todo.
-¡Eh, tampoco tanto!
-¡Pero nunca quiere probar mis zanahorias! -dijo Louis haciéndose el enfadado.
-Es que están malas -dijo Liam riendo.
-Mentira -dijo Louis apoyándose en el hombro de Eleanor comenzando a llorar.
-Bueno, bueno, tan malas no están. A mi me encantan -dijo Eleanor sonriente.
-Una de las razones por las que son novios -dijo Alice riendo.
-Bueno, ya dejemos de hablar de zanahorias. Yo quería comentaros algo -dijo Harry mirando a todos. Todos se callaron y miraron a Harry intrigados- Sarah y yo hemos vuelto -dijo antes de darme un corto beso. Gritos y aplausos eran lo único que comenzaron a hacer los demás.
-¡Menos mal! No podía veros separados -dijo Danielle levantándose para abrazarme.
-Mucho habéis tardado -rió Emma.
-¿Verdad que si? Pues eso mejor dícelo a ella -dijo Harry señalándome. Todos comenzamos a reír.
-Y bueno, ¿cuál es vuestra gran noticia? -preguntó Zayn. Louis miró a Eleanor sonriente. Eleanor se levantó de la silla y se acarició el vientre.
-Estoy embarazada.

Capítulo 51: Pequeñas cosas.

Capítulo 51: Pequeñas cosas.

(Narra Sarah)

Niall comenzó a tocar la guitarra y Zayn luego empezó a cantar. Con cada palabra que cantaban de aquella hermosa canción me sentía muy identificada. Las lágrimas comenzaron a salir rápido de mis ojos deslizándose por mis mejillas hasta llegar a mi boca con un sabor salado, con las mangas de mi chaqueta negra me las sequé, pero enseguida otras bajaban rápido. Las chicas me abrazaron, me apoyé en el hombro de Emma sin apartar la mirada de Harry, que cantaba mirándome fijamente.

-Estoy enamorado de ti... y de tus pequeñas cosas.

La canción terminó, con mis manos tapé mi cara y apoyé mis codos en mis rodillas. No podía parar de llorar, eran tantos recuerdos, tantos sentimientos metidos todos en una canción que lo describía perfectamente. Harry salió y se acercó a mi, se sentó a mi lado y me abrazó con sus fuertes brazos, me quité las manos de la cara y le devolví el abrazo apoyando mi cabeza en su hombro. Harry besó mi pelo. Cuando me calmé un poco, entraron los chicos a seguir grabando, Alice y Emma salieron a por unos starbucks para nosotras. Allí estuvimos la mañana escuchando a nuestros chicos cantar. Cuando terminaron, Harry y yo fuimos los primeros en salir de allí. No sabía a donde íbamos, Harry cogió mi mano y tiró de mi hasta el coche. Gritando nos despedimos de los chicos. Nos montamos en el coche, Harry lo puso en marcha, durante todo el camino le estuve preguntando a donde me llevaba, pero no me decía nada. Al fin llegamos después de unos largos minutos metidos en el coche. Harry me abrió la puerta. Olía a playa, me giré y allí estaba, aquel lugar donde comenzó nuestra relación. Miré a Harry un instante que se acercaba a mi con un mantel celeste y una pequeña cesta, el viento se colaba entre los rizos de Harry moviéndolos de un lado para otro, me miró sonriendo y juntos nos acercamos a las grandes rocas, nos colocamos detrás de estás. Harry extendió el mantel en el suelo y colocó la cesta en el centro para que no se volara. Nosotros nos sentamos en cada lado y comenzamos a almorzar, Harry ya lo tenía todo preparado.

-¿Te gustó? -preguntó Harry.
-Ha sido... -hice una pausa para mirarle fijamente a sus ojos verdes- Ha sido increible.
-Me alegro de que te haya gustado -sonrió.
-¿Por qué lo hiciste Harry?
-Porque quería que me dieras una oportunidad y porque quiero estar contigo de nuevo.
-Pero es que tengo miedo...
-¿Miedo de qué, Sarah?
-De volver a separarnos...
-Como si quieres darme la oportunidad dentro de dos años, yo voy a seguir con la gira, con conciertos y nos tendremos que separar. Pero, si de verdad me quieres y quieres estar conmigo no te importará la gira ni la fama ni nada, y esperarás el tiempo que haga falta, y como te he dicho otras veces, esta vez no será igual, no estarás en España y además estarán las chicas contigo y... -no pude resistirme, lo cogí de las mejillas y me acerqué a él para besarle, cuanto lo deseaba... Despacio nos fuimos separando- Y... que aún te amo, Sarah.
-Y yo a ti, Harry.
-Entonces... ¿me das una oportunidad?
-Claro que sí -sonreí antes de echarme encima de Harry.

Cuando terminamos de almorzar nos sentamos encima de las grandes rocas que habían a nuestro lado y allí estuvimos parte de la tarde viendo como las olas chocaban en las rocas. Yo tenía a Harry a mi lado que rodeaba mi cintura con su brazo derecho. El viento echaba mi pelo hacia detrás rozando cada parte de mi rostro. Me eché en el hombro de Harry. Los dos estábamos en silencio, tan solo observábamos como el sol se hundía en el agua. Despacio fui bajando de las rocas intentando de no caer al agua. Estuve unos minutos caminando por aquella playa dejando las huellas de mis pies en la arena húmeda, el agua fría mojaban mis pies al llegar a la orilla haciendo que un escalofrío recorriera cada parte de mi cuerpo. Me giré un instante y pude observar el anochecer. Aquello era realmente hermoso, la luna se reflejaba en el mar. Miré un instante a las rocas, Harry se acercaba despacio a mi sonriente, con sus manos metidas en los bolsillos. El pelo me tapaba la cara debido al viento, me lo aparté y me acerqué a Harry para besarle. Cuando nos separamos le mordí el labio y sonreímos, Harry iba a volver a besarme pero yo me separé y comencé a correr. Harry corría detrás de mí pero no me alcanzaba, como podía lo esquivaba, cada vez nos metiamos más en el agua fría del mar. Corríamos por la orilla riendo. Harry me cogió de la cintura y avanzó unos metros así. Apartó mi pelo y comenzó a besar despacio mi cuello. Se sentó en la arena, sentándome entre sus piernas. Él tenía sus grandes manos apoyadas en mi vientre mientras yo jugaba con ellas y mi cabeza la tenía apoyada en su pecho. Levanté un instante la cabeza para poder mirarle a los ojos, Harry sonrió y me dio un corto beso en la nariz. Sonriente me coloqué bien y allí estuvimos un tiempo, observando a la enorme luna reflejada en el mar, solos, de noche, con el ruido de las olas chocar en las rocas de fondo.

(Narra Harry)

Sarah iba delante con la cesta. Su pelo se movía de un lado para otro cada vez que cada un paso a la vez de sus caderas. Abrió el maletero y guardó la cesta, luego el mantel. Metió la mano en mi bolsillo del pantalón y cogió las llaves del coche.

-¿Puedo? -preguntó ella abriendo la puerta de éste.
-¿Desde cuando conduces? -dije sentándome en el coche.
-Hace unos meses que sé conducir -rió ella poniendo el coche en marcha- ¿Te gusta la velocidad? Porque a mi me encanta -dijo Sarah aumentando la velocidad del coche.
-Miedo me das -dije poniéndome el cinturón.

Sarah comenzó a reír. Bajé las ventanilla dejando que el viento acariciara nuestro rostro. No conducía mal, la verdad, y cada vez que podía aceleraba el coche, era un peligro. Giré mi cabeza para poder verla bien. Y allí estaba ella de nuevo, junto a mi, concentrada en la carretera, con sus dos pequeñas manos en el volante. Me miró un instante y me sonrió, luego volvió a mirar a la carretera, queríamos llegar vivos a casa. Sarah aparcó el coche en frente de casa y después de quitarme el cinturón comencé a aplaudir, riendo nos bajamos del coche y abrimos el maletero, cogimos las cosas y entramos en casa. Cerré la puerta de casa y entré en la cocina. Sarah subió a la habitación, guardé todas las cosas en el sitio y subí. Sarah salió de la habitación con un pijama morado puesto, unas zapatillas de invierno, el pelo suelto y sin maquillar, la besé sonriendo y entré en mi habitación para ponerme también un pijama, aquella noche hacía demasiado frío, no me extrañaba que pronto comenzara a nevar.

-¡Harry, corre baja! -gritó Sarah desde el patio.
-¿Qué pasa? -grité mientras bajaba las escaleras.
-¡Corre, corre! -dijo ella antes de entrar al patio. Y como pensé minutos antes, estaba nevando- ¡Está nevando!
-Es hermoso, ¿verdad?
-Nunca vi nevar -dijo Sarah abrazándome por la cintura.
-Ven -dije agarrándola de la mano.

Dejábamos la huella de nuestros pies por la nieve. Senté a Sarah en una de las sillas de madera y cogí un palo que había debajo del árbol. Me senté a su lado y dibujé un corazón en la nieve, miré a Sarah un instante que me observaba sonriente, volví a mirar el dibujo y dentro del enorme corazón que dibujé puse nuestras iniciales ''S.H''. Estuve un par de minutos observando aquella pequeña obra de arte que había echo cuando noté algo frío chocar en mi mejilla. Miré a Sarah que se encontraba riendo detrás de la mesa. Me toqué la mejilla y me quité lo que quedaba de nieve, me iba a levantar cuando Sarah me tiró otra bola. Riendo cogí y flojó le lancé una. Sarah comenzó a correr por todo el patio. Se escondió detrás del balancín de madera y desde allí comenzó a tirarme bolas de nieve. Yo estaba detrás del gran árbol. Despacio fui saliendo de mi escondite y esquivocando las bolas que ella me seguía lanzando me acerqué a ella. Me coloqué a su lado y le quité la bola de nieve que tenía en la mano preparada para lanzarmela. Me acerqué despacio a sus labios para juntarlos de nuevo. Éstos estaban fríos. Sarah sonrió y nos separamos. Observé un instante los grandes y hermosos ojos de Sarah y luego su pequeña nariz, que en aquel momento estaba roja por el frío.

Capítulo 50: Nuevas canciones.

Capítulo 50: Nuevas canciones.

(Narra Sarah)

Mis ojos se fueron abriéndose lentamente. Me froté los ojos y luego miré la hora en mi móvil: 12:56. Me iba a levantar de la cama cuando me di cuenta de que aquella no era mi habitación y encima estaba desnuda. Me giré para ver si Harry seguía durmiendo pero no estaba. Corriendo me levanté de la cama y fui a mi habitación para ponerme un pijama. En cuanto me lo puse salí de mi habitación y baje al salón. Harry estaba preparando café en la cocina. Entré en la cocina, sin mirarle. No podía creer que la noche anterior nos acostáramos, aunque no recordaba nada..
.
-Buenos días, Sarah -sonrió Harry dándome una taza de café. La cogí y la coloqué encima de la mesa. Harry me miró extrañado.
-Dime que no pasó nada anoche, por favor...
-No lo sé, Sarah. No recuerdo nada, pero yo esta mañana me he despertado desnudo y tú también estabas desnuda a mi lado... Solo recuerdo cuando te vi aparecer por la cocina con las botellas de alcohol.
-Oh dios mio... No me vuelvas a hablar, ¿vale?
-¡Eh! No me eches a mi la culpa, yo no bebí como una loca.
-¡Qué tu también bebiste!
-¡Pero tu fuiste quien trajo las botellas!
-No me vuelvas a hablar -repetí dándole con mi dedo índice en su pecho desnudo. Le miré con odio y corriendo salí de la cocina entrando en el baño para darme una ducha
.
Sí, la culpa era mía, lo sabía, pero no me podía creer que lo hiciéramos, no tendría que haber bebido, toda la culpa fue mía, no tendría que haberme portado así con él. Me metí en la ducha. Apoyé mi cabeza en los azulejos dejando que el agua caliente cayera por todo mi cuerpo.

(Narra Harry)

Salí de la cocina aún un poco sorprendido ante la reacción de Sarah. Yo no fui el que trajo las bebidas, esperaba que aquello no volviera a afectar a nuestra relación, que no nos volviera a separar. Terminé de beberme mi café y subí al baño para darme una ducha. Estaba a punto de subir cuando vi que Sarah salía envuelta en una toalla, era tan preciosa... Subí despacio las escaleras y entré en mi habitación para coger la ropa. Iba a salir de la habitación cuando entró Sarah, me miraba algo triste, arrepentida... Ya tenía un pijama celeste puesto y el pelo mojado le llegaba hasta la cintura.

-Lo siento, Harry, sé que no tuviste la culpa. Me pasé antes en la cocina hablándote así.
-No importa, te entiendo... Estarás asustada o arrepentida de haber dejado que ocurriese aquello ancohe.
-¿Tú estás arrepentido? -preguntó ella sentándose en mi cama.
-No lo sé... No recuerdo nada.
-Yo tampoco...
-Bueno, olvidémoslo, ha sido un error, no volverá a pasar, ¿sí?
-Esta bien -dijo ella abrazándome.

Salí de mi habitación detrás de ella. Sarah bajó al salón y yo me metí en el baño para darme una ducha. Me desnudé y me metí en la bañera, la llené de espuma. Allí estuve un tiempo metido, dentro de dos semanas aproximadamente comenzaríamos a grabar el disco. En cuanto terminé de ducharme corriendo entré en mi habitación, saqué el portátil y echado en la cama comencé a escribir. Las palabras me salían solas, mis dedos se movían rápido, más que mi mente, estaba seguro que aquello le iba a encantar tanto a Sarah como a los chicos y pediría que grabáramos esa canción, a lo mejor así ella me da una oportunidad. Mis dedos seguían escribiendo, escribía cada sentimiento en aquella canción.

-¡Harry, baja a almorzar! -gritó Sarah desde abajo.
-¡Voy! -grité guardando lo que llevaba escrito.

Estaba seguro que aquello le encantaría, pero primero tendría que enseñárselo a los chicos. Apagué el portátil y lo volví a guardar en su sitio. Despacio bajé las escaleras y entré en el salón. Sarah ya había puesto la mesa, entró detras de mi en el salón con dos platos de comida, sonriente los colocó en la mesa y nos sentamos a almorzar. Durante el almuerzo le estuve comentando sobre que dentro de un par de semanas comenzaríamos a grabar el nuevo disco, pero obviamente no le dije nada de aquella canción que estuve escribiendo unos minutos antes, tan solo iba a hacer una sorpresa, cuando la fuéramos a grabar la llevaría al estudio de grabación, lo estaba deseando. Terminamos de almorzar y lo recogimos todo. Subimos cada uno a nuestra habitación y nos vestimos para irnos a casa de Louis, íbamos a pasar la tarde todos juntos como lo hacíamos aquellos meses. Me puse una camiseta blanca con un jersey gris encima, unos vaqueros y que no falten mis deportivas blancas. Me peiné un poco el pelo con las manos y cogí el portátil. Salí de la habitación, crucé el pasillo, Sarah se estaba arreglando el pelo en el baño, me apoyé en el marco de la puerta mientras la observaba, llevaba una camiseta gris y encima una chaqueta negra, una bufanda burdeos rodeaba su cuello, unos vaqueros ajustados negros y unas deportivas del color de la bufanda. Se recogió el pelo en una coleta alta y se maquilló un poco. Sonriente salió del baño y guardó las cosas en su habitación, salió y juntos bajamos al salón. Cogí las llaves del coche y salimos de mi casa, nos montamos en el coche y nos dirigimos a casa de Louis. En cuanto llegamos bajamos del coche y entramos en la casa. Ya estaban todos, Zayn y Emma habían llegado a la vez que nosotros. Nos sentamos en el sofá. Sarah estaba distraída hablando con las cuatro chicas. Yo encendí el portátil y avisé a los chicos para que leyeran lo que llevaba escrito, observaba a Sarah, cada movimiento que hacía, cuando escuchaba su dulce voz o su risa, unos escalofríos recorrían cada parte de mi cuerpo, haciendo que mis dedos volvieran a escribir, más o menos ya la tenía lista. Subimos a la habitación de Louis para que hiciera una copia para cada uno. Guardé el portátil y volvimos con las chicas que seguían riendo en el salón. En cuanto nos vieron se giraron y nos miraron extrañadas, ni se dieron cuenta de que nos fuimos. Yo solo me podía fijar en ella, en aquellos ojos marrones y esa amplia sonrisa que me estaban volviendo completamente loco.

(Narra Sarah)

Hablaban de los chicos, cada una de las locuras que hacían sus novios, Eleanor tenía bastante que contar, yo no decía nada, solo escuchaba y reía, cuanto las había echado de menos. Pero todo seguía igual que siempre, como si no nos hubiéramos separados. Estaban tan felices con sus novios, que incluso daban envidia. Escuchamos a los chicos bajar, no nos dimos cuenta de que ellos se fueron a las habitaciones. Yo no podía apartar la mirada de Harry, es que cada día lo quería más, pero tenía miedo. Miedo de volver a separarme de él, yo claro que quería ser su novia, pero de nuevo tendríamos que separarnos cuando él comenzara la gira. Aunque si el día de mañana quería ser novia de él iba a separarme por la gira, tarde o temprano, no tenía otra cosa que aguantar. Harry tenía razón, ahora no estaría sola, estaría con las chicas, además ganaba dinero y estaba viviendo en Londres, ¿por qué no darle aquella oportunidad?

Habían pasado ya dos semanas desde aquel día, los chicos iban a comenzar a grabar su nuevo disco, estaba deseando escuchar sus nuevas canciones, seguro que estaban geniales como todas. Harry aquel día me despertó, quería que le acompañara al estudio de grabación, todas las chicas estarían allí también. Me levanté de la cama después de haber echo saltar a Harry y gritar encima de ella durante un par de minutos. Él ya estaba vestido y tenía todo preparado, solo faltaba yo. Me lavé la cara, me cepillé los dientes y entré en mi habitación para vestirme. Cuando ya había terminado bajé al salón donde me esperaba Harry. En cuanto me vio se levantó del sofá y me besó la mejilla. Cogió las llaves del coche y salimos. Nos montamos en el coche y nos dirigimos al estudio de grabación. Ya todos esperaban en la puerta de éste. Nos saludamos y entramos. Las chicas nos sentamos en unos sillones negros mientras observábamos a los chicos por el cristal.

-¿Preparado Harry? -dijo Niall cogiendo la guitarra.
-Sí -sonrió Harry mirándome. ¿Preparado? ¿Para qué?

Capítulo 49: Unidos una vez más.

Capítulo 49: Unidos una vez más.

(Narra Sarah)

Durante toda la cena nos parabamos de hablar, parecíamos cotorras, pero habíamos estado muchísimo tiempo separados y teníamos bastantes cosas que contarnos, me contó como les fue la gira y demás, y yo como me fue en la escuela de danza y poco más. Terminamos de cenar y entre los dos recogimos todo. Lo dejamos todo en la cocina y volvimos al salón, estaba justo como la última vez que lo vi, todo seguía en su sitio. Estuvimos unos minutos los dos sentados en el sofá hablando sobre la mudanza que haríamos al día siguiente. A las 12:00 vendría por mi al hotel para trasladar las cosas a su casa, sabía perfectamente que no iba a pasar nada entre nosotros, solo iba a vivir en casa de un amigo. Me despedí de él en la puerta del hotel y cuando lo perdí de vista entré en el ascensor. Cuando llegó a la tercera planta hizo un extraño sonido y las puertas se abrieron. Salí del ascensor y crucé el largo pasillo de aquella planta. Introduje la tarjeta y una luz verde me indicó que ya podía abrir la puerta, entré en mi habitación y me tiré en la cama con los brazos a la altura de mi cabeza. La noche había sido perfecta, me había encantado haber cenado con Harry, no me había arrepentido de haber aceptado.

10:00. Me levanté de la cama y me froté los ojos. No tenía ganas de desayunar aquella mañana así que en cuanto terminé de lavarme la cara y cepillarme los dientes me puse a recoger mis cosas y guardalo todo antes de que llegara Harry. Todas las figuras, fotos y demás cosas las fui guardando en cajas, después vacié el armario guardando toda la ropa en las maletas. Allí estuve esperando unos minutos hasta que llegara Harry. En cuanto éste llegó cogió las dos cajas y yo cogí las maletas. Nos montamos como pudimos en el ascensor. Los pocos segundos que estuvimos allí metidos no hablamos, solo nos encontramos un par de veces con la mirada y nos sonreímos. Salimos del ascensor y entramos en el vestíbulo. Me acerqué a recepción y di la tarjeta de mi habitación a la recepcionista. Avisé a los demás bailarines de que me iba y salí junto con Harry del hotel. Llegamos al coche y guardamos todo en su maletero y en los asientos traseros. Nos montamos en el coche y Harry puso a éste en marcha. De nuevo sin hablar durante todo el camino, menos mal que no estaba tan lejos. Entramos en su casa y dejamos todo en la entrada. Miré a Harry riendo que soltaba las cajas, pensaban bastante. Me sonrió y subimos a la que sería mi habitación.

-No hace falta que te quedes en la habitación de invitados, puedes dormir conmigo en mi habitación.
-No, Harry... -reí.
-¿Por qué? No te voy a hacer nada.
-No es eso, solo que prefiero estar un tiempo en esa habitación.
-¿Solo un tiempo?
-No lo sé -reí.

Estuvimos casi dos horas y media, aproximadamente, guardando ropa y cosas. Había decordado mi habitación a mi gusto, había puesto fotos por las paredes, ya tenía toda mi ropa en el armario, por los muebles puse algunas figuras y copas que ganamos en campeonatos. Abrí la ventana dejando que alumbrara la habitación. Me puse al lado de Harry mientras observábamos la habitación desde la puerta. Sonriendo nos miramos los dos y chocamos nuestras manos. Salimos de aquella habitación y bajamos a almorzar. Iban a venir todos, ya que querían verme. Entre Harry y yo fuimos preparando la mesa del salón hasta que ellos llegaron.

-¡Sarah! -gritó Zayn corriendo con los brazos abiertos.
-¡Zayn! Cuanto te eché de menos -dije abrazándolo.
-Y yo a ti, enana -rió.
-Louis -grité dirigiéndome hacia él. Después de abrazar y besar a todos conocí a Emma.
-Soy Sarah, encantada -sonreí dándole un beso en cada mejilla.
-Emma -me los devolvió- Zayn me habló mucho de ti.
-A mi también de ti -sonreí- estaba deseando conocerte.
-Yo también -rió ella.
-Bueno, ¿cenamos? Tengo hambre... -dijo Niall tocándose la tripa, todos le miramos sorprendidos- ¿Qué?
-Es raro que tengas hambre, Niall.
-¿Raro? ¡¿Raro?! -rió Liam.

Todos comenzamos a reír mientras cada uno nos sentábamos en nuestro sitio. Cada uno iba al lado de su pareja, aquel momento fue increíble, único. Después de tanto tiempo separados volvimos a juntarnos los nueve, y esta vez con Emma, los diez juntos. Observaba divertida a Louis que como siempre diciendo alguna locura seguida por Eleanor. Yo estaba sentada entre Alice y Harry. Hubo un momento en el que no pude dejar de observar a Harry, observaba como se reía de cualquiera tontería que decían los chicos, como se le achinaban los ojos al reír y cuando ya no podía reír más a lo mejor daba alguna palmada o golpeaba la mesa. Reí, haciendo que el se giraba y se quedara mirandome fijamente. Él paró de reír lentamente mientras yo estaba totalmente perdida observando sus hermosos ojos verdes, miles de momentos me vinieron a la mente, lo más buenos y los más malos... Quizá tendría que darle una oportunidad, ¿o mejor no?

(Narra Harry)

Ha pasado un mes desde que Sarah se mudó a mi casa, estamos mejor que nunca. Nuestra amistad está volviendo a crecer día a día, haciéndome quererla cada día un poco más, sé que ella dijo que solo como amigos, pero ya no quería seguir siendo su amigo, estábamos genial, nos necesitábamos el uno del otro. Eran las 01:45, estábamos los dos abrazados en el sofá tapados con una manta hasta el cuello, hacía bastante frío aquella noche. Estábamos viendo una película de miedo, pero me resultaba imposible prestarle atención teniendo a Sarah tan cerca. De vez en cuando se asustaba y corriendo me abraza fuerte hundiendo su cara en mi pecho cerrando los ojos. En cuanto la película terminó ella respiró aliviada y corriendo fue a encender la luz. Yo la observaba riendo, volvió a centarse a mi lado mirándome.

-¿Quieres ir a la cama? -pregunté apartándole el pelo de la cara sonriendo.
-No tengo sueño... -dijo ella sonriendo.
-¿Y quién ha dicho que vayamos a dormir?

¿Qué? ¿Había dicho yo eso? No fui yo, las palabras me salieron solas, yo no pretendía decir eso, de verdad que no. Sarah me miraba sorprendida, agaché la cabeza. La había liado, no tendría que haber dicho nada, siempre igual, siempre tenía que meter la pata hasta el fondo. Levanté la mirada volviéndome a encontrar con sus ojos marrones.

-Lo siento, no quer...
-Tranquilo -rió ella levantándose del sofá.

Entró en la cocina y a los pocos segundos apareció con un par de botellas del acohol y dos copas. Ahora el que se quedó sorprendido fui yo. Riendo se volvió a sentar a mi lado y echó la bebida en cada copa. Cerró la botella y me dio mi copa, ella bebió un poco sin dejar de mirarme. Una copa, dos, tres, cuatro, cinco... Ya no sabía muy bien donde estaba y Sarah mucho menos. Ya no paraba de decir cualquier tontería y tampoco podía parar de reír. Cuando se terminó la botella me quitó la copa de las manos poniéndola al lado de la suya. Me miró un instante y estampó sus labios con los mios, su lengua se introdujo en mi boca comenzando a jugar con la mia. Ninguno de los dos sabíamos que estábamos haciendo y aquello se nos estaba yendo de las manos. Pocos segundos después ninguno de los dos ya teníamos camiseta. Levanté a Sarah del sofá enrollando sus piernas en mi cadera y sin dejar de besarnos fuimos subiendo hasta mi habitación. Nos echamos en la cama, yo encima de ella, ya estábamos los dos desnudos. Sarah besaba mi cuello despacio, la miré un instante a los ojos y comencé a entrar dentro de ella uniéndonos como aquella noche en mi cumpleaños.